"Hoy es el día de la paz, así que sentaos en el suelo del patio (una chica: "Con lo frío que está, vamos a coger una cistitis") y vamos cantar todos por la paz. Ahí tenéis una hoja con la letra, para que la sigáis mientras suena por la megafonía". La hojilla dice: "Imagine - John Lennon. 24 de enero de 2010 - Gesto por la paz". Por un lado, la letra en inglés, por otro la traducción en español, una traducción mediocre y en algunos puntos falsa, manipulada, mezclando cielo y firmamento, y transformando el "ninguna religión" por "ninguna religión por la que morir o matar", que no mejora la cosa, pues desprecia y condena a los mártires del cristianismo. Así los alumnos, que en su mayoría solo chapurrean inglés, se "enteran" mejor de lo que deben cantar e invocar. Hay que cantarla en inglés, naturalmente, porque en español se pierde el ritmo.
Esto, en un colegio de monjas. Y no es un caso excepcional.
La letra creo que es bastante conocida. Aparte de atea y explícitamente antirreligiosa, constituye una de las exposiciones más romas de un utopismo banal, el ideal del hormiguero, que todo el mundo viva "como uno" (bajo la dirección de algún Lennon-hormiga reina, eso va de suyo, productora de incontables "unos" todos iguales en pensamiento y acción). La reducción de la humanidad, en definitiva a un estado puramente animal. Aparte de la condena a la miseria con recetas contradictorias, simplemente necias: vivir sin posesiones, ni codicia ni hambre. El multimillonario Lennon, que no se privó de ninguna posesión (y aún menos Yoko Ono), y por ello distó de pasar hambre, fuera codicioso o no, dice en la letra que se le puede tomar por un soñador. Y tanto. Las drogas le ayudaban bastante en sus sueños, pero sandeces como las de la canción las reservó para ese mundo fumado. En el mundo real recuperaba el sentido práctico y no prescindía de su vida de ricacho, aunque soltara algún dinero para una fundación que difundiera sus bobaditas.
Bien, Lennon tenía bastante talento para la música ligera, pero aparte de ello era lo que en términos vulgares se llama un gilipollas sin mácula. Las monjas en cuestión no le van a la zaga, solo que han hecho voto de pobreza. Y no es, ni mucho menos, un caso raro en colegios religiosos, en los que he oído la necia canción más de una vez. También en ellos dan la "Educación para la ciudadanía", aunque no la necesitaban, realmente, porque los textos de enseñanza religiosa, de enseñanza del medio y otras enseñanzas, reproducen perfectamente una retórica progre que sin duda encantará al loquillo Zapo y los suyos y suyas. O a Rajoy, Soraya, Cospedal y demás mandamases de la "oposición".
Pío Moa
http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado
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