La realidad "democrática" y "pacífica" de los enemigos de la Iglesia se manifestó de lleno en la persecución religiosa de los años treinta, de una amplitud y un sadismo escalofriantes, acompañada, como no podía ser menos, de innumerables destrucciones del arte y la cultura ligados al cristianismo y al patrimonio histórico de la nación. Aparte de lo que saquearon para asegurarse, los jefes, una vida desahogada en el exilio. ¡Hasta en los cementerios destruyeron las cruces y las inscripciones de carácter religioso aquellos “defensores de la libertad y el progreso”! Creo que todavía no se ha analizado a fondo el significado de aquel auténtico holocausto, más allá de las descripciones, verdaderamente horripilantes, del mismo.
Ese espíritu "democrático" y "pacífico" se sigue manifestando en el cinismo de las expresiones corrientes sobre aquellos hechos, en las exigencias de que la Iglesia pida perdón a sus martirizadores, en la exaltación de los chequistas y de su “talante” por medio de una ley especial, tan típicamente totalitaria hasta en la hipocresía con que pretende encubrir sus intenciones. O en las campañas sistemáticas para silenciar a la COPE y volverla dócil a las maniobras de los liberticidas, para liquidar la libertad de expresión como casi han logrado ya en Cataluña y en las Vascongadas, en los intentos de poner la justicia al servicio de la persecución al discrepante… En fin, es parte de la "democrática" alianza de los corruptos con los separatistas, los terroristas y los dictadores del Tercer Mundo, y del intento de balcanizar a España desde el poder.
No podía faltar en la orquesta Cebrián, de historial fascistoide e inquisidor, de cambios nunca explicados, e instigador digamos que intelectual de la transformación del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo en su contrario: en un nuevo Pacto con los Terroristas y Separatistas, evidentemente contra las libertades y la unidad de España. Con típica demagogia, sale este elemento acusando a la Iglesia de identificarse con el PP. La afirmación es falsa, como tantas del personaje. El problema ha surgido a raíz de la impresionante concentración en defensa de la familia, y resulta que la derecha, cuando estuvo en el poder, no tomó la menor medida en pro de la familia. Respecto a ella –como a tantas otras cuestiones clave—, el PP sigue simplemente la política del PSOE, ligeramente atenuada.
Pero, ante todo, y desde un punto de vista liberal y democrático, la Iglesia tiene pleno derecho ¡faltaría más! a identificarse con quienes la defiendan y a expresarse contra quienes la atacan, contra quienes vienen criticándola y hostigándola. No hace falta ser creyente para reconocer ese derecho. El mismo derecho que tienen los enemigos del catolicismo a expresarse y a criticar lo que les parezca de la Iglesia, si no fuera porque en lugar de criticarla pretenden intimidarla y reducirla al silencio con maniobras mafiosas. Estos “demócratas” creen que sus adversarios no tienen derecho a defenderse, pues ello sería “retrógrado” y opuesto al “progreso” al modo corrupto como ello lo conciben. Pero, casualmente, la Iglesia se ha convertido hoy en el baluarte de la libertad de expresión y otras libertades frente al programa liberticida de aquel Pacto propiciado por todos los cebrianes.
Pío Moa
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