sexta-feira, 8 de outubro de 2010

Cincuenta razones para celebrar a Mario

Cincuenta personalidades del mundo de la cultura (escritores, galeristas, compositores, cineastas...) que dan una razón, su razón, para leer al nuevo Premio Nobel hoy.


Siempre a trasmano, insobornable en su independencia, talento, inteligencia, humor y lucidez, Mario Vargas Llosa acaba de recibir el Premio Nobel de Litertura. Imposible resumir en unas páginas sus hallazgos en la novela, el ensayo, el teatro, la Prensa. Por eso, a modo de homenaje, El Cultural invita a cincuenta personalidades del mundo de la cultura (escritores, galeristas, compositores, cineastas...) que dan una razón, su razón, para leer a Vargas Llosa hoy.

Asocio el nombre de Mario Vargas Llosa no sólo con unas cuantas novelas memorables, algunas de las cuales figuran en lugar preferente de mi historia particular del gozo estético. Le tengo, además, por un excelente pensador del género novelesco. Creo que ha sabido razonar con hondura, con ingenio, con pasión contagiosa, por qué y para qué se escriben y se leen las novelas. Recuerdo, agradecido, que hace años un ensayo suyo me llevó a la experiencia inolvidable de leer Tirante el Blanco. Fernando Aramburu

Siempre había querido parecerme a escritores como Vargas Llosa. Desde que leí La ciudad y los perros había querido parecerme al propio Vargas Llosa. Y con el paso del tiempo, me enteré de que los 2 somos lectores apasionados de Los miserables, de Víctor Hugo. Gracias, Mario, por haberme ayudado a cumplir uno de mis sueños. Fernando Fernán-Gómez

La primera razón para leer a Vargas Llosa es Los Cachorros, Conversación en la Catedral, la Ciudad y los perros, La casa Verde o La Guerra del Fin del mundo. Tan impresionante listado obliga a no añadir más. La segunda razón es que tiene uno de los libros más descacharrantes de la literatura en español: La Tía Julia y el escribidor. La tercera razón es que es uno de los más inteligentes y elegantes críticos literarios, cuyas invitaciones a obras de otros abren excelentes puertas para llegar a novelas imprescindibles (La Verdad de las mentiras). La cuarta es su obra periodística. No hace ninguna falta añadir una quinta razón. Juan Bonilla

Confieso que aunque es un compañero estupendo de la Real Academia, no he leído en profundidad su obra. Sí conozco más sus artículos, que siempre me han parecido valientes, muy pertinentes y respetables y, sobre todo, independientes. Y, desde luego, sus conocimientos estéticos saltan a la vista. Francisco Nieva

El primer libro que leí de él fue el ensayo La orgía perpetua y el último La fiesta del chivo. Dicen que los poetas se dividen en celebratorios y elegíacos. El autor de estas orgías y de estas fiestas sería de los primeros. No digo que escriba siempre himnos (el relato del dictador sanguinario no lo es, ciertamente), pero sí que transmite con alegría su amor. Esa es la esencia de los maestros¿Amor a qué? A la literatura, pero también amor humanista al mundo, a pesar de sus desgarramientos, de sus dilemas y de toda su negatividad. Javier Gomá

Como ocurría con Enrique Jardiel Poncela, a mí me pasa con la literatura de Mario Vargas Llosa que sus artículos periodísticos me parecen de derechas, pero sus novelas son más bien de izquierdas. Esto sólo es posible en un escritor complejo, independiente y lleno de humanidad, como sin duda es el autor de La ciudad y los perros, novela inolvidable que disfruté muchísimo leyendo. Vicente Aranda

Leer a MVLL es una forma de conservar la juventud: su obra está hecha en el presente combustible de la pasión. En sus novelas alienta el clima fragoroso de la temporalidad, donde lo vivo arde, pugnaz y fugaz. Sus personajes sucumben poniendo a prueba sus fuerzas, como ángeles caídos que pagan el robo del fuego. Son negados por un mundo mal hecho, incólume y culpable. Pero, otra vez, la vida apuesta por ella misma y forja al héroe de una apasionada desesperanza. Asi, la lectura nos recobra y la aventura recomienza. A los 70 años, MVLL sigue jugándolo todo a una página. Julio Ortega

