La euforia conmemorativa está ocultando dos capítulos esenciales de la caída del Muro de Berlín y el derrumbamiento del imperio comunista: la guerra de las ideas y las maniobras diplomáticas contra la reunificación de Alemania.
El Muro y la difunta URSS también fueron un frente de conflicto cultural universal, entre partidarios y adversarios de la sociedad abierta y las economías capitalistas. El pacífico derrumbamiento del Muro dictó una sentencia inapelable en el terreno económico, político, social... sin embargo, son muy visibles los despojos de las ideas muertas, aventadas en las sociedades libres por influyentes defensores de Castro, Chávez o Ahmadineyad, beneficiándose de la benevolencia táctica de Estados como España.
Las maniobras diplomáticas contra la reunificación alemana son menos visibles, pero permanecen enquistadas, como virus podridos, en los archivos de los grandes protagonistas estatales. Los archivos del Foreing Office han recordado la hostilidad de Thatcher y Mitterrand a una Alemania de nuevo unida. El Quai d´Orsay ha decidido acelerar la apertura oficial de sus archivos de 1989 (que debían permanecer secretos hasta el 2014), abriendo otra ventana sobre las sinuosas maniobras de un Mitterrand que todavía visitaba la difunta RDA el 22 de diciembre de aquel año de gracia.
Aún fue necesario esperar hasta el mes de mayo de 1990 para que la conferecia 2 + 4 (RDA y RFA + URSS, EE.UU., Reino Unido y Francia) permitiera pactar entre aliados renuentes la solución de litigiosos conflictos fronterizos (línea Oder - Neisse,...) que todavía se recuerdan en toda Europa del Este con viva inquietud hacia Moscú.
Europa es hoy mucho más libre que hace veinte años. Pero también es más pequeña, relativamente, en la nueva geografía económica mundial, agitada por inquietantes tormentas imprevisibles.
Juan Pedro Quiñonero
www.abc.es
Nenhum comentário:
Postar um comentário