Hechos:
Zapo es el mayor colaborador que la ETA ha tenido en su historia. Zapo volvió a legalizar los disfraces políticos de la ETA, lo que significa, entre otras cosas, que entregó a los asesinos dinero de todos los españoles, les entregó el censo de ciudadanos en las Vascongadas, incluso les facilitó la evasión de la persecución judicial. Traicionando su subconsciente, calificó de “trágicos accidentes” sus crímenes, y de “discurso de paz” sus tretas; persiguió a la AVT, tratando de silenciarla, y movilizó a sus corrompidos medios de masas para desacreditar a las víctimas, mientras, para dividir a éstas, promovía otra asociación dirigida por una totalitaria comunista. Internacionalizó el problema al gusto de los pistoleros. Degradó todavía más la función judicial: Garzón y Bermejo, por caso.
Aun más graves fueron las contraprestaciones políticas ofrecidas a los héroes del tiro en la nuca para conseguir lo que, pervirtiendo absolutamente el lenguaje, llamaban “la paz”: reducción a residual del poder central español, como acertó a definirlo el socialista Maragall, y disolución de la nación española en un conglomerado de mininaciones según el interés de los políticos locales. Hundimiento de la Constitución mediante medidas ilegales y actos consumados. Más la Ley de la Falsedad Histórica, que da satisfacción a los asesinos etarras presentándolos como víctimas (y cobrando lo correspondiente de las arcas públicas) al lado de los asesinos de las checas. Esta ley no solo falsea radicalmente la historia de España, sino que deslegitima implícitamente a la monarquía y a la democracia hoy existentes, procedentes del franquismo. Objetivos comunes de la ETA y de los socialistas.
La colaboración de Zapo con la ETA ha legitimado el asesinato como medio de hacer política y ha premiado fantásticamente a los asesinos, atacando los mismos cimientos de la convivencia libre instaurada hace treinta años. Todo ello gracias, también, a una oposición inane, irrisoria, insignificante.
Esta colaboración no procede de ninguna ingenuidad. La ETA lleva actuando demasiado tiempo para que ni el más tonto se llame a engaño. La colaboración se basa en ideas compartidas por ETA y PSOE: los dos menosprecian a España, su tradición y su carácter nacional, desprecian las libertades y la Constitución salida de la reforma democrática del franquismo. Sobre estas bases se ha construido el asombroso proceso de pisoteamiento de la legalidad y de las normas más elementales de convivencia democrática.
Pero estos negocios o negociaciones de tipo mafioso suelen acabar mal, y la historia nos recuerda cómo los diversos partidos del Frente Popular, tan añorado por los falsarios de la “memoria histórica”, terminaron a tiros entre ellos. Ahora, a una escala menor, pero no menos significativa, el PSOE y la ETA han finalizado su "proceso de paz", si bien el primero se ha garantizado, por votación en las Cortes, la continuación de sus negocios con los etarras una vez gane las elecciones, si las gana.
Palabras:
Aun más graves fueron las contraprestaciones políticas ofrecidas a los héroes del tiro en la nuca para conseguir lo que, pervirtiendo absolutamente el lenguaje, llamaban “la paz”: reducción a residual del poder central español, como acertó a definirlo el socialista Maragall, y disolución de la nación española en un conglomerado de mininaciones según el interés de los políticos locales. Hundimiento de la Constitución mediante medidas ilegales y actos consumados. Más la Ley de la Falsedad Histórica, que da satisfacción a los asesinos etarras presentándolos como víctimas (y cobrando lo correspondiente de las arcas públicas) al lado de los asesinos de las checas. Esta ley no solo falsea radicalmente la historia de España, sino que deslegitima implícitamente a la monarquía y a la democracia hoy existentes, procedentes del franquismo. Objetivos comunes de la ETA y de los socialistas.
La colaboración de Zapo con la ETA ha legitimado el asesinato como medio de hacer política y ha premiado fantásticamente a los asesinos, atacando los mismos cimientos de la convivencia libre instaurada hace treinta años. Todo ello gracias, también, a una oposición inane, irrisoria, insignificante.
Esta colaboración no procede de ninguna ingenuidad. La ETA lleva actuando demasiado tiempo para que ni el más tonto se llame a engaño. La colaboración se basa en ideas compartidas por ETA y PSOE: los dos menosprecian a España, su tradición y su carácter nacional, desprecian las libertades y la Constitución salida de la reforma democrática del franquismo. Sobre estas bases se ha construido el asombroso proceso de pisoteamiento de la legalidad y de las normas más elementales de convivencia democrática.
Pero estos negocios o negociaciones de tipo mafioso suelen acabar mal, y la historia nos recuerda cómo los diversos partidos del Frente Popular, tan añorado por los falsarios de la “memoria histórica”, terminaron a tiros entre ellos. Ahora, a una escala menor, pero no menos significativa, el PSOE y la ETA han finalizado su "proceso de paz", si bien el primero se ha garantizado, por votación en las Cortes, la continuación de sus negocios con los etarras una vez gane las elecciones, si las gana.
Palabras:
Zapo: “Los terroristas han querido interferir en la voluntad de los ciudadanos en las urnas”. “ETA está ya vencida por la democracia y repudiada por la sociedad”.
Rubalcaba: “Nunca doblegarán la voluntad de la democracia”. “Asesinato vil y cobarde”.
Rajoy: “El PP quiere expresar su solidaridad con familia, amigos, vecinos, compañeros militantes del PSOE y con todos los españoles de bien”.
ETA debe perder toda esperanza de conseguir sus objetivos políticos. Vamos a ganar esta batalla, vamos a derrotar a ETA. No hay otra posibilidad".
En fin, seguro que les suena la letanía: Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla… ¡Asco de politicastros! De dónde habrá salido esta gente…
Pío Moa
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