Celebro la histórica visita que el Papa Benedicto XVI realiza esta semana al Reino Unido. Viene a visitarnos como jefe de Estado y líder de una iglesia con más de seis millones de fieles en el Reino Unido, y alrededor de 1.200 millones en todo el mundo.
Al igual que otros credos religiosos, la Iglesia Católica pregona un mensaje de paz y justicia, y trabajamos estrechamente con ella para fomentar estas causas.
A pesar del momento difícil por el que atravesamos, hemos logrado conservar los recursos que destinamos al desarrollo internacional. El alivio de la pobreza es uno de los principales retos a los que se enfrenta el mundo. Las terribles condiciones en que viven tantas personas en la actualidad representan una afrenta moral para todos los que vivimos en la comodidad de los países ricos.
La Iglesia Católica y sus organismos están liderando la batalla contra la pobreza en todo el mundo. Nosotros colaboramos con ellos en organizaciones tales como Cafod, Trocaire y Caritas, que realizan un trabajo tan valioso en África, Asia y Latinoamérica. Por ejemplo, en el África Sub-Sahariana, las organizaciones de la Iglesia Católica en las parroquias locales proporcionan alrededor de una cuarta parte de los servicios básicos en materia de educación y salud, incluidos a pacientes con SIDA.
La Santa Sede es un socio en la búsqueda para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales serán revisados la semana entrante en la sede de la ONU en Nueva York. En dicho evento nos representará el viceprimer ministro, Nick Clegg. Para el año 2013, tenemos el compromiso de disponer un gasto de 0,7 por ciento del ingreso nacional para fines de asistencia. Y queremos estar seguros de que los recursos lleguen a quienes más los necesiten. El desarrollo económico sostenible está íntimamente ligado a la estabilidad política y a la seguridad.
Además somos aliados de la Iglesia Católica en la campaña global contra el cambio climático. Los más pobres serán quienes sufrirán más si no actuamos para moderar el cambio climático. No sólo se necesita un acuerdo internacional para reducir las emisiones de carbono. También es necesario desarrollar un nuevo enfoque respecto al crecimiento económico, respetar y preservar nuestro medio ambiente.
El nuevo Gobierno Británico cree firmemente que se deben llevar las decisiones al nivel local, abarcando el mayor número posible de personas y organizaciones para lograr el bienestar de toda la comunidad. El gran filósofo conservador del siglo XVIII, Edmund Burke, decía que estos «pequeños pelotones» de la sociedad deberían compartir la responsabilidad entre ellos. Yo le llamo la Gran Sociedad, donde todos estamos y trabajamos juntos; una sociedad más responsable, donde todos ejerzan sus responsabilidades frente a los demás, nuestras familias y comunidades.
Las enseñanzas sociales de la Iglesia Católica han predicado algo similar desde hace más de un siglo, y los organismos católicos colaboran con otros grupos de fe en los temas de educación y bienestar para hacer a nuestro país más armonioso y humanitario. Naturalmente, el Estado tiene una función que cumplir en la promoción del bienestar del individuo, pero este trabajo debe complementarse con el que otros realizan, y no socavarlo.
Ha habido numerosos comentarios exagerados en el sentido de que el Papa visitará un estado mayoritariamente laico. No concuerdo con esta visión, y existen muchas pruebas en las encuestas y la asistencia a eventos religiosos que lo contradicen. Sea como sea, creo que esos comentarios pierden la perspectiva. La visita del Papa tiene que ser bien recibida no sólo por los católicos del Reino Unido, o por los creyentes en general, sino por todos los que valoramos las contribuciones de los credos religiosos a nuestra sociedad, y por quienes comprenden que la fe es un don que se debe abrazar, no un problema que se tenga que superar.
Quizás no siempre estemos de acuerdo con la Santa Sede, pero eso no debe impedirnos reconocer que el mensaje general de ésta puede ayudar a plantearnos preguntas sobre nuestra sociedad y la forma en que nos tratamos nosotros mismos y a los demás.
Al finalizar esta visita histórica al Reino Unido, el Papa Benedicto XVI beatificará al cardenal Newman durante una misa en un parque en Birmingham. Él fue uno de los grandes ingleses de su época y de todos los tiempos. Durante un brote de cólera en la ciudad, trabajó incansablemente entre los más necesitados y enfermos. Cuando murió, miles de pobres salieron a las calles de la ciudad.
Inscrito en su ataúd quedó su lema: «El corazón le habla al corazón». No sorprende que éste sea precisamente el tema de la visita del Papa. Espero que lo anterior se vea reflejado en la cálida bienvenida que recibe Su Santidad en el Reino Unido, así como en los sentimientos que deje con nosotros una vez que regrese a Roma.
DAVID CAMERON, Primer Ministro de Reino Unido
www.abc.es
Nenhum comentário:
Postar um comentário