sexta-feira, 26 de fevereiro de 2010

La trola, el choriceo y el puterío, con Castro / Franco ante la guerra mundial

El Congreso elude condenar explícitamente el régimen castrista por su penúltimo crimen. Nadie puede sorprenderse, al menos nadie mínimamente al tanto de los hechos bajo la farsa y bellaquería en que se ha convertido la política en España, en que la han convertido Zapo y el futurista, ¿Cómo va a condenar al castrismo un Charlamento envilecido, formado mayoritariamente por delincuentes pro terroristas y pro chekistas, miembros de partidos corruptos hasta la médula y encubridores del 11-m? Unos, porque son "rojos", como Castro. Otros, porque son colaboradores de los rojos en espera de mejoras económicas (sin olvidar a Fraga, otro simpatizante del Tirano Banderas caribeño), porque, ya se sabe, "la economía lo es todo". Al conjunto solo puede parecerles muy disculpable, por no decir más, un régimen como el impuesto en Cuba, que ha hecho huir del país al 20% de la población, que mantiene a casi todo el resto sometido a un racionamiento ínfimo, solo compensado por la remesas de los exiliados, mientras los mandamases disponen de los productos occidentales en tiendas exclusivas para ellos, que ha organizado un espionaje general de los cubanos, manzana por manzana de casas, que habla del comercio como un saqueo de los países pobres y al mismo tiempo achaca a Usa, por no comerciar con la isla, la miseria que ese régimen impone a los cubanos, que ha organizado la prostitución como industria gubernamental; un régimen, en fin, sin ninguna de las libertades que todavía se mantienen en España a pesar de, que no gracias a, la chusma de las Cortes, esas gentes de la trola, el choriceo y el puterío.

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La actitud de Franco en la guerra mundial

En un artículo sobre el libro de Sáenz-Francés Entre la antorcha y la esvástica, he señalado algunos errores o insuficiencias de enfoque del autor en relación con el contexto de su asunto. Según lo voy leyendo encuentro observaciones como esta: "La subsistencia económica del Régimen dependía de las potencias anglosajonas". Nada de eso, aunque las potencias anglosajonas podían apretar mucho el dogal sobre la economía española cortando los suministros atlánticos. Pero aún así, el país podía soportar penurias mayores (otros países las soportaron) en la perspectiva de un triunfo del Eje, que según muchos historiadores Franco daba por descontada, para participar después en la victoria. Poco después, el autor se contradice: "Los dirigentes franquistas, preñados (sic) de rencor (¿?) de un genuino prejuicio hacia las democracias, deudor del pensamiento de la derecha extrema española, cristalizado a lo largo del siglo XIX y consagrado al socaire de las convulsiones políticas de la primera mitad del siglo XX, no pudieron sino mostrar una actitud de desdeñosa indiferencia hacia Inglaterra y Estados Unidos, al menos hasta 1942". Aparte de la generalización muy excesiva sobre los siglos XIX y XX, si la subsistencia económica "del régimen" dependía de las potencias anglosajonas, ¿cómo podría éste mostrarles "desdeñosa indiferencia"?

Ciertamente no hubo tal indiferencia, aunque sí bastante hostilidad (por Gibraltar, entre otras cosas, más bien que por "rencor"), y tampoco Franco fue condicionado excesivamente por las presiones anglosajonas. Franco no había contraído ninguna deuda con Inglaterra durante la guerra civil (de Usa, en cambio, había recibido el importantísimo petróleo), más bien al contrario, pero protegió los intereses económicos ingleses en España frente a las apetencias alemanas, y no dejó de comerciar con ese país. Y durante la guerra mundial, incluso en los momentos de mayor inclinación por el Eje, Franco mantuvo la relación con las potencias anglosajonas, toleró un considerable espionaje inglés, más o menos controlado, obtuvo algunos créditos de las potencias anglosajonas y renunció a otros muy sustanciosos debido solo a que a través de ellos Usa pretendía determinar la política exterior de Madrid.

El secreto de esta actitud, que las interpretaciones superficiales hacen contradictoria, es simple: Franco miraba en todo momento los intereses de España, y su simpatía por Alemania, con la que tenía una deuda considerable, no le llevaba a olvidarlos en ningún momento. Aspiraba a convertir a España en una potencia considerable y le importaba muy especialmente la reconstrucción del país, condición inexcusable para, aun si ganaba el Eje, no quedar supeditado a Hitler, a quien veía como más o menos amigo, pero no como amo. Casi todas las malinterpretaciones de la política española en aquellos años parten de olvidar este hecho esencial: la resolución de Franco de mantener la plena independencia de España y atender ante todo a sus intereses. De ese olvido, surge buena cantidad de equívocos y falsos problemas o "enigmas".

Otro error se percibe en la referencia de Sáenz-Francés a "la imparable marea de raigambre fascista" experimentada por el país entre abril y septiembre de 1939, y que él cree expuesta desde el punto de vista estético en el Desfile de la Victoria. Se trata de una visión muy superficial, que lastra el estudio. Hubo, ciertamente, una manifestación masiva de patriotismo, de gratitud hacia Italia y Alemania, y de simbología falangista --en gran parte católica y por ello no muy fascista--, y también de simbología católica a secas: en los roces y más que roces entre la Iglesia y la Falange, esta llevó en general las de perder. En cuanto al desfile de la victoria, lo significativo fue la presidencia exclusivamente española, descartándose las pretensiones alemanas de participar en la tribuna. Son errores debidos al influjo de la propaganda, tan persistente.

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**** Buenafuente se mofa de las víctimas del 11-m. ¿Y qué otra cosa ha hecho PRISA que burlarse de ellas desde el principio?

**** De Juana Chaos tiene algún motivo de queja contra el gobierno socialista que, después de ponerlo en libertad dentro del programa de colaboración con la ETA, le ha dejado sin la necesaria ayuda económica. ¿Cómo es posible, si De Juana es tan socialista como el gobierno, tan antifranquista y pro chekista como Zapo, tan afín a dictaduras como la de Castro, tan... tan...? Y el hombre se lamenta, con razón, de injusticia tal.

**** Dice Rajoy que el gobierno ha rectificado su política anterior con la ETA. El futurista trata de engañar a la gente. Para empezar, las terminales políticas del grupo terrorista siguen legalizadas y recibiendo dinero público. Pero además, ¿cuál ha sido el coste de la colaboración abierta del gobierno con la ETA? Gravísimos daños al estado de derecho, a la Constitución y a la unidad de España. Es como un estafador que tras defraudar enormes sumas, anuncia que ha cambiado de actitud y no estafará más, y sigue disfrutando de lo robado. Rajoy parece entender eso muy bien, y se apunta: "ha rectificado --asegura-- ¿qué más se puede pedir?". Como el 11-m, no es asunto prioritario para quien ha dejado a España sin oposición, asestando un nuevo y gravísimo golpe a la democracia.

****¿Qué hay detrás de la ETA? ¿Y detrás del IRA, que derrotó a Inglaterra después de la I Guerra Mundial y se ha mantenido después tanto tiempo como la ETA y conseguido buena parte de sus objetivos? ¿Y detrás del Irgún, que derrotó a los servicios secretos y al ejército británico? ¿Y detrás del FLN, que derrotó a Francia? ¿Y detrás del Vietcong, que derrotó a Usa? Preguntas seudointeligentes que ignoran el principio de la navaja de Occam. En fin, ¿qué hay detrás del que hace tal pregunta? ¿La masonería, quizá?

Pío Moa

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado

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