sábado, 25 de julho de 2009

Griten conmigo: ¡Santiago y cierra, España!


Este fin de semana, concretamente el 25 de Julio, se celebra (o celebraba) la festividad de Santiago Apostol, Patrón de la otrora católica España.

No sabemos, y preferimos no saber, si las autoridades patrias tendrán a bien, como antaño se hacía, dedicar homenaje alguno a tan sagrado día. Poco importa a estas alturas de ruptura de España y olvido de su tradición católica si Zapatero, su esposa cantante, el Presidente de la Xunta, algún inquilino despistado de la Zarzuela, o el acomodador del Teatro Real, acuden a Compostela.

Nadie respeta ya a España en el panorama internacional. Mendigamos asientos en cumbres que hemos de observar desde las cloacas. Por supuesto, con el cachondeo generalizado de franceses, alemanes, británicos, estadounidenses... Todos ellos dándonos por saco en las instituciones comunes y despelotándose de risa cuando nos ponemos chulos pidiendo que el tercer imaginaria en la noche afgana sea español, o exigimos alguna contrapartida por dejar que los bombarderos norteamericanos salgan de España con las tripulaciones bien descansadas tras pasar la noche en algún club de alterne de la A2.

La Historia se manipula y quieren hacernos creer que Velarde, Agustina de Aragón y el tambor del Bruch no combatieron en la misma guerra, sino en tres guerras distintas que no deben confundirse. La del centralismo madrileño contra el centralismo napoleónico, la que los aragoneses hicieron contra Francia por su cuenta, y la de Cataluña, de tú a tú contra otra potencia europea.

Hay necesidad de Reconquista, cuando menos cultural, y vamos a contribuir a ella recordando la figura del Apostol Santiago.

Apóstol de Jesús "Santiago, el Hijo de Zebedeo o el Mayor", era el hermano mayor de Juan, ambos originarios de Betsaida habitaban en la cercana Cafarnaún, trabajando en el negocio familiar de pesca en las riberas del Lago de Genesaret; pertenecían, pues, a una familia de modestos propietarios con su padre Zebedeo. Estaban asociados con otra pareja de hermanos, Pedro y Andrés en la industria de la pesca del lago para cuyo trabajo contaban con empleados ocasionales. De este círculo de pescadores Jesús se llevó sus cuatro primeros discípulos: Pedro y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan.

Santiago, gozaba de especial confianza y relación con Jesús, como uno de los discípulos básicos, destacándose con Pedro y Juan del resto de los discípulos, obteniendo el puesto de testigo privilegiado en los momentos más importantes. El mismo Jesús apodó a Santiago y a Juan con el sobrenombre de "hijos del trueno" ( Mc, III, 17 ).

Santiago aparece como una persona apasionada, llena de arrojo y decisión, capaz de ponerlo todo en juego; como una persona que arrasa por su empuje y que no se para en echar cálculos y medir consecuencias. Santiago forma parte del grupo inicial de la Iglesia Primitiva de Jerusalén.

Santiago estuvo presente en momentos muy importantes de la vida de Jesús y se ha considerado uno de sus discípulos predilectos. Asistió, junto con Juan y Pedro, a la resurrección de la hija de Jairo. Fue testigo en la Transfiguración y estuvo también el El Huerto de Getsemaní.

San Lucas ( Lc, IX, 33) nos relata uno de sus momentos: junto a su hermano Juan solicitó de Jesús que hiciese bajar fuego del Cielo para arrasar a inhospitalarios samaritanos que se negaban a dar albergue al maestro.

La tradición le atribuye una gran labor de evangelización en la provincia hispánica que le correspondió en el reparto que los Apóstoles realizaron con el fin de difundir el Evangelio de Cristo. Probablemente llegó a España en el año 41 y permaneció en ella hasta fines del año 42. Recorrió los caminos de Itálica, Mérida, Coimbra, Braga, Iria, Lugo, Astorga, Palencia, Horma, Numancia y Zaragoza, donde se le apareció la Virgen en el Pilar. Después, por el Ebro, pudo tomar la Via Augusta de Tortosa a Valencia, Chinchilla y Cazlona para regresar desde un puerto murciano o andaluz a Palestina.