A todos los grandes novelistas hay que leerlos para saciar nuestro innato deseo de escuchar historias. A Vargas Llosa también, porque es un inagotable contador. Pero lo que más me impresiona en él es su pasión por la literatura. Es una pasión de adolescente. Nos ha contado cómo descubrió Madame Bovary, la excitación, el entusiasmo por leerla. Creo que con los años y las páginas se pierde esa voracidad entusiamada propia del lector joven. Vargas Llosa la ha conservado y, además, intenta transmitirnos esa profunda emoción. Me parece magnífico. José Antonio Marina

En los tiempos de la universidad, todos mis amigos que hacían Filología y Filosofía eran de los libros serios de Vargas Llosa: La ciudad y los perros, Conversación en la catedral, La casa verde. Pero yo siempre preferí los otros, los supuestamente frívolos: sobre todo, La tía Julia y el escribidor. En ella encuentro, llevada al extremo, la mejor razón para leer a Vargas Llosa: el gozo. La alegría de encontrarse una historia bien contada, que rezuma ingenio y profundidad. Lorenzo Silva

No hay mayor motivo para leer a un autor que el placer que produce. Yo recuerdo con precisión el que me regaló la lectura de Los cachorros en mis primeros tiempos de estudiante universitario, que se amplió y afianzó con sus ensayos sobre Flaubert o el Tirant lo Blanch. Me gusta ver los lomos de La ciudad y los perros, La casa Verde, Conversación en La Catedral o La Tía Julia... en mi biblioteca marcados por la lectura, que es siempre recuerdo y promesa. Jaume Vallcorba

Recién acabo de despertar de un sueño en el que me asombraba todo el rato de lo fácil que me resultaba el camino que me llevaba a volver a leer las obras cumbres de Vargas Llosa. Y es que caía en picado por él, por ese camino. A quienes no le hayan leído, les recomendaría que tomaran el camino con más calma. Es un sendero largo y atractivo, lleno de grandes hallazgos. Enrique Vila-Matas.

Para mí, aunque personalmente lo conozco poco, es uno de mis mejores y más viejos amigos. He leído todos sus libros, y algunos más de tres y cuatro veces. Y los he leído como lector y como escritor. Para disfrutar y para disfrutar aprendiendo. Es un autor que se va engrandeciendo con el tiempo. La ciudad y los perros o Conversación en La Catedral son novelas que resultan mejores ahora que cuando aparecieron. La Fiesta del Chivo será mejor dentro de 20 años que ahora. ése es el privilegio de un creador de mundos cuya riqueza y solidez parece crecer y crecer con los años, como si cada libro tuviera vida propia. Luis Landero.

Hay que leerlo porque es un escritor que jamás se separa de la realidad, pero la utiliza para trascenderla, para universalizar cuestiones que parecían concretas y limitadas, sea la educación en un colegio paramilitar o la vida bajo una dictadura determinada. Ha entendido como pocos la capacidad omnímoda de la novela para crear mundos autónomos en los que lo "real" no es la correspondencia con una realidad exterior, sino la cohesión interna y la armonización de elementos que, fuera de esa unidad narrativa, serían tal vez incompatibles. Ricardo Senabre

Vargas Llosa es un escritor que consigue, en sus novelas y en sus ensayos, dar pasos adelante, y sorprender o cautivar nuevamente. Es una prueba inequívoca de su enorme talento y de su papel en la evolución de la literatura en español. Leerlo siempre aporta algo, tanto a lectores como a escritores, y éstos acaban entregados al renovado poderío de su literatura. Adolfo García Ortega

