Hace dos años el presidente Chávez anunció en Damasco que él y Bachar Assad iban a "cambiar el mundo". Desde entonces, lo único que ha cambiado es la situación económica de Siria y Venezuela: las dos están en caída libre. |
A diferencia de su colega venezolano, el presidente sirio sabe dónde y cómo obtener dólares. Con ese objetivo en la mente y una muy clara visión de las cosas –no en vano es oculista de profesión–, Assad no tiene el menor reparo en recurrir a la zalamería para salirse con la suya. Por eso se le ha podido oír decir cosas como éstas: "Chávez es un líder árabe y está en el corazón del mundo árabe"; "El presidente Chávez ha salido airoso de todas las presiones de las grandes potencias"; "No queremos adular, es la verdad". Por eso no es de extrañar que el gobierno bolivariano anunciara su implicación en la financiación de una refinaría en la región siria de Homs. Esta refinería forma parte del plan de Damasco para detener el declive de su producción petrolera.
Assad busca el dinero venezolano... y el de las grandes empresas capitalistas. De acuerdo con el Oxford Business Group, Siria ha recibido sustanciosas inversiones de corporaciones como Royal Dutch, Total, Gulfsands Petroleum y Tatneft. Las americanas no tardan.
En cuanto a EEUU, hace cinco años retiró a su embajador de Damasco a raíz del asesinato del primer ministro libanés Rafik Hariri, del que se sospecha fue ordenado por Assad. Sin embargo, la Administración Obama ha decidido normalizar las relaciones con el país asiático. Assad recibe, pues, dinero del capitalismo con la mano derecha mientras con la izquierda saca dólares al tesoro socialista venezolano.
Las alianzas no son estratégicas sólo porque los gobiernos que las suscriben les pongan esa etiqueta. En el glosario político bolivariano, todas las alianzas de Venezuela son estratégicas. El vocablo les seduce: creen que así la Venezuela bolivariana luce como par entre las grandes potencias.
Aparte del antiimperialismo, Siria y Venezuela no comparten intereses geoestratégicos. Siria es una ficha de Irán en el tablero del Medio Oriente, y la Venezuela bolivariana ha devenido en otra pieza de la estrategia global de Cuba, que coincide con la de Irán.
El reciente antisemitismo bolivariano y la eventual ruptura con Israel eran previsibles desde que Caracas decidió alinearse con la política exterior de Cuba. Fidel Castro rompió con Israel en 1973, en el marco de la Cumbre de los Países No Alineados celebrada en aquel año en Argelia.
Factores comunes
En esta crisis global, Siria es una carga onerosa para Irán; por eso el gobierno de Ahmadineyad acude al bolivariano, para que contribuya a la lucha antiimperialista con lo mejor que sabe hacer: desembolsar petrodólares sin tener que dar cuentas a nadie. Por eso Assad cruza el Atlántico por primera vez en su vida.
La Venezuela bolivariana y la Siria baazista tienen en común el antiamericanismo y el antisemitismo. ¿Qué más? Pues que ambas venden petróleo a... Estados Unidos. Y que ambas están experimentando un notable declive económico. Y que a ambas se les ha vinculado a grupos terroristas.
Un último punto en común: el director de los Servicios sirios de Inteligencia Militar, general Assef Shawkat, y el director de la Dirección General de Inteligencia Militar de Venezuela (DIM), Hugo Armando Carvajal Barrios, están en la lista de Cabecillas del Narcotráfico del Departamento del Tesoro de EEUU...
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