Herodes Agripa, rey de Judea ( Act, XII, 2), nieto de Herodes El Grande, lo hace decapitar con la espada hacia el año 44, convirtiéndose en el primer apóstol en verter su sangre por Jesucristo.

Su cuerpo fue trasladado por los Apóstoles a la Península Hispánica, llevado en un bajel hasta Iria Flavia. Desembarcaron y caminaron unas 4 leguas hacia septentrión por la antigua via romana de Iria a Brigatium llegando a Liberodonum sepultando el cadáver. Elevaron un mausoleo, "Arca marmorica", según diplomas de Alfondo III, Ordoño II, Ordoño III y Sancho el Craso. Según la tradición, junto al sepulcro de Santiago reposaban los cuerpos de sus discípulos Atanasio y Teodoro.

Todo ello vio la luz en tiempos de Alfonso el Casto y Teodomiro, Obispo de Iria Flavia. En memoria de tan fausto acontecimiento, al lugar se le llamó " Campus stellae " o " Compostela ".

El rey Alfonso II manda edificar sobre el sepulcro una sencilla iglesia y comienzan a llegar visitantes a la tumba del Apóstol.

Durante la época de la Reconquista, Santiago se convierte en un personaje al que se invoca para obtener la protección divina en la lucha frente al infiel. Surge un Santiago Matamoros. Y en las ensangrentadas luchas contra los moros , en muchas ocasiones la victoria se atribuía a la ayuda e intervención divina merced a la invocación a Santiago.

En el año 844, otro fenómeno sobrenatural daría el definitivo espaldarazo a la figura de Santiago como encarnación de la Reconquista. El 23 de mayo en Clavijo, cerca de Logroño, el rey Ramiro I de Asturias se enfrenta a las tropas musulmanas de Abderramán II en clara desventaja numérica. En pleno fragor de la batalla el apóstol Santiago aparece espada en mano a lomos de su famoso caballo blanco repartiendo tajos entre los infieles. Los cristianos vencen contra pronóstico y el mito jacobeo traspasa definitivamente los Pirineos. Nace el apelativo de Santiago Matamoros.

Allá por el siglo XVI, el Arzobispo de Santiago, Juan San Clemente, ocultó el cuerpo por temor a losingleses que se aproximaban a la ciudad. Cuando mas tarde el Cardenal Payá ocupó la sede de Compostela descubrió nuevamente las reliquias del santo. Inició un minucioso proceso que envió a Roma y finalmente una Bula de León XIII " Deus omnipotens, del 1 de Noviembre de 1884 ratificó y confirmó la Sentencia de la Comisión Especial de la Sagrada Congregarción de Ritos, en la que se declaraban auténticas las reliquias de Santiago y de sus discípulos Atanasio y Teodoro.

La figura de Santiago, como Patrón de España, ha sido acogida a o largo de toda nuestra historia de reconquista y conquista. Cuando comienza el Descubrimiento de América de nuevo la figura de Santiago se hace notar: la intervención de Santiago es decisiva, en la mente de los descubridores y conquistadores:

"Y como cayó en tierra se espantaron los yndios y dijeron que abia caído yllapa, trueno y rayo del cielo,... Y asi bajó el señor Santiago a defender a los cristianos. Dizen que vino encima de un cavallo blanco,... y el santo todo armado y su bandera y su manta colorado y su espada desnuda y que venía con gran destrucción y muerto muy muchos yndios y desbarató todo el cerco de los indios a los cristianos que había ordenado Manco Inca y que llevaba el santo mucho ruido y de ellos se espantaron los indios. (..) Y desde entonces los indios al rayo lo llaman y le dicen Santiago...(F. Guaman Poma, 1615)

Los Tercios recorrieron Europa al grito de "Santiago y cierra, España". Con los últimos Austrias y los Borbones fuimos perdiendo fuelle y decaímos hasta ser lo que ahora se arrastra. De nuestro Santo sólo parecen quedar locales fiestas patronales bañadas en alcohol y un Camino que tiene mucho de turismo, de laicismo, y de cultura sin Dios. Ese Dios al que pedimos que bendiga a nuestra maltrecha España con la intercesión del que algunos seguimos venerando como el Santo Patrón.

Nuevamente, griten conmigo: ¡Santiago y cierra, España!

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