Ayer informaba ampliamente ABC sobre la iniciativa de múltiples entidades y personalidades en favor de la candidatura de la Fundación Vicente Ferrer para el premio Nobel de la Paz. Políticos, empresarios, científicos, universidades, medios de comunicación y miles de ciudadanos han mostrado su apoyo a una propuesta que se presenta hoy en Oslo. Fallecido el pasado mes de junio, el cooperante español deja tras de sí una obra excepcional en la India: casi 1.700 escuelas con 144.000 jóvenes escolarizados, cerca de 30.000 familias que se benefician de viviendas dignas, hospitales y clínicas rurales, así como sistemas de regadío y otras actuaciones movidas por una genuina conciencia ecológica. La ONG fundada por el ex jesuita catalán comenzó su actividad en 1969 y ha creado desde entonces un proceso de desarrollo integral en una región deprimida que supone un modelo a seguir para establecer una sociedad más justa e igualitaria.
Vicente Ferrer predicó y practicó durante toda su vida una auténtica solidaridad, luchando para mejorar la realidad diaria en cada aldea y en cada comunidad. La verdadera cooperación consiste en promover la dignidad inherente a todo ser humano, sin paternalismo ni retórica vacía. Desde esta perspectiva, su legado es fiel reflejo de una personalidad excepcional que actúa por amor al prójimo y por una confianza infinita en la capacidad del ser humano para hacer el bien. De todo ello surgen los verdaderos «cimientos de la paz» como proclamaba ayer el director general de la Fundación en la Tercera de nuestro periódico. Es una lección para el mundo entero que el jurado del Nobel haría bien en reconocer si quiere mejorar su imagen internacional después de algunas decisiones polémicas y precipitadas. Sin embargo, lo importante no es el premio en sí mismo, sino el impulso que su concesión puede suponer para una obra de calidad excepcional desplegada en circunstancias muy difíciles. Como todos los grandes personajes de la historia, Vicente Ferrer era en el trato personal un hombre humilde y austero. Por eso, la candidatura que hoy se presenta es, al margen del reconocimiento a su tarea, un auténtico proyecto de futuro, puesto que lo importante es continuar una labor que dignifica la condición humana.
Editorial ABC
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