No me refiero a su cine, sino a sus actitudes políticas. Porque a Pedro Almodóvar se le ha vuelto a soltar su lengua más reaccionaria. Eso sí, esta vez en el extranjero. En el último número de la revista L´Express, en el que anuncia su intención de hacer un cine más radical para denunciar la España dejada por el PP. Una España aplastada por la derecha que ha mostrado su rostro más retrógrado y reaccionario, cuenta Almodóvar a los franceses. Quizá tan absorbido por sus demonios personales que no ha tenido tiempo para reparar en que es la izquierda, su ZP, quien nos gobierna desde hace cinco años.
Algo ocurre con la salud ética y la libertad de nuestra cultura, de nuestro cine, para que el artista erigido en un símbolo de nuestro país, exhiba sin tapujos un sectarismo de semejante calibre. Sin que a nadie entre sus pares parezca repugnarle. Todos encantados de que este cineasta sea presentado allende nuestras fronteras como una representación de España y lo español.
Lo más descorazonador de este nuestro Michael Moore nacional es que su sectarismo se ha alimentado solo, a la manera del americano. Almodóvar tuvo el buen cuidado de hacerle un paréntesis mientras gobernaba el PP. Entonces, la ayuda del Gobierno popular fue esencial para que le concedieran el Oscar. Rajoy y Rato viajaron con él a Hollywood y allí les agradeció la ayuda del Gobierno al cine español. También aceptó gustoso la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes que le concedieron. Cuando la derecha aplastaba España.
Edurne Uriarte
Catedrática de Ciencia Política en la Universidad del País Vasco
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