domingo, 8 de novembro de 2009

Alemania se prepara para celebrar el aniversario de la caída del Muro

Los berlineses y decenas de miles de turistas participan el domingo del ambiente festivo de la ciudad, en la que se ha programado múltiples actividades callejeras y actos conmemorativos en las horas previas al momento clave. Merkel apuesta por no hacer "borrón y cuenta nueva".


Hace 20 años de la concesión, el 9 de noviembre de 1989, del permiso a los alemanes orientales para atravesar libremente la línea de delimitación con el Berlín Occidental.


La ocupación hotelera es ya prácticamente del cien por cien, y desde primeras horas del sábado están abarrotados todos los puntos de la ciudad en los que hay algún trozo de muro u otro tipo de símbolo que recuerde la división del país.

El principal punto de atracción lo constituye el millar de piezas de dominó colocadas a modo de muro en el tramo entre la Potsdamer Platz, la que fue una de las partes más visibles de la "Franja de la Muerte", y el Reichstag, con la Puerta de Brandeburgo como epicentro.

Los festejos oficiales del lunes culminarán en el derribo de este muro artificial, que durante tres días habrá partido de nuevo la ciudad que estuvo dividida por una pared de hormigón y alambre espino durante 28 años.

La parte oficial del programa comenzará ya esta noche con una recepción en el Reichstag, en la que participará la canciller, Angela Merkel, el ex-presidente soviético, Mijail Gorbachov, y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, entre otros.

Posteriormente, habrá una cena de gala en el Hotel Adlon, organizada por el Atlantic Council, una "fábrica de ideas" estadounidense, a la que asistirá la secretaria de estado norteamericana, Hillary Clinton, que llegó el domingo a Berlín. Durante esta cena, la citada organización entregará el Premio a la Libertad a Clinton y los ex-presidentes de Polonia y la República Checa, Lech Walesa y Vaclav Havel.

En los actos oficiales, que tendrán lugar mañana, participarán también los presidentes de Rusia y Francia, Dmitri Medvedev y Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown.

A las celebraciones que culminarán ante la Puerta de Brandeburgo han sido además invitados jefes de Estado y Gobierno de los 27 países miembros de la Unión Europea, entre ellos el español José Luis Rodríguez Zapatero.

Todos ellos, acompañados también por destacados activistas de la en la RDA, se desplazarán seguidamente a la Puerta de Brandeburgo para asistir a un breve concierto de la Staatskapelle de Berlín y el coro de la Staatsoper Unter den Linden bajo la dirección del argentino-israelí Daniel Barenboim.

También actuarán brevemente el grupo clásico Adoro, el cantante Jon Bon Jovi, el grupo percusionista Stamping Feet, Paul van Dyck, que estrenará su himno creado para la ocasión "We are one", y Christian Steinhäuser.

Y todos los estadistas e invitados cruzarán después unidos y simbólicamente la Puerta de Brandeburgo para escuchar sendas intervenciones de Merkel, el alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, y los representantes de las cuatro potencias aliadas que se repartieron Berlín tras la guerra.

El acto solemne acabará con el derribo de la cadena de piezas gigantes de dominó de 1,5 kilómetros de longitud a lo largo del trazado del antiguo Muro de Berlín, pintadas por numerosos artistas, escolares y estudiantes para recordar la caída del Telón de Acero y el fin de la división de Berlín, Alemania y Europa.

Los invitados a las celebraciones por el aniversario de la caída del Muro de Berlín serán agasajados después durante una cena en la Cancillería Federal por Merkel y su marido, el científico Joachim Sauer.

Antes y a primeras horas de la tarde, la canciller alemana, acompañada por los Premio Nobel de la Paz Mijail Gorbachov y Lech Walesa se habrá acercado al antiguo puesto fronterizo interalemán de la Bornholmer Strasse, donde darán un paseo por el antiguo trazado del Muro.

Convertido ya en un museo, el puesto fronterizo de la Bornholmer Strasse fue el primero en abrir sus barreras la noche del 9 de noviembre de 1989 para dar lugar a un flujo de miles de ciudadanos germano orientales ansiosos por conocer el sector occidental de la ciudad, que les había estado vetado durante casi tres décadas.

La propia canciller alemana, que trabajaba entonces como física en Berlín Oriental, cruzó esa noche mágica el muro de Berlín por ese lugar y, según ha confesado, celebró con cerveza la caída del Muro en casa de unos desconocidos en el sector occidental de la ciudad.

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