Si nosotros, los europeos, ignoramos durante años los millones de crímenes estalinistas, también los nazis al principio, con mucha más tranquilidad hemos dado la espalda a los cientos de miles de crímenes de los terroristas colombianos. Las víctimas colombianas están muy lejos y las excusas ideológicas de los criminales muy cerca. Son las mismas que las de todos los terrorismos de extrema izquierda, las mismas que las de ETA. Algunos europeos aún las comparten y ni siquiera reconocen a los asesinos. Sospechan de las propias víctimas y de los demócratas colombianos.
Por eso hemos tardado varias décadas en salir a la calle en Europa y en el resto del mundo a decir Basta Ya a las FARC como lo hicimos ayer. Quienes hasta ahora hablaban en Europa eran los ideólogos del conflicto, los que sí entienden que los crímenes de los paramilitares son sólo crímenes, pero persisten en confundir los otros crímenes, los del otro terrorismo, con el conflicto.
Y luego viene el otro lado de la idiocia moral europea. Aún hace sólo una semana, una prestigiosa y respetable revista francesa de centro derecha preguntaba al presidente colombiano por qué llamaba terroristas a la guerrilla. O si su política antiterrorista era fruto de la venganza porque su padre fue asesinado por las FARC. Preguntaba el idiota moral europeo. Desde la izquierda, llama conflicto al crimen. Desde la derecha, llama venganza a la firmeza democrática. Demasiadas aberraciones, demasiada ignominia contra las víctimas colombianas para que un día de protesta sea suficiente. Queda un largo camino para que Europa repare su deuda moral con Colombia.
Edurne Uriarte
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