domingo, 27 de setembro de 2009

Más munición para la batalla de las ideas










De entre todas las editoriales que surten de lecturas al centro-derecha español, Ciudadela es la más incorrecta dentro de las políticamente incorrectas: por su carácter abiertamente conservador, frente al progresismo y a una derecha que muchas veces se inhibe al amparo de cierto liberalismo neutro, y por su clara voluntad de hacer añicos los mitos progresistas.

A este propósito concreto responde su serie de guías políticamente incorrectas: sobre el calentamiento global, sobre el Islam, sobre la ciencia o sobre Israel y Oriente Medio. Ahora se une a éstas la Guía políticamente incorrecta de la civilización occidental, de Anthony Esolen y José Javier Esparza, a su vez autor de La gesta española, que la izquierda proislamista andaluza propone retirar de las escuelas.

Los cuatro primeros capítulos del libro hacen referencia a algunos de los pilares culturales de nuestra civilización. De la antigua Grecia hemos tomado el reconocimiento de verdades objetivas dignas de ser amadas; de un bien objetivo, de una ley natural, de una belleza no sujeta a las preferencias de cada uno; la polis como espacio necesario para que el hombre alcance la virtud. De Roma, el respeto por la tradición y la veneración por los mayores; el valor de la ley como realidad superior y trascendente a los vaivenes y necesidades sociales y políticas del momento; la oposición entre la civilización y el orden, por un lado, y la barbarie y el desorden propios del limes, por el otro, origen a su vez de la distinción entre guerra y paz.

Por lo que hace a Israel, Esolen y Esparza señalan un principio fundamental: el reconocimiento de algo que trasciende el Estado y la política, Dios, que es fuente de moral y de derecho; fuente a la que aquéllos deben plegarse y que supone un valladar ante el totalitarismo.

La cúpula de San Pedro.
Y de la Iglesia antigua se desprenden otras dos ideas: la de la igualdad de todos los seres humanos –esclavos, mujeres, extranjeros y paganos–, como hijos de un mismo dios –de lo que se sigue la tolerancia hacia el distinto–, y la de la virtud de la caridad, la preocupación por los otros, que en el caso cristiano está fundada en el amor y no en el materialismo dialéctico.

Hablamos de cuestiones y principios integrales de la occidentalidad que están siendo sometidos hoy día a una profunda erosión. Esparza y Esolen apuntan a las elites culturales occidentales y al papel que desempeñan en la progresiva degradación intelectual, moral y artística de nuestras sociedades. Desde parlamentos, medios de comunicación y universidades, estas elites combaten abiertamente la tradición cultural occidental –bien, verdad, belleza, ley, tradición, religión– e instauran su propia cosmovisión, que no por paupérrima, miserable o pornográfica deja de serlo; una cosmovisión que igualmente afecta y pervierte el pasado. Contra ella, y contra sus perpetradores, está escrito este libro. Precisamente a la manipulación del pasado están dedicados los demás capítulos.

Como las otras guías políticamente incorrectas, la de Esparza y Esolen va a lo fundamental: señala los hechos, interpreta con sencillez, ofrece conclusiones rotundas. Es un libro dirigido al gran público, especialmente al más joven, que aún no esté deformado por lo que Pío Moa ha llamado con acierto "el puterío".

A lo largo de estas páginas van cayendo algunos de los mitos extendidos por el progresismo, que han terminado por sumir Occidente en el pesimismo, el derrotismo y el autoodio, lo que afecta negativamente a cualquier empresa que acomete, sean las reformas institucionales o la guerra en Afganistán. El acierto de Esparza reside en que ha sabido intercalar en el cuerpo general de la obra episodios españoles de la historia occidental: el nacimiento de los derechos humanos en nuestro país, la gesta americana o el papel español en la revolución americana.

El resto de la reseña lo dedicaré a analizar tres mitos:
1) El de las aportaciones del Islam a Occidente

Contrariamente a los dogmas oficiales, el Islam no sólo no contribuyó decisivamente a la conformación de España, sino que quiso destruir todo el legado cristiano y grecorromano y combatió y sometió a los que finalmente acabaron sometiéndolo. La relación entre españoles y musulmanes estaba signada por la guerra, como no podía ser de otra manera entre invasores e invadidos. Era tal la conciencia de España robada que anidaba en la conciencia de los cristianos del Cantábrico, que la Reconquista se convirtió en una gesta, una misión militar, cultural, social y religiosa que conformó España y la unió existencialmente a la Cruz. Lo que la situaría desde entonces en el punto de mira de todo el fundamentalismo islámico.

2) El relacionado con el Renacimiento y la Ilustración

Ambos son considerados como épocas radiantes que pusieron fin a la oscuridad medieval. La humanización frente a la religión, la racionalización frente al cristianismo.

Estamos ante un mito progresista de primera magnitud: ni la Edad Media fue un pozo tenebroso –la ciencia y la razón progresaron en aquel entonces, de la mano de la Iglesia–, ni el Renacimiento y la Ilustración constituyen un cúmulo de bondades humanas y científicas: de estos dos periódicos arranca, recuerdan Esparza y Esolen, el socavamiento del concepto de autoridad.

3) El mito de la liberación del hombre

En la deriva cultural del siglo XIX, "el hombre es un Dios, el hombre es una bestia" (cap. 8). El progreso y la liberación del hombre han resultado una estafa. Con la secularización, primero, y el anticlericalismo, después, se abrió la puerta a la divinización del hombre, o mejor, de algunos de ellos; o a su contrario, el materialismo o la conversión del hombre en mero manojo de instintos y necesidades fisiológicas.

Los siglos XIX y XX han sido los del retroceso de la religión en Occidente: pero no se ha producido el advenimiento de una sociedad más feliz, más justa o más libre. No les falta razón a los autores cuando denuncian, precisamente, lo contrario: nunca el hombre ha vivido más sujeto a los caprichos y arbitrariedades del Estado, a las leyes ciegas de la ingeniería social, a la burocracia más absolutista.
Baste con estos tres ejemplos para mostrar el carácter profundamente incorrecto de esta guía, que no entusiasmará a los historiadores profesionales –ni falta que hace–: porque es una magnífica obra de barricada, dirigida a quien quiera hundirse hasta las rodillas en lo que ha venido en llamarse batalla de las ideas contra el progresismo. Así que si el lector quiere sacudirse la miseria cultural que nos abruma, no haría mal empezando el curso estudiando detenidamente estas páginas.

Óscar Elía Mañú


© GEES

JOSÉ JAVIER ESPARZA Y ANTHONY ESOLEN: GUÍA POLÍTICAMENTE INCORRECTA DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL. Ciudadela (Madrid), 2009, 264 páginas.



http://libros.libertaddigital.com

Um comentário:

Anônimo disse...

Todos los males de España son fruto de la Ilustración, de Rousseau, Voltaire y la Enciclopedia. En eso Esparza no es original: la idea ya la viene difundiendo la Compañía de Jesús desde el siglo XVIII.

 
Locations of visitors to this page