Ibarretxe ha vuelto a lo suyo, a lo de siempre, a lo de antes de la guerra civil, al Plan que lleva su nombre y a la propuesta de una «consulta» sobre unas negociaciones con ETA y la autodeterminación por la vía pacífica. Está en lo suyo. Como ERC, que nos acaba de anunciar la suya por boca de Carod Rovira. Porque esto está que arde.
La única novedad respecto al pasado es que hay una conciencia plena sobre lo que un marxista llamaría el cumplimiento de las condiciones objetivas y subjetivas para el salto independentista. Estamos ya en la antesala. Los nacionalistas cuentan con el convencimiento de los socialistas, y especialmente con el de Zapatero, el líder, el gran timonel, que en la pasada legislatura proclamó de forma solemne el derecho de los vascos a decidir sobre su futuro, al margen del resto de los españoles. Vía libre a la anticonstitucionalidad. Y este Rodríguez Zapatero es el que ha ganado en las elecciones generales de hace tres meses.
¿Por qué dice el Gobierno que que no es el momento para la consulta? Sencillamente, porque, una vez en el poder, Zapatero quiere administrar bien los tiempos. Lo que le da un aire de mayor respetabilidad y cordura. Mientras el PP se quiebra del todo. Como vengo diciendo desde hace mucho tiempo, ZP quiere repetir la operación de Cataluña. Porque quiere controlar bien el proceso. Y decían que era tonto.
Algunos comentaristas, puestos a especular, juegan con los votos del gobierno tripartito, y del PCTV, y de las pasiones que puedan estar dominando en estos momentos a los jefes de ETA...
Unos cálculos tan llenos de la lógica del otro, del enemigo, del antiespañol, que posiblemente puedan tenerlos en cuenta los responsables del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco). Excesivas especulaciones para un resultado que, en el peor de los casos, podría volverse en contra de ese aprendiz de brujo llamado José Luis Rodríguez Zapatero, aunque no para recomponer nuestra querida y rota España.
César Alonso de los Ríos
www.abc.es
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