El máximo líder de los verdugos simula que renuncia a dirigir la barbarie. Ya conocemos la importante novedad que había anunciado para esta semana. La enésima trola. No entendemos por qué le otorgan tanta importancia medios a los que jamás importó el sufrimiento de los cubanos.
El Monstruo de Birán no se va más de lo que ya se había ido. Sigue donde ya estaba y le pusieron sus muchos años y su enfermedad, sentado en su trono de reina madre. Situación que aprovecharán sus herederos –casi tan ancianos como él– para engañar a unos pocos acertando alguna iniciativa que sólo los más ingenuos o los más desalmados entenderán como aperturista. Cuando les pidan más y de más importancia, señalarán al trono aún ocupado y contestarán que no se les permite conceder más de lo que ya han concedido.
No coincidimos con los que creen que hoy se ha inaugurado la sucesión en la Isla de las más de trescientas cárceles. Todo es nada. Más de lo mismo. La sucesión no comenzará hasta que no muera la reina madre. Y de la transición es mejor no hablar mientras no excarcelen a Óscar Elías Biscet y los que como él están presos por no resignarse a morir en silencio bajo la peor de las tiranías que existen hoy en el mundo.
Para lo que sí puede servir la penúltima patraña de Castro es para que algún juez de la Audiencia Nacional procese en España al verdugo de cientos de miles de españoles. Garzón y Bermúdez ya no podrán escudarse en que preside un estado. No abandonará su finca y no podrán encarcelarle, pero sí están obligados a ofrecer a sus muchas víctimas españolas un poco de memoria, de dignidad y de justicia.
El Monstruo de Birán no se va más de lo que ya se había ido. Sigue donde ya estaba y le pusieron sus muchos años y su enfermedad, sentado en su trono de reina madre. Situación que aprovecharán sus herederos –casi tan ancianos como él– para engañar a unos pocos acertando alguna iniciativa que sólo los más ingenuos o los más desalmados entenderán como aperturista. Cuando les pidan más y de más importancia, señalarán al trono aún ocupado y contestarán que no se les permite conceder más de lo que ya han concedido.
No coincidimos con los que creen que hoy se ha inaugurado la sucesión en la Isla de las más de trescientas cárceles. Todo es nada. Más de lo mismo. La sucesión no comenzará hasta que no muera la reina madre. Y de la transición es mejor no hablar mientras no excarcelen a Óscar Elías Biscet y los que como él están presos por no resignarse a morir en silencio bajo la peor de las tiranías que existen hoy en el mundo.
Para lo que sí puede servir la penúltima patraña de Castro es para que algún juez de la Audiencia Nacional procese en España al verdugo de cientos de miles de españoles. Garzón y Bermúdez ya no podrán escudarse en que preside un estado. No abandonará su finca y no podrán encarcelarle, pero sí están obligados a ofrecer a sus muchas víctimas españolas un poco de memoria, de dignidad y de justicia.
Víctor Llano
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