quarta-feira, 29 de julho de 2009

¡Al diablo con Chávez!

Hugo Chávez.
Hace bien el canciller de Colombia al recordarle a Hugo Chávez que el gobierno de Bogotá no interfirió en sus ejercicios navales con la flota rusa, en noviembre pasado.

Para esa exhibición de su bandera por el Caribe, los rusos enviaron su más preciada joya, el acorazado nuclear Pedro el Grande, provisto de misiles supersónicos que pueden llevar carga convencional o atómica, así como el buque Almirante Chabanenko, especializado en la caza de submarinos.

Esa demostración de fuerza estuvo precedida, en junio, por un ejercicio de lanzamiento de misiles en la base venezolana de La Orchila –uno desde un avión Sukhoi y otro desde una fragata–, y, en septiembre, por la presencia en Venezuela de dos bombarderos estratégicos TU-160, con capacidad para llevar doce cohetes de crucero con ojivas nucleares o convencionales y 40 toneladas de bombas. Entonces, Chávez declaró que la presencia de los dos bombarderos era un "gesto de fraternidad y apoyo" de los rusos que había de dar "más seguridad" a Venezuela (diario español El Mundo, 15-09-2008).

Pero eso no es todo. Chávez suscribió un acuerdo para que los aviones de guerra rusos puedan reabastecerse de combustible en Venezuela, y también ofreció las bases de Cuba y Venezuela para estacionar bombarderos estratégicos rusos, con el fin de que operen permanentemente en la región.

Tiempo atrás, Bogotá fue respetuosa cuando Chávez decidió emprender una carrera armamentista que rompió el equilibrio regional y derivó en constantes intimidaciones a Colombia, con la amenaza reiterada chavista de enviarle sus mortíferos Sukhoi si no hacía lo que él quería. En cambio, se opuso a que España vendiera a Colombia 40 tanques AMX-30 de segunda mano, de los que Venezuela tiene más de 100 cumpliendo una misión estratégica en el sector fronterizo de Paraguachón.

A lo dicho por el canciller colombiano, Chávez replica que Rusia no es un enemigo para Colombia, pero Estados Unidos sí. Hay tres razones básicas que demuestran que el sátrapa está equivocado:
– A diferencia de Bush, Obama no alentará invasiones, provocaciones ni ataques preventivos, aunque eso no significa que no le dé su merecido al que se lo busque.

– EEUU y Venezuela tienen excelentes relaciones comerciales que trascienden las fanfarronadas de Chávez, puesto que "el imperio" es el destino natural de casi todo su petróleo.

– Si los gringos quisieran invadir Venezuela no necesitarían lanzar ataques desde Colombia: les bastaría con desplegar una muy pequeña parte de su poderío naval.
La realidad es que el riesgo por estos lados no proviene de Rusia ni de EEUU, cuyos presidentes se estrecharon las manos hace poco, ni de los pueblos de Venezuela o Ecuador. La amenaza real se llama Hugo Chávez Frías. Parafraseando al dictador venezolano, habría que señalar que la presencia de gringos en las bases colombianas –más que soldados, son técnicos y analistas– es un gesto de fraternidad y apoyo que nos da a los colombianos más seguridad. Para Chávez, el asunto es una complicación que dejará al descubierto sus vínculos con el narcotráfico y las FARC, y un duro escollo en su obsesión con apoderarse de Colombia, mientras que su desvarío sobre la Patria Grande huele a pútrido comunismo y despótica tiranía.


© AIPE

SAÚL HERNÁNDEZ BOLÍVAR, periodista y escritor colombiano.

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