Me perdonarán algunos esta pregunta maliciosa. Pero ando angustiado buscando una explicación a la conducta de nuestro Gobierno en cuestiones venezolanas y ya no se me ocurre otra cosa. No me creo ya que todo sea mera desidia o falta de dignidad. O temor a represalias contra intereses españoles. El principal interés de España es la vida de los españoles. Por encima de todos los demás. Y son vidas de españoles las que están en juego cuando grupos de etarras reciben adiestramiento para matar. ¿Qué no está probado porque Hugo Chávez lo niega o porque no nos han invitado a grabar un documental sobre la confraternización entre terroristas colombianos y españoles y quizás asesores venezolanos y cubanos? Cierto. ¿Qué eso explica la absoluta inactividad durante años de los ministerios de Interior y Exteriores? Bueno, pues esperamos a que Chávez reconozca ésta y todas las villanías que perpetra en Venezuela y fuera de allí. O esperamos a que la Guardia Civil detenga al jefe del Estado mayor del ejército venezolano entrando encapuchado en un bar en Hernani. Lo dicho, no hay explicación a la actitud del Gobierno español salvo el miedo a que de un conflicto diplomático —que en buena lógica debía ser inevitable—, surjan informaciones que puedan hacer mucho daño aquí. Más daño que la indignación que la actitud del Gobierno genera entre los españoles.
Resulta que tenemos ya la certeza de que al menos dos etarras se entrenaron hace tan sólo dos años en Venezuela. Recibieron adiestramiento militar para volver a España o Francia preparados para matar más y mejor. Presumiblemente a españoles. Sabemos que su contacto en Venezuela fue Arturo Cubillo, un etarra al que Hugo Chávez dio la nacionalidad venezolana para evitar su extradición. Cubillo trabaja en el Ministerio de Agricultura, dedicado a hostigar a los españoles propietarios de tierras. Vive allí con su mujer Goizeder Odriozola, portavoz del Ministerio, colaboradora del diario Gara y ex jefa del gabinete del propio Chávez. Los etarras han dado cifras, datos, nombres, fechas y horas. Jueces y policía están de acuerdo en que dicen la verdad. El Ministerio del Interior tenía datos desde hace años. También había recibido pruebas a través de Colombia de reuniones de las FARC con ETA para colaborar en atentados contra dos presidentes colombianos, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, contra el actual vicepresidente, Pacho Santos que vivía en Madrid y contra la entonces embajadora Noemí Sanin. Miembros de las FARC ha declarado haber entrenado con etarras.
En fin, no les voy a aburrir más. Todos los datos son abrumadores y eran motivo suficiente para una iniciativa global de denuncia contra el régimen chavista por parte del Gobierno español. Sin escatimar recursos como intervenciones ante las Naciones Unidas y alianzas con otros países latinoamericanos para ejercer presión sobre Venezuela. Nada se ha hecho. Aparte de lloriquearle al caudillo que se porte bien dándonos la información que quiera. Que el Gobierno crea que así salva algo la cara revela hasta qué punto se ha convertido ya en un club de muertos vivientes. Ya está dicho todo. Quedan en el aire las preguntas. ¿Qué poder tiene Hugo Chávez sobre este Gobierno? ¿Qué es lo que sabe o tiene Hugo Chávez para que el Gobierno español no se atreva siquiera a salvar su propia cara ante la atónita opinión pública española? Algún día lo sabremos.
Hermann Tertsch
www.abc.es
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