Con motivo de la guerra de 1948 se produjeron dos éxodos: uno, protagonizado por árabes, desde la zona de Palestina hacia los países vecinos, y otro, de población judía, desde los países árabes hacia Palestina, hacia el renacido Estado de Israel. En este artículo me centraré en el primero. |
El éxodo árabe fue consecuencia de varias circunstancias. Para empezar, del miedo y la desorientación humanos propios de una guerra, pero también de las decisiones del liderazgo árabe de la época, que fomentó de manera muy considerable la huida de sus paisanos.
En aquel entonces, la estructura social, cultural y religiosa de las sociedades árabes reconocía tres líderes: el muqtar (cacique local), el efendi (terrateniente) y el jeque (jefe religioso). Pues bien, por lo general éstos huyeron y alentaron la huida masiva. Tan fue así, que Husein Jalidi, por entonces secretario del Alto Comité Árabe, protestó por la actitud de sus colegas de la siguiente manera: "Todo el mundo me abandonó: seis están en El Cairo, dos en Damasco... no podré aguantar mucho más. Todos se están yendo. Todo aquél que tiene un cheque o algo de dinero se va, a Egipto, al Líbano o a Damasco".
Los líderes árabes abundaron en amenazantes declaraciones belicistas, que descartaban toda clase de negociación pacífica con los judíos. Abdel Rahman Azzam, una importantísima figura política de la época, ya había advertido en 1947: "Nada se conseguirá mediante conciliación o paz. Intentaremos arrollarlos. No estoy seguro de que tengamos éxito, pero lo intentaremos. Es muy tarde para una solución pacífica". Por su parte, el primer ministro iraquí afirmó, en marzo de 1948: "Aplastaremos el país con nuestras armas y destruiremos cualquier lugar donde los judíos busquen refugio". Azzam Pachá, a la sazón secretario general de la Liga Árabe, en una conferencia de prensa en la capital egipcia en mayo del mismo año habló de una "guerra de aniquilación", de "una matanza colosal que será recordada junto a las Cruzadas y las matanzas de los mongoles". El rector de la Universidad Al Azhar, la más importante de Egipto y de todo el mundo árabe, proclamó: "Echaremos a las bandas de sionistas criminales al mar, y de esta manera ningún judío permanecerá en Palestina".
Este tipo de declaraciones creó un clima antijudío entre la población árabe de la zona, pero igualmente alentó el éxodo árabe, y las propias fuentes palestinas lo confirman. Abú Iyad, número 2 de la OLP hasta su muerte, en 1991, declaró en 1978 a un periódico de París: "Cientos de miles de palestinos decidieron abandonar su patria para protegerse (...) Los líderes árabes les prometieron que su exilio sería corto, algunas semanas o meses, no más que el tiempo necesario para que la coalición de ejércitos árabes derrotara a las fuerzas sionistas". Por su parte, el poeta nacionalista palestino Mahmud Darwish dijo en 1983: "Los palestinos habían sido instruidos para que dejaran su patria, al objeto de que no obstruyeran las operaciones militares árabes, que se suponía durarían unos días y nos permitirían regresar a nuestros hogares". Un refugiado palestino anónimo relató: "Los gobiernos árabes nos dijeron: 'Salgan y así entramos'; nosotros salimos, pero ellos no entraron". En cuanto al actual presidente de la Autoridad Palestina, Abú Mazen, o Mahmud Abbás, en 1976 declaró al diario de la OLP en Beirut: "Los ejércitos árabes penetraron en Palestina para proteger a los palestinos de la tiranía sionista, pero en lugar de eso los abandonaron, los forzaron a emigrar, a dejar su patria, y los arrojaron en prisiones similares a los guetos en que solían vivir los judíos".
Como vemos, hay una evidencia bastante concluyente a propósito de cuál de las partes instó a la huida de los árabes, y cuál la que violentó la resolución 181 de Naciones Unidas, que hablaba de la creación de dos Estados que coexistieran de forma pacífica, uno árabe y otro judío. Sin embargo, hoy los árabes culpan a Israel. No tiene sentido abundar en las citas, pero sí mencionar que el propio liderazgo judío del momento: Golda Meir, David ben Gurión y otros, abierta y públicamente llamó al pueblo árabe a permanecer en el país.
El 11 de diciembre de 1948 la ONU aprobó una resolución, la 194, que es muy citada por las propias fuentes árabes hoy en día, como si validara el derecho de retorno. No hay tal. Se trata de una resolución adoptada en un contexto específico –una comisión de conciliación tenía que negociar una solución al conflicto–, de quince párrafos, en la que sólo se habla de los refugiados –así, sin más, sin el adjetivo "árabe" o "judío"– en el decimoprimero: "Los refugiados que deseen retornar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos deberían poder hacerlo en la fecha practicable más temprana". Por supuesto, esta resolución no crea principio legal absoluto alguno ni un derecho nacional inquebrantable, y al hablar de "los (...) que deseen (...) vivir en paz con sus vecinos" excluye a la práctica totalidad de la población refugiada palestina: es difícil encontrar alguno dispuesto a una coexistencia pacífica.
En aquel entonces las naciones árabes votaron en contra de la resolución porque, precisamente, advirtieron de que no creaba principio legal ni derecho al retorno algunos, y porque el texto incluía un llamamiento a la internacionalización de Jerusalem.
En este asunto, lo que hubo y lo que sigue habiendo es una actitud manipuladora de la legalidad internacional: las resoluciones que los árabes rechazaron, tanto la 181 como la 194, fueron posteriormente reactivadas por los propios árabes: ahora se proclaman sus grandes valedores y dicen que hay que acatarlas.
En definitiva: desde los puntos de vista histórico, moral y legal, no hay nada que sustente el famoso, mítico y pseudosagrado derecho de retorno palestino: quien conoce cómo se sucedieron los acontecimientos de 1948, y lo que vino después, con toda objetividad puede concluir que fue la parte árabe la que creó este problema... y la responsable de su perpetuación.
Julián Schvindlerman
Pinche aquí para escuchar la versión radiofónica de este artículo.
HISTORIA DE ISRAEL: La Guerra de la Independencia – Jerusalem durante la guerra de 1948.
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