Pedimos un ‘‘basta ya’’ al aborto

«Hoy pedimos un ‘‘basta ya’’ al aborto. La nueva ley es injusta y va a causar mucho dolor». Con esta declaración de Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, arrancaba ayer, a las cinco en punto de la tarde, la manifestación por la vida y la maternidad. Ya al filo de las tres de la tarde la madrileña calle de Alcalá, entre la Puerta del Sol y la plaza de Cibeles, se iba llenando de decenas de pequeños grupos –familias, jóvenes, religiosos...– con pancartas y ataviados con «merchandising» pro vida que se sumaban a la marcha.

Dos horas después, esta céntrica zona de la capital estaba literalmente colapsada por una marea humana. La Delegación del Gobierno no dio datos, pero la Comunidad de Madrid cifró en 1,2 millones los asistentes. De acuerdo con algunos organizadores, fueron un millón y medio de personas las que acudieron a la cita. Otros, como el propio Blanco, elevaron hasta dos millones la estimación. El locutor Javier Nieves, que presentó el acto en el que se leyeron testimonios y el manifiesto final, la definió como «la mayor manifestación celebrada en España».

Críticas contra Aído

En la cabecera, los representantes de las 42 organizaciones convocantes (entre las que no se encontraba ninguna entidad política o religiosa) partieron casi del mismo lugar de donde ha salido el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el Ministerio de Igualdad, situado en la calle de Alcalá. Allí, alrededor de un centenar de jóvenes decidió iniciar la marcha por la vida con una intensa «pitada» a su titular, Bibiana Aído, que fue el miembro del Gobierno que centró la mayoría de las críticas y que más apareció en los eslóganes y cánticos de los manifestantes. «La madre de Bibiana, también dijo sí», «Bibiana Aído, el aborto es genocidio» o «Hay que cerrar el Ministerio de Igualdad por abortista radical» fueron algunos de los lemas que más le repitieron los jóvenes.

Mientras, los representantes de los organizadores comenzaban a hacer balance. Una hora antes del comienzo ya estaba claro que la convocatoria había sido un éxito. «Hay millones de personas, estamos contentísimos», comentaba Ignacio Arsuaga, portavoz de Hazteoír. A su juicio, la de ayer fue la puesta en escena de la contestación de la mayoría de la sociedad española a un proyecto de ley injusto.

Ante el éxito de la manifestación, no faltaron las críticas. Blanco salió al paso de quienes le acusan de «no haber hecho nada» durante los ocho años de Gobierno del Partido Popular, asegurando que los que estaban allí llevan «mucho tiempo» defendiendo la vida, y que si el PP vuelve al poder, «exigiremos que derogue la nueva norma».

Junto a Blanco y a Arsuaga, en la cabecera de la manifestación también se encontraban Alfredo Dagnino, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y de la Fundación CEU, para quien la manifestación de ayer fue «un signo de madurez». También la presidenta de la patronal de los centros de enseñanza, Isabel Bazo, que aseguró que la protesta fue el reflejo del «sentir de una nación», la presidenta de la Federación de Familias Numerosas, Eva Holgado, el presidente de E-Cristians, Josep Miró y un largo etcétera de representantes de entidades, familiares y educativas en su mayoría.

Cuando la cabecera se acercaba a la plaza de Cibeles, comenzó en la puerta de Alcalá el acto por la vida. Los presentadores, Javier Nieves y la actriz Verónica Mengod, leyeron testimonios de madres que decidieron seguir adelante con su embarazo en situaciones difíciles y de otras que abortaron y que ahora lo llevan «como una carga». Después le llegó el turno a los representantes de algunas de las asociaciones internacionales del más de un centenar que apoya la manifestación. Activistas estadounidenses, brasileños, franceses, alemanes e italianos mostraron su apoyo a los manifestantes. Luego, tras el recuerdo a los niños que han dejado de nacer por el aborto, el actor Eduardo Verástegui, protagonista de la película «Bella» y afirmó: «Sabemos, y lo saben también quienes se lucran con ello, que el niño en primer lugar, y luego la madre, son las principales víctimas de estas leyes tan injustas como rentables».

Después llegó el manifiesto. La periodista Cristina López Schlichting llevó, junto a otras «Mujeres contra el Aborto» (María San Gil, Isabel San Sebastián, Covadonga O’sea, María Vallejo Najera o Minerva Piquero, entre otras), la segunda pancarta de la manifestación, y también fue la encargada de leer el texto «en defensa de la vida, la mujer y la maternidad».

«Con la nueva ley anunciada se privará a la mujer de su derecho a la maternidad, no se hará nada por evitar abortos y crecerá cuantitativamente el inmenso fracaso que es siempre un aborto provocado», señaló. Además, a juicio de los organizadores, «cualquier enfoque legal o político que olvide al niño no nacido dará lugar a situaciones injustas e incompatibles con el equilibrio de derechos y bienes que el humanismo exige en esta cuestión». Por ello, los manifestantes pidieron, no sólo la retirada del proyecto de ley, sino también «el impulso de una red solidaria de apoyo a la mujer embarazada».

Para cerrar el acto, el presidente del Foro de la Familia aseguró que millones de personas no pararán «hasta que no haya ningún aborto», e hizo un llamamiento: «A los políticos, parlamentarios, gobernantes y oposición les decimos que el derecho a la vida es demasiado importante. Tenéis que protegerlo».

156.000 «vidas salvadas»

Tras los testimonios de las madres y de las asociaciones internacionales, la manifestación tuvo un momento para las «víctimas del aborto». Con un «no podemos olvidarlos», los presentadores hicieron un recorrido por la historia de la actual ley de despenalización del aborto. De los «nueve niños a los que no dejaron nacer» en 1985 se ha pasado a 112.000 de 2007. «Están en nuestro recuerdo y nuestro corazón los que faltan y sus madres y padres. Pero también recordamos las más de 156.000 vidas que han sido salvadas», dijeron. Los asistentes guardaron un minuto de silencio, homenajearon a las «víctimas» con un solo de violonchelo a cargo de Pedro Alfaro y soltaron 5.000 globos blancos.

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