Quién le iba a decir a Iñaki Gabilondo que la mejor entrevista de su carrera periodística, la entrevista de su vida, la haría a media luz, con los micrófonos teóricamente apagados y sin audiencias millonarias escuchando en directo. Hay que reconocer que no deja de ser frustrante para la vanidad periodística. Después de una hora de entrevista suave, acaramelada y empalagosa al presidente del Gobierno, la clave de la trayectoria política y electoral de Zapatero la escuchó Iñaki Gabilondo cuando Cuatro había dejado de emitir. Al final, mira por donde, ha sido el mismo Iñaki que siempre trata entre algodones a Zapatero quien ha revelado al público que generar tensión y simular dramatismo son el modo que tiene el PSOE de ganar elecciones.
No es algo que pille de sorpresa a nadie. Rodríguez Zapatero lleva así cuatro años, dirigiendo el Gobierno de la agitación, la revuelta y la división. La política del Ejecutivo durante esta legislatura ha sido torticera, lastimosa y destructiva; ha buscado demoler la a todos los que se negaran a aceptan el pensamiento único. De esa manera llegó Zapatero al poder en el 2004 y así ha articulado su política durante todo este tiempo. A nadie se le olvidan las jornadas posteriores al 11 de marzo, aquellos días en los que el PSOE agitó las calles, Rubalcaba violó el día de reflexión, Zapatero intoxicó todo lo que pudo y sus terminales mediáticas se inventaron unos terroristas suicidas. Gabilondo, con total seguridad, recordará todo aquello minuto a minuto. Fue uno de los protagonistas de aquellas horas.
Por eso, cuatro años después, en esa grabación que nunca pretendieron que se diera a conocer, se percibe tanta complicidad entre ambos personajes. Nada hay en esa conversación de "colegiales", como la ha calificado el propio Gabilondo, que nos pueda sorprender. Zapatero e Iñaki saben perfectamente de lo que están hablando. Conocen muy de cerca la tensión y el dramatismo. De ahí que se entiendan a la perfección y coincidan en su diagnóstico sobre la necesaria estrategia ante las elecciones de marzo de 2008. Al fin y al cabo, no consiste en otra cosa que repetir la estrategia de hace cuatro años. Fue entonces todo un éxito para el PSOE y, naturalmente, piensan que volverá a serlo.
¿Que hay que hacer para ganar? Zapatero lo sabe: tensionar y dramatizar. Es decir, crispar e insultar; descalificar y sacar del mapa político al adversario. Ese es su objetivo y en eso se emplean sin descanso.
Ignacio Villa
www.libertaddigital.es
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