¿Cuántos grandes libros tiene que escribir un novelista para que se le considere un gran escritor? Yo creo que basta con uno. Pues bien, Mario Vargas Llosa es autor, no de uno, sino de varios libros verdaderamente grandes, razón más que suficiente para que se decidan de una vez a leerle todos aquellos que todavía no lo hayan hecho. Ignacio Martínez de Pisón

Mario Vargas Llosa es un escribidor, novelista, ensayista, articulista, que ha hecho bueno el aforismo clásico de deleitar aprovechando. Todas sus novelas son novelas de tesis y en ellas está siempre presente ese intelectual europeo trasladado a Hispanoamérica. Es posible afirmar que Mario Vargas Llosa ha rejuvenecido la novela, sin perder una cierta fidelidad a la novela del siglo XIX, a la que alude con frecuencia en sus excelentes artículos. Carlos Bousoño

Ahora que las últimas hornadas de narradores hispanoamericanos abominan de sus padres literarios, no está de más insistir en la grandeza de los escritores del boom. Yo, como tantos, he crecido, deslumbrado, con ellos. La mejor razón para leer a Vargas Llosa consiste en la razón única de que disponemos para leer a cualquier gran autor: aspira siempre a la gran literatura. Carlos Marzal

Una razón para leer a Vargas Llosa es por ser un extraordinario exponente de la originalidad narrativa y de la belleza estilística de la literatura hispanoamericana de nuestros días. Antonio García-Bellido

Mario Vargas Llosa es un maestro de ese modo de novelar que, en un lugar de la Mancha, derrotó a los malos libros de caballerías, por más que estos se empeñen en regresar. Tramas de la historia verdadera, conductas y atmósferas sorprendentes pero reconocibles, y un lenguaje conciso y preciso. Un clásico vivo de la lengua española. José María Merino

Vargas Llosa es un experto en crear estructuras narrativas complejas, dinámicas y eficaces, al dotarlas de una mirada en zig-zag que permite una doble visión de las escenas cruzadas, de cuyo movimiento emerge un concepto de “destino” plenamente moderno. A menudo lo leo para aprender. Jesús Ferrero

Porque es un maestro de la novelística contemporánea, porque eso lo hace al mismo tiempo uno de los novelistas más importante del mundo, y porque es, para conocer el mundo hispánico, absolutamente imprescindible leerlo. J. J. Armas Marcelo

Hay escrituras adictivas, lees una sola línea y ya estás enganchado. La de Vargas Llosa es una de ellas: con unas pocas palabras te coloca en la esperanza de estar en el umbral de una revelación: la de que leer, nos transforma. Porque todo lo que nos rodea desaparece y la página, nuestros ojos, el cerebro y el pecho comienzan a respirar en el modo que quiera provocarnos. La última cosa que he leído suya estaba estampada en una delicada cabeza de bronce de Manolo Valdés. No pude dejar de dar vueltas alrededor de ella. Alberto Corazón

Oye”, pregunto a una amiga con la que he salido a cenar, “¿tú sabrías decirme una razón por la que leer a Vargas Llosa?” “¿Una razón? ¿¡Sólo una!?” Deja el tenedor, se le agrandan los ojos, intenta hablar sin conseguirlo, hace un gesto con las manos como para abarcar un objeto inasible y maravilloso, sonríe, recordando sin duda alguno de sus libros, sacude la cabeza perpleja e impotente. Vale. Para qué más razones. José Ovejero

A Mario Vargas Llosa le agradeceré siempre las hermosas, intensas e impagables horas que he pasado con sus novelas, seducida por el placer inagotable de esa “orgía perpetua” que él tan bien conoce y por su asombrosa capacidad de convertir las mentiras de la ficción literaria en las verdades más auténticas y perturbadoras, tan lejos de lo que un comentarista político de la realidad podría conseguir jamás. Mercedes Sampietro

