sexta-feira, 16 de outubro de 2009

España y el antisemitismo

Cualquier visita oficial a otro Estado debe fundarse sobre sólidas bases. La que ayer realizó el presidente del Gobierno español a Israel y la Autoridad Palestina no pudo tener peor fundamento. Llegar a Israel declarando al muy relevante diario Maariv que «cuando hacemos críticas a Israel, las hacemos como amigos. En España no hay antisemitismo, sí lo hubo con el régimen de Franco», es llevar la reescritura de la memoria histórica más allá de lo asumible. Es muchísimo lo que se puede achacar al régimen del general Franco en materia de Derechos Humanos, pero entre todo ello no hay elementos de antisemitismo. El actual Defensor del Pueblo, militante socialista y ministro de Justicia entre 1988 y 1991, Enrique Múgica Herzog, presidió en 1997 la Comisión de Investigación de las Transacciones de Oro procedentes del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial. En ella se exculpó al régimen español de la época de ningún acto estructurado de antisemitismo -como los que hubo en casi toda Europa- y ninguna investigación ha encontrado signos de antisemitismo de relevancia en la España de la época. Sí que se acogió a antisemitas como notorios refugiados nazis, pero no se permitió la promoción del antisemitismo de ninguna manera. Que el presidente del Gobierno acuda a Israel por primera vez en cinco años de Gobierno y se escude en que él no es antisemita, pero que sí lo fue el régimen franquista, es la mejor evidencia del posicionamiento de España en el conflicto israelo-palestino. Partiendo de una falsedad -y del generalizado rechazo contemporáneo al franquismo- se intenta crear la fantasía de que nuestra actitud hacia Israel ha mejorado respecto a la de aquel régimen. Por vegüenza para España, la mayor parte del régimen de Franco fue un lento acercarse hacia Israel -sin llegar nunca al establecimiento de relaciones diplomáticas-. Y este Gobierno tiene un constante alejamiento de Israel, hasta ahora sin ruptura, afortunadamente. Que tras un lustro en el poder, y pese a tener un equipo de asesores -el ministro de Exteriores, Moratinos, y el secretario general de la Presidencia, León- con un conocimiento de la región de primera mano, Rodríguez Zapatero haya realizado una primera visita en la que en 48 horas haya visitado Siria, Israel y la Autoridad Palestina, con profusión de citas turísticas, es signo inequívoco del verdadero calado de la gira. Por más que Zapatero invoque, repetidamente, el nombre de Obama.

Editorial
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