Las cositas claras: Zapatero da el canon a los artistas, y los artistas dan (y piden) el voto a Zapatero. Irreprochable, nada que objetar, la política es un juego de favores mutuos, quid pro quo, do ut des. Pero que nadie se extrañe si ese juego se extiende a otros sectores. Por ejemplo: Zapatero hace pagar el canon digital a los internautas y consumidores, y los internautas y consumidores, que por cierto son bastantes más que los artistas, hacen pagar su canon electoral a Zapatero. Quid pro quo.
Claro que para eso sería útil que alguien -¿qué tal el PP?- se preocupase de movilizar a los paganos igual que el PSOE se preocupa de movilizar a los perceptores. Sin crispación ni enfados, con humor y alegría. «Defender la alegría», dicen los cantantes expropiando las palabras del gran Benedetti. ¿No van a estar alegres, si les acaban de regalar una pasta a costa del contribuyente? Y hacen con el dedito índice el ángulo del acento circunflejo, ^^, símbolo del presidente en el lenguaje de los sordomudos, sinécdoque gestual que identifica por las zejas -Aznar era un bigote- al hombre de la mirada líquida y el discurso hueco. Los pagaches del canon bien podrían utilizar el dedo corazón, levantado al cielo, para expresar su respuesta a tan interesada invitación a respaldar a quien les impone una tasa preventiva.
Pero el PP, a años luz de retraso frente a sus adversarios en imaginación propagandística, se pierde en asuntos como las mamografías de las ecuatorianas o ese nefasto «llegar a fin de mes» con la cara de Rajoy, que tal parece que el que no llega es el candidato. Los socialistas le madrugan la iniciativa y encuentran la manera de neutralizar con humo retórico incluso las ideas mejor ponderadas, como la del contrato de integración para los inmigrantes. O le dan desenfadadas vueltas de tuerca a los recurrentes motivos de su agenda política -PAZ, Plataforma de Apoyo a Zapatero, aunque le falten zetas: lo suyo sería pazzzzzzz- sin que nadie desde la orilla opuesta les pase por la cara las reuniones de Loyola con los pacifistas de ETA y Batasuna, recién narradas por Egibar con preciso lujo de detalles. Si las elecciones se ganan en las campañas -que está por ver, porque algo tendrán que influir los años de gestión (?) de Gobierno-, se explica por qué el PSOE mantiene ventaja en las encuestas. Los chicos de la agencia Sra. Rushmore se están ganando el salario.
Otra cosa es que baste con los guiños simpáticos y/o inteligentes para hacer olvidar cuatro años de despropósitos, improvisaciones, rectificaciones y no pocas infamias. Pero puede ocurrir. Sobre todo, si ese despliegue de desparpajo no encuentra respuestas que refresquen a los ciudadanos la memoria reciente de una legislatura desdichada. Acento por acento, esa desacomplejada e irresponsable forma de gobernar no es circunfleja: es grave. Como el pronóstico de una severa herida social.
Ignacio Camacho
www.abc.es
Nenhum comentário:
Postar um comentário