La catedral anglicana de York, una de los emblemas de la Iglesia de Inglaterra, se ha llenado estos días como nunca en un acto religioso... ¡para conmemorar la vida de una católica y además venerar sus restos como los de una santa! Lo nunca visto desde la Reforma del siglo XVI. La veneración de las reliquias de Santa Teresa de Lisieux congregó a más de 10.000 personas, con colas incluso fuera del templo. Era la única parada ecuménica de una gira por Inglaterra y Gales de la urna-relicario de Santa Teresita del Niño Jesús, que en total ha reunido a unas 200.000 personas.
Esta cifra supone la mayor movilización del catolicismo en Gran Bretaña desde la visita de Juan Pablo II al país, hace 27 años. «Pero lo notorio es que se produce después de un largo declive en la práctica religiosa y, aun más sorprendente, en medio de la simpatía de la mayoría de anglicanos e incluso el respeto de los grandes medios, que tiempo atrás se habrían mostrado hostiles», explica Luke Coppen, director del semanario «The Catholic Herald».
Para el padre Ian, de la comunidad de carmelitas del barrio londinense de Kensington, que también han acogido una gran multitud para venerar a la autora de «Historia de un alma», el hecho católico se está abriendo camino de normalidad entre la sociedad inglesa. «Se atiende menos a los prejuicios que existían hacia el Catolicismo y entonces su mensaje llega más a la gente abierta al hecho religioso», afirma.
El punto de inflexión hay que situarlo en 2007, cuando el informe Christian Research constató que el número de católicos que van a la iglesia el domingo supera ya al de anglicanos. Aunque las cifras hablan de un retroceso de ambas confesiones en la práctica dominical, el «sorpasso» supuso la concienciación de los medios sobre esa correlación de fuerzas. Esto llevó a un mayor prestigio de la Iglesia Católica, ya cimentado por el respeto hacia Juan Pablo II (sorprendió la amplia y positiva cobertura dada a la muerte del Papa por la BBC, normalmente puntillosa con el Cristianismo, pero especialmente con el Catolicismo), y a una mayor autovaloración de los propios fieles.
Ese cambio de rasante tiene diversas manifestaciones. Por ejemplo, está el anuncio hecho en marzo por el Gobierno, con el apoyo de Isabel II, cabeza de la Iglesia de Inglaterra, de comenzar a estudiar la derogación de la ley de 1701 que prohíbe al heredero casarse con una persona católica. También está la conversión hace dos años de Tony Blair, que se produjo sin gran controversia en los medios (aunque probablemente la habría habido de dar el paso estando aún en Downing Street, entre otras cosas porque el primer ministro, por delegación de la Reina, elige obispos anglicanos de una terna).
En este contexto, la visita de Benedicto XVI para septiembre del próximo año, cuya confirmación oficial se considera inminente, se presenta como la ocasión perfecta para consagrar ese nuevo estatus social de la Iglesia Católica en el Reino Unido. La beatificación entonces del cardenal Newman será uno de sus símbolos más destacados.
Según datos de 2005, en el Reino Unido viven unos 25 millones de personas bautizadas como anglicanos y 4,5 millones como católicos, cifra que dobla al número de musulmanes. Pero la práctica religiosa ha disminuido más rápidamente entre los anglicanos, cuya asistencia a los servicios del domingo ha caído un 20 por ciento desde 2000, y se situaba hace dos años en 852.000 personas, de acuerdo con el informe Christian Research. En el mismo período, el número de católicos que van a la misa dominical ha bajado un 13 por ciento, y era de 861.000 en 2007.
«Las cifras exactas no son muy fiables, pero el hecho es ése y además se ha ido acentuando», dice el director de «The Catholic Herald». «En esto tiene mucho que ver la inmigración», explica, refiriéndose a la llegada de 600.000 polacos al Reino Unido cuando Polonia ingresó en la UE, «y se puede ver claramente en la distribución del fenómeno: mientras en el medio rural la práctica religiosa desciende notablemente, en Londres y otras ciudades con gran impacto inmigratorio se mantiene más o menos constante, con incrementos en determinadas parroquias».
La polémica de las mujeres obispos
Coppen es algo escéptico sobre el efecto que puede tener la consagración de mujeres obispos por parte de la Iglesia de Inglaterra, ya que se trata de un paso lógico que sigue a la ordenación de mujeres sacerdotes aprobada en 1992 y quien de raíz se oponía a este proceso ya abandonó la confesión anglicana. En cualquier caso, el arzobispo de Canterbury está impulsando retrasar cuatro años la ejecución de la medida para evitar que el total de 400 clérigos y laicos dirigentes contrarios a la existencia de mujeres obispos acaben marchándose.
La comparación sobre práctica religiosa entre anglicanos y católicos, como advierte un fiel al salir de la Adoración al Santísimo Sacramento que en Nuestra Señora del Monte Carmelo se celebra cada miércoles tras la misa vespertina, sería aún más favorable a los segundos si se tuviera en cuenta «la gente que entra en nuestras iglesias a rezar». «Los días laborables muchas iglesias anglicanas están vacías, no tiene más que ir aquí al lado», señala.
Aquí al lado está el templo anglicano de St. Mary Abbots, donde en ocasiones aparece el líder conservador, David Cameron. Aunque no vive por High Street Kensington, sino algo más al norte, en un extremo de Notting Hill, Cameron desea cultivar la relación con esta iglesia con el fin de poder seguir llevando a su hija a la escuela primaria parroquial (en el Reino Unido, la mayoría de parroquias cristianas tienen adjunta una escuela primaria). Sin ferviente fe, según reconoce él mismo, el dirigente «tory» decidió reforzar su perfil religioso cuando fue elegido líder del Partido Conservador en 2005.
«Cameron nos da “caché” ciertamente», bromea el párroco, «pero no creo que nadie venga aquí por verle; además, en términos de cifras de asistencia nada ha cambiado». El tablón de anuncios que hay en la entrada de St. Mary Abbots apenas recoge actos religiosos durante la semana, mientras que en el de los vecinos carmelitas, en cambio, además de la nutrida catequesis de Primera Comunión y Confirmación hay un curso para quienes se bautizarán en la próxima Pascua. El padre Ian explica que el año pasado se convirtieron al Catolicismo ocho adultos, la mitad bautizados previamente como anglicanos, y asegura que esto es una constante en muchas parroquias católicas.
Emili J. Blasco
www.abc.es (18-10-2009)
Nenhum comentário:
Postar um comentário