- La caída del Muro de Berlín, según Chema Alvargonzález -
Para quien ha destilado con su cámara el movimiento que subyace a la inmovilidad de las ciudades, la caída del muro de Berlín sólo pudo ser la apoteósis.
“Fue lo contrario a una guerra”, buscaba explicar el fotógrafo Alvargonzález revisando hace días estas fotos de entonces; cuando era un estudiante vecino del muro y vio aquella noche cómo se le abría Europa entera sobre la Potsdamer Straße: “una monumental energía de cambio que sacó lo mejor de nosotros mismos”.
Chema Alvargonzález ansió hasta el último momento este proyecto y aquí está, con lo poco que le dio tiempo a hacer antes de fallecer. Una mirada tan reputada como personal del momento y que quiso prestar a ABC como lo han hecho otros artistas a lo largo de un siglo. Le emocionaba situar su nombre junto a los de Cecilio Plá, Vázquez de Sola, Saura, Alberti o Tapiès, en lo que consideraba una tradición y compromiso gráfico únicos en España.
Sus imágenes están tiradas en un viejo formato de 9x12 y, con su manera de electrificar y hacer fugaz la quietud, aún pensaba tratarlas; pero así publicadas, con permiso de una familia que ha respetado el último esfuerzo creativo que poseyó a Alvargonzález, cuentan con la espontaneidad de la noche en que “se despertaron de repente todos nuestros sueños”. Así la verá un día, el hijo que estaba ya para nacer.
El artista había aterrizado en Berlín un año antes de la caída del Muro, para proseguir estudios en Bellas Artes. Quedó para siempre impregnado de su tono de luz, así llegaran luego sus éxitos, proyectos, exposiciones y trasplantes, y Berlín adquiriera una capitalidad en la escena gráfica mundial. Una luz que veía como una vaharada sobre los tonos, los vacíos y las formas urbanas que estudió, y que le recordaba a Goethe clamando “¡más luz!” en su lecho de muerte.
Cuando, el 9 de noviembre de 1989, fotografió a la gente picando el muro, vio en los golpes “una rabia acumulada de décadas contra lo que partió sus vidas”. Y luego “la generosidad natural de las personas al reencontrarse, abrazándose y regalándose”.
Aquella noche marcó indeleblemente su relación con Berlín, donde deja huella y proyectos en marcha. En su buen tono y pese a su fragilidad, pensaba en celebrar ya su 50 aniversario así que éste es su regalo; que lo es en realidad suyo, a los lectores.
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El día después de la noche más corta, el célebre titular del Bild decía simple y certeramente: "Guten Morgen Deutschland"
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(Con sincero agradecimiento a Chema Alvargonzález y a la comprensión demostrada por su familia, en los tristes días que han seguido a su fallecimiento en Berlín)
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ESPECIAL 20 AÑOS DEL MURO
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