quinta-feira, 3 de janeiro de 2008

Las cosas tal y como son

Que el PSOE quiera poner las cosas en su sitio es un avance indudable; lleva cuatro años haciendo justo lo contrario. Pero no se trata sólo de ponerlas en su sitio, naturalmente, sino de mostrarlas tal y como son. Y son, para variar, diametralmente opuestas a como afirma el PSOE en su triste comunicado.

La Constitución de 1978, como la de las democracias que nos rodean, afirma que nadie puede ser discriminado en nombre de sus creencias religiosas. Pero el PSOE hace una particular lectura de ello; entiende eso de la falta de discriminación como la eliminación sistemática de la religión de la vida social, lo que es bien distinto. Para el PSOE, la libertad religiosa existe sólo en casa de cada cual; faltaría más, añadimos nosotros, no nos van a decir Zerolo, Bono y Zapatero en qué debemos creer. Pero no se trata de eso. De lo que se trata es del mal disimulado empeño del PSOE en arrinconar cualquier tipo de creencia o principio, sea del tipo que sea, que escape al control del Estado. Así que tenemos una primera conclusión; hoy en día, el mayor enemigo para la libertad religiosa en España es el Partido Socialista Obrero Español, que se permite negar expresamente a los ciudadanos la legitimidad para expresar en público sus creencias políticas o morales.

Recordemos que la verdadera democracia consiste en que cada cual pueda poner en público sus ideas, proponer proyectos o protestar contra cualquier ley que considere injusta. Una, diez, veinte veces; las que sean siempre que cumpla la ley. Una sociedad democrática se garantiza por eso; múltiples creencias e ideas se dan cita en la plaza pública, se manifiestan, se discuten y lo que haga falta. Evidente, ¿verdad?

Pues no. Digámoslo claro con la segunda conclusión: lo que propone el PSOE es una involución democrática consistente en eliminar cualquier tipo de fuente moral de la sociedad española que no sea la suya propia. El empeño del PSOE por arrinconar al cristianismo nada tiene que ver con la sana separación Iglesia-Estado de un régimen democrático. De lo que se trata es de eliminar cualquier fuente de principios morales alternativa a la progresista; borrar de la faz de la tierra cualquier oposición cultural o moral, política o ética ajena a la que ellos proponen a los españoles. ¿Por qué sólo Zapatero, Zerolo o Bono pueden manifestarse para decir qué está bien o mal, qué es justo o injusto? ¿Quién se creerán que son para decir qué se puede proponer en la vida pública y qué no es "democrático"? ¿qué entenderán estos sujetos por "democracia?

El lector sabe bien por dónde van los tiros. Tercera conclusión: Zapatero está embarcado en un proyecto para crear españoles nuevos, a su imagen y semejanza. Para ello busca eliminar cualquier fuente de legitimidad moral o cultural que no pueda controlar y que se le oponga. Es decir, acabar con el pluralismo religioso para instaurar una monocreencia civil y socialista. Pero cuando el Estado se dedica a decir a los ciudadanos qué pueden decir y qué no, entonces dejamos de hablar de democracia para hablar de otra cosa. Así que las cosas en su sitio. O sea, tal y como son.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

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