Más de 250.000 personas en Madrid: Para hablar de cómo ha estado el centro de Madrid, basten las imágenes del Paseo de Recoletos unido a la Plaza de Cibeles. Durante el partido, unas 200.000 personas han saltado cada gol fallido, han aplaudido las decisivas paradas del portero de la Roja Iker Casillas y han saltado a la par cuando el jugador albaceteño del Barça, Andrés Iniesta, ha enchufado el golazo de la victoria en el minuto 114 de la prórroga, a sólo seis minutos de que el árbitro pitase el fin de este histórico partido que ha llevado a los nuestros a la gloria. Los aledaños de este punto, que estaban vacíos minutos antes del final del encuentro, se han ido abarrotando de fieles de la Roja paulatinamente, hasta provocar una auténtica riada humana que hace imposible, a estas horas, el tráfico rodado por todo el centro de la capital de España.
Banderas españolas y concentración en Montjuic (Barcelona): Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han desplegado un importante dispositivo de seguridad que se centra en la Plaza España y sus alrededores para prevenir altercados y proteger la fuente durante la retransmisión de la final del Mundial entre España y Holanda y las celebraciones posteriores, que ya ha comenzado. Durante la tarde, el Ayuntamiento de Barcelona ha instalado en la Avenida María Cristina, muy cerca de la plaza, dos pantallas en las que los barceloneses y turistas han seguido el encuentro futbolístico, mientras se daba la nota curiosa de que los holandeses que estaban hoy en la Ciudad Condal veían el partido en una gran pantalla en el Pueblo Espanyol, cerca de la Avenida María Cristina, en una fiesta organizada por la empresa cervecera Bavaria, donde han acudido entre 1.500 y 2.000 de turistas holandeses y residentes en Barcelona.
Banderas españolas han ondeado mientras jóvenes y adultos ya cantan a favor de la Roja y de los jugadores del Barça, como Andrés Iniesta, que este domingo ha dedicado el gol a otro jugador muy querido en la final, el fallecido jugador del Español Dani Jarque.
La invasión de las calles no se ha hecho esperar tras el pitido final. Unas 75.000 personas, según el Ayuntamiento de Barcelona, han seguido la final entre España y Holanda a través de la pantalla gigante de la Avenida María Cristina de Barcelona, una zona teñida por completo de rojo por los fuegos artificiales que ha programado la organización. Mientras, ha sonado le canción "We are the champions", del grupo Queen. Los aficionados han comenzado a gritar y han ondeado centenares de banderas de España. Además, varios seguidores se han bañado en las fuentes laterales de Montjuic -no en la fuente central, que se encontraba cerrada-. El Metro de Barcelona alargará su servicio hasta la 1.00 horas, informa el Ayuntamiento de la capital catalana.
En Valencia recurrieron a la tradicional pólvora: La proclamación de la selección española como campeona del mundo de fútbol ha desatado la euforia en Valencia, donde los seguidores de la Roja están celebrando el triunfo con los tradicionales petados, tracas y fuegos artificiales, sin olvidar el omnipresente ruido de trompetas y vuvuzelas. Los cerca de 9.000 aficionados congregados en la Marina Juan Carlos I del puerto, frente al edificio Veles e Vents, han celebrado al unísono tras el gol de Andrés Iniesta, un tanto en una agónica prórroga que ha situado a la selección española en la cumbre del fútbol.
Una vez concluido el encuentro, se ha comenzado a propagar el "Sí, sí, sí, la copa ya está aquí", eso sí, aderezado con un canto ya clásico, el "Yo soy español, español, español". El propio Ayuntamiento valenciano lanzará un castillo de fuegos artificiales en el puerto para celebrar el triunfo de la escuadra de Vicente del Bosque. Tras casi tres horas de calles prácticamente desiertas, las calzadas del centro de la ciudad han comenzado ya a repoblarse, con jóvenes y no tan jóvenes que no dudan en mostrar su felicidad por haber asistido a un momento "único" que hace unos años era "impensable". Además, los seguidores no han perdido el tiempo para subirse a los vehículos y comenzar a dar vueltas a la ciudad tocando el claxon y blandiendo la bandera rojigualda, un síntoma que indica que la noche podría ser muy larga en la ciudad del Turia. Como en toda España.
En Toledo, tormenta y fútbol: Más de 5.000 toledanos han desbordado la Plaza de Toros de la capital de Castilla-La Mancha para seguir la final del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, las mismas personas que han estallado en euforia cuando Andrés Iniesta ha metido el único gol del encuentro. La tormenta de verano que coincidió con el inicio de la contienda entre Holanda y España no ha impedido que los toledanos, sobre todos los más jóvenes, llenasen el coso de la capital regional. El calor y la tensión generada por este partido histórico para el fútbol español ha provocado que los asistentes a la plaza de toros dieran cuenta de cerca de 8.000 litros de cerveza, con la que ahogar los nervios provocados por esta intensa final. Queriéndose sumar a las celebraciones de esta final, el Ayuntamiento de Toledo ha lanzado "bombas" similares a las que se pueden escuchar en el Corpus Christi, "como si fuera nuestra fiesta grande", tal y como ha asegurado el alcalde Emiliano García-Page.
En Pamplona, en pleno Sanfermines, cientos de pamploneses han vibrado la noche de este domingo con la victoria de España en la final del Mundial de Sudáfrica contra Holanda. Numerosos ciudadanos de la capital navarra se han congregado en la céntrica Plaza del Castillo para disfrutar frente a una pantalla gigante de la victoria de la selección española en la prórroga del partido. Todos los accesos a la plaza han estado fuertemente protegidos por agentes de la Policía Municipal y de la Policía Foral para evitar incidentes en el transcurso del partido, que se ha desarrollado con normalidad. La lluvia que ha arreciado en Pamplona apenas iniciada la segunda parte no ha impedido que los aficionados permanecieran en la plaza para seguir disfrutando. En el momento en que el jugador español ha conseguido el gol, la plaza ha estallado de alegría y se han llegado a encender bengalas y a lanzar varios petardos para festejar la jugada decisiva de España. Una vez que el árbitro ha pitado el final del partido, los aficionados han ido abandonando la plaza al grito de "Campeones, campeones".
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