Primeras imágenes de una tribu indígena aislada de la civilización en el Amazonas
Suelen ser grupos pequeños, que raras veces superan el centenar de personas. Viven en los lugares más remotos de la Tierra, en regiones inexploradas a las que nuestra civilización no ha conseguido llegar. En islas perdidas o en el corazón de las selvas vírgenes de Suramérica, Asia y Oceanía. Son, se calcula, más de un centenar de tribus repartidas por todo el mundo, aunque cerca de la mitad de ellas se concentran en Brasil y Perú. Tribus que nunca, o en muy raras ocasiones, han tenido contacto con «nosotros».
Y están en peligro
Conflictos y muertes
José Manuel Cuevas
www.abc.es
Suelen ser grupos pequeños, que raras veces superan el centenar de personas. Viven en los lugares más remotos de la Tierra, en regiones inexploradas a las que nuestra civilización no ha conseguido llegar. En islas perdidas o en el corazón de las selvas vírgenes de Suramérica, Asia y Oceanía. Son, se calcula, más de un centenar de tribus repartidas por todo el mundo, aunque cerca de la mitad de ellas se concentran en Brasil y Perú. Tribus que nunca, o en muy raras ocasiones, han tenido contacto con «nosotros».
Completamente aisladas del mundo exterior, siguen costumbres ancestrales que en el resto del mundo se perdieron hace ya miles de años.
Y están en peligro
Se encuentran, de hecho, entre los humanos más amenazados del planeta. Empujados por la industria maderera fuera de sus territorios, muertos sin piedad por las armas de los furtivos o diezmados, poco después de un contacto fugaz con «extraños», por enfermedades inocuas para nosotros pero completamente nuevas, y letales, para ellos.
Organizaciones como Survival International han lanzado campañas urgentes para protegerles. Campañas que a menudo incluyen documentales, películas, libros y fotografías que recuerden que esas personas existen realmente.
Algunos miembros de una de esas tribus perdidas han sido fotografiados desde el aire por esta organización, muy cerca de la frontera entre Perú y Brasil, mientras escapaban de la tala ilegal que afecta a las regiones de Yurúa, Purús y Envira. Las casas de este grupo fueron fotografiadas en territorio brasileño, a pocos kilómetros de la frontera, en una de las regiones más impenetrables de la selva amazónica, en el estado de Acre.
Conflictos y muertes
«Lo que está ocurriendo en esta región es un crimen descomunal contra la naturaleza, los pueblos indígenas, la fauna, así como una prueba evidente de la completa irracionalidad con la que nosotros, los «civilizados», tratamos al mundo, casa de todos nosotros», afirma el experto en pueblos indígenas aislados José Carlos dos Reis Meirelles, que dirige el puesto de Protección de Indígenas Aislados cerca del límite fronterizo con Perú. En esa zona, la actividad de los madereros ya ha originado violentos conflictos y muertes. Según Meirelles, el éxodo de los pueblos indígenas aislados hacia Brasil podría extender el conflicto a otras tribus no contactadas que habitan de forma permanente en territorio brasileño.
«Sobrevolamos el área para mostrar sus casas, para mostrar que están ahí, para demostrar que existen», asegura Meirelles. «Esto es realmente importante porque algunos dudan de su existencia. Desconozco a qué pueblo indígena pertenecen, y deseo no saberlo durante muchos años más». Cuando Meirelles sobrevoló el poblado por la mañana, estaba lleno de gente, hombres, mujeres y niños. Algunos, recuerda, tenían las cabezas afeitadas y otros lucían largas melenas. Las mujeres vestían faldas de algodón. Pero nadie sabe qué lenguaje hablan ni a qué tribu pertenecen.
Cuando el experto regresó por la tarde, las mujeres y los niños habían desaparecido en la selva y los hombres, pintados de rojo y negro, se mostraron muy agresivos y lanzaron flechas contra la avioneta.
No quieren contactos, sino que les dejen en paz. Si lo hacemos, puede ser su última oportunidad para sobrevivir.
José Manuel Cuevas
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