quarta-feira, 14 de outubro de 2009

"No hay sitio" (para los últimos tontos de España, la ARMH)

Recurro de nuevo a la sentencia de mi querido maestro Santiago Amón: «En España no hay sitio para un tonto más». Si un kilo de tonto se cotizara en el mercado como un litro de petróleo, España estaría a la cabeza de la economía mundial. Sería una potencia. Una potencia peligrosísima, porque nada más arriesgado que un poderoso majadero. En otras sociedades, el tonto se oculta, o disimula, o pasa desapercibido porque tiene la mínima luz mental para saber que es tonto. En España se pavonean de serlo. Se muestran, se exhiben y se solazan públicamente. Son esos bobos que Antonio Burgos llama «tontos con balcones a la calle».

Son tontos osados, dados a la filigrana y vaivén del abanico. Mueven mucho la cabeza, y de reír, son de carcajada con encías a la vista. A todo le conceden una trascendencia inadecuada. Y están en todas partes, incluidos el Gobierno, su partido, y el ídem de la Oposición. Y como éramos pocos y parió la abuela, importamos más tontos. Esos porteños montoneros que han desbancado, incluso, a los tontos con balcones a la calle. Ese Luppi, y Lippi, o como se llame. El denostado y proscrito Agustín de Foxá se lo decía en endecasílabos a Celia Gámez: «Tú, que cantas esos tangos con ojeras/ repletos de memeces argentinas».

La ARMH, es decir, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, ha solicitado que en los Regimientos y cuarteles de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, el lema «Todo por la Patria» sea sustituido por «Todo por la Democracia». ¿Democracia participativa, democracia social-comunista, democracia bolivariana? ¿Por qué no «Todo por la Ley D´Hont» o «Todo por el Sistema Métrico Decimal»? Lo que buscan estos tontos con balcones a la calle, con terrazas a la calle, es la eliminación de la voz «Patria», que mucho les molesta. Consideran que la Patria es una figura de derechas, una voz anclada en el pasado, una provocación a su «progresismo» idiota. En Francia los hubieran corrido por los Campos Elíseos. «La Marsellesa» con nueva letra. Fuera «La Patrie». Allí no se atreverían a proponer tamaña estupidez. En Francia hay tontos, y hay cursis, pero no tantos como en España. Aprovechando la visita de Zapatero a Obama, nuestro Presidente se lo podría plantear mediante intérprete. «Barack, ¿qué necesidad tienen vuestros soldados de luchar y morir por la Patria? ¿No sería mejor que lo hicieran por la democracia?». Duraría medio minuto la entrevista.

España es la Patria, y por fortuna, su sistema político es una Monarquía Parlamentaria, democrática y libre. Democrática en todo su sentido, no en el que interpretan los resentidos del ayer que le ponían el apellido de demócrata a todo lo que no tenía que ver con una democracia. Sólo es eso. La obsesión de los tontos por enredar. Jugar con los sentimientos y los símbolos es muy arriesgado. En esa propuesta, además de supina necedad hay una perversa intención. Nadie más malo que un tonto que ignora que lo es. Se da por hecho que España es demócrata y libre.

Humillar el concepto de La Patria, además de una insensatez, es de imbéciles. Se archiva el asunto en la papelera.

Alfonso Ussía
www.larazon.es

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