Más de un millón de personas han reservado la tarde de este sábado otoñal, en el que parece garantizado que no lloverá y en el que las temperaturas serán suaves (23º), para proclamar a los cuatro vientos que no quieren seguir viviendo en una sociedad que contempla impasible como cada año se acaba con la vida de más de cien mil fetos. Fetos que, aunque la ministra de Igualdad Bibiana Aído lo dude o lo ignore, son desde el mismo momento de la concepción, a todos los efectos y de acuerdo con todos los estudios científicos, seres humanos. La cita es a las cinco de la tarde y la convocan, con el Foro Español de la Familia como gran aglutinador, 44 asociaciones diferentes.
Además, la apoyan y se han adherido a su mensaje en contra del aborto otras 333 organizaciones —234 internacionales de 45 países de los cinco continentes y 99 nacionales— porque, como rezará el lema que se exhibirá en la cabecera de la manifestación: «Cada vida importa».
De Sol a Alcalá
Saldrá la manifestacíón de la madrileña Puerta del Sol y se dirigirá a lo largo de la calle de Alcalá hasta la Puerta de Alcalá, donde está previsto que se llegue —al menos la enorme pancarta de 15 metros por 1,20 que abrirá la marcha— aproximadamente una hora más tarde del inicio, hacia las seis de la tarde.
Una vez en la Puerta de Alcalá, sobre un escenario de más de 80 metros cuadrados escoltado por tres pantallas gigantes para que todo el mundo pueda disponer de una perfecta visión de lo que allí arriba ocurra, se irán sucediendo todo tipo de testimonios, intervenciones y diversos actos de homenaje. La organización ha pretendido mantener viva la sorpresa y pocos son los nombres que se conocen de entre las personas que subirán al estrado, aunque está confirmada la presencia de Eduardo Verástegui, el actor mexicano, productor de la película «Bella», todo un hermoso canto a la vida.
Los organizadores han querido recalcar el carácter estrictamente civil de la convocatoria por lo que no se han admitido adhesiones de partidos políticos, aunque serán abundantes los representantes públicos que, a título personal, se acerquen al acto. De forma especial será muy numerosas la asistencia de miembros del PP, encabezados por la número dos, Dolores de Cospedal y por Ana Mato. Irán, además, diputados, senadores y dirigentes regionales como la presidenta de la Comunidad. Otros nombres ilustres que han confirmado su presencia son el presidente del Gobierno José María Aznar o el ex ministro del Interior y eurodiputado Jaime Mayor Oreja.
Tampoco se han aceptado adhesiones de confesiones religiosas, aunque como es lógico, son bienvenidos todos los defensores de la vida sean del credo que sean. Por eso, aunque las más altas jerarquías de la Iglesia española, como el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco, han anunciado que no asistirán, la movilización de la feligresía, desde las parroquias, ha sido absoluta. Asimismo buena parte de los principales representantes de los obispados han realizado declaraciones en contra del aborto e invitando a sus fieles a que asistan a la cita.
El clamor popular está garantizado. Será la mayor concentración de la historia en contra del aborto y la movilización ciudadana no ha sido casual. Si el pasado 29 de marzo Derecho a Vivir y HazteOir.org ya reunieron a una marea roja de medio millón personas, desde entonces la indignación popular ha crecido exponencialmente.
La farsa gubernamental
Buena parte del éxito de la convocatoria hay que apuntárselo al Gobierno y a la forma en que ha manejado todo este polémico asunto. Primero creando un debate ficticio sobre la ampliación del aborto cuando ni siquiera lo había incluido en su último programa electoral. Luego poniendo en marcha una comisión parlamentaria que debatió a puerta cerrada, de espaldas a la ciudadanía, y escuchando básicamente, a propuesta del PSOE, a los representantes de las clínicas abortistas.
Más tarde, la ministra Bibiana Aído montó un pseudo, que no sesudo, Comité de Expertos en el que no sólo no se incluyó ni a un solo defensor de la vida, sino que la inmensa mayoría de los que lo formaban eran reconocidos abortistas. Y el aldabonazo final se produjo cuando se conoció el contenido final de la ley, ignorando los informes contrarios del Consejo Fiscal y los consejos de los autores del Manifiesto de Madrid, informe estrictamente científico en el que se dejaba claro, en contra de las tesis de los expertos de Aído, que desde el mismo momento de la concepción ya existía vida humana.
Domingo Pérez - Madrid
www.abc.es
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