Siempre vale la pena leer a Vargas Llosa, incluidos sus artículos con los que muchos no estamos de acuerdo y en los que es imposible dejar de reconocer su inteligencia, rigor y claridad. Siempre vale la pena leer a Vargas Llosa, porque su pulso narrativo apenas tiene parangón, porque en su obra la complejidad formal, la reflexión histórica y el sentido del humor se conjugan admirablemente, y por muchos otros motivos que incluyen, por supuesto, el placer de discrepar de él. Andrés Neuman

La razón principal para leer a Mario Vargas Llosa es la delicia que significa leerlo, simplemente. La prosa de Vargas Llosa destila lo que yo llamaría conocimiento placentero o lo que es lo mismo, belleza. Pero esa belleza en Vargas Llosa se acrecienta con su estilo, que es inteligente. La estructura de su lenguaje es firme y precisa. Todo ello hace que transmita el mensaje con “seguridad” y de una manera única creando la sensacion de un tiempo placentero. Me encantaría hablar con él sobre Neuroestética o neuroarte. Francisco Mora

Crecimos literariamente con los relatos de Vargas Llosa. En una época de magias difusas, mostró que el realismo también tiene mil y una noches. Creo que el que Mario sea un político laico, también en lo político, le da una curiosa distancia respecto a la reelaboración de la realidad, en un sentido distinto al de los “creyentes”. Y resiste muy bien el paso del tiempo, como toda buena literatura. Manuel Gutiérrez Aragón

Recuerdo el impacto que tuve cuando leí La ciudad y los perros recién publicada, ¡qué primera novela y qué escritor excepcional! Y lo disfrutamos desde entonces. Por otra parte siempre es estimulante leer sus ensayos políticos (para a menudo discrepar) y literarios (para aplaudirlos sin excepción). Jorge Herralde

Siempre recomiendo a la gente que empieza en el cine que en lugar de infiltrarse en un rodaje donde no se aprende nada, vayan a la sala de montaje de una película. Eso, y que lean Conversación en la Catedral, poque es una muestra de cómo se puede montar bien un relato. David Trueba

Supongo que existen miles de razones para leer las novelas de Vargas Llosa. A mi me ocurre algo levemente distinto: no lo leo, sino que lo re-leo. Y lo hago, justamente, cuando estoy a punto de empezar a escribir una de mis novelas. Entonces busco mi ejemplar de Conversación en la catedral y, sin importarme ya demasiado cuándo se jodió el Perú, trato de captar la respiración, el tejido, la malicia narrativa y apunto mis armas hacia esa altura inalcanzable pero tentadora: Vargas Llosa es la meta, el reto, la “imagen y la posibilidad”, como dijera Lezama. Leonardo Padura.

Le vimos crecer literariamente en la Barcelona del boom, entre cenas jocundas y larguísimas sobremesas, deliberantes o reñidoras. Nos enseñó que ser un novelista latinoamericano auténtico no significa ser pintoresco. El más europeo de los novelistas de las Indias Occidentales -cosmopolita profesional- se reveló además como un agudísimo ensayista y articulista. La última vez que le vi fue en un festival de cine en Berlín y me pareció que el tiempo no había pasado desde los “happy sixties”. Le seguimos echando de menos en Barcelona. Román Gubern

Un escritor formidable que aparte de su éxito como novelista es un magnífico exégeta. Es un gran contador de historias, a las que trata con extraordinario sosiego, acariciando las palabras. Es una fortuna que exista, y que escriba así. En los 70 tuvimos una relación bastante intensa. Informe para una Academia causó impacto en Barcelona, donde vivía. Me confió La señorita de Tacn' para que la montara, pero no tenía medios para producirla. Recurrí a un conocido productor de Madrid. Me dijo: “Yo te la produzco, pero con actores españoles”, cuando yo quería con actores argentinos exiliados en España, entre ellos Norma Aleandro. No la pude montar. Luego, Norma la hizo en Buenos Aires con un gran éxito. José Luis Gómez

El conjunto de la obra narrativa de Vargas Llosa es, aplicándole lo que dijo él a propósito de Flaubert, una orgía perpetua. Su nómina de novelas magistrales es asombrosa. Algunos dirán que ninguna de sus novelas ha brillado a la altura de Paradiso o Cien años de soledad, pero hay algo en lo que nadie lo supera y es que cada década vuelve a escribir una obra maestra. Lleva medio siglo haciéndolo. Después de cumplir setenta años, nos dará alguna más, estoy seguro. Eduardo Lago

Por placer. Esa es mi razón. Porque más allá de su valentía; de su capacidad para levantar banderas; de su lenguaje maravilloso, preciso y soñador; de sus historias fabulosas; de su capacidad para meter el dedo en la llaga; de su libertad de espíritu; de su pasión incontralada, de su profundidad, de su hermosura... leer a Vargas Llosa me produce placer. Alberto Anaut

Pocos artistas poseen la pasión y la lucidez de Vargas Llosa. Uno puede estar en desacuerdo con sus puntos de vista, pero jamás quedará decepcionado frente a su ardor y su brillante intransigencia. En una época dominada por la fatuidad y el espectáculo, sigue siendo uno de los grandes defensores de la libertad crítica. Jorge Volpi

Cuando uno comienza un libro de Vargas Llosa lo más probable es que se quede al momento enganchado a su lectura y no tenga más remedio que terminarlo pronto. De hecho, a mí me ha quitado horas de sueño y estudio. Admiro su narrativa a cuentagotas, la manera en la que va presentando al lector la trama donde alterna, sin que uno se de apenas cuenta y sin revio aviso, espacios y tiempos. Te transporta con una maestría impresionante. Joaquín Achúcarro

Para empezar, la polifonía de Los cachorros. Mirar una avenida sin amor. Gobernar la maquinaria y el ritmo del lenguaje -culto, arrabalero, de donde toque-. Ser dueño de cinco o seis títulos ya fundamentales en la historia de la novela en castellano. Ser un brillante teórico de la literatura. Capacidad para crear personajes en tres dimensiones. Y, quizá por encima de todo, el gran arquitecto, el poderoso constructor de estructuras narrativas. Antonio Soler

Porque es un autor innovador en la forma y valiente en los contenidos, y nos permite conocer la realidad peruana desde una perspectiva de privilegio: la de un artista que al hablar de la corrupcion y excesos de poder de su pais defiende la integridad intelectual y rechaza la retorica vacia. Uno puede estar de acuerdo o no con sus opiniones políticas, pero es indudable que son fruto de una ética meditada y consciente. Es un clásico en su tiempo. Enrique Marty

Hay que leer a Vargas Llosa por una razón muy simple: es el mejor escritor vivo que hay ahora mismo en lengua española. El más amplio, el más completo, el más poderoso. Rosa Montero.

Tengo que reconocer que no sabía nada de Vargas Llosa cuando, allá por los años 60, un amigo me recomendó La ciudad y los perros. La manera de meterte en las situaciones que narra, su tremenda imaginación y el modo de retratar a sus personajes, es sencillamente fantástico. Desde entonces no he dejado de leer todo lo que he podido de Vargas Llosa, obras anteriores y posteriores a La ciudad y los perros, como Los jefes, La casa verde, Pantaleón y las visitadoras, y una de sus últimas y para mí mejores, La fiesta del chivo. Fernando Argenta

Llegué tarde a la obra de Vargas Llosa. Fué en Nueva York a principios de los 80, cuando participé con Intar - un centro teatral off - off Broadway - en la adaptación a la escena de La señorita de Tacna al inglés. La obra fué un éxito y era extraordinario ver cómo el público neoyorquino hacía suya una historia que sucedía en un remoto lugar y en un ambienteque poco tenía que ver con el de Nueva York. Esta puede ser una buena razón para aventurarse en el riquísimo universo de Vargas Llosa. Guillermo de Osma

En la obra de Vargas Llosa están presentes los cuatro elementos, pero creo que el dominante es el agua. Es una escritura que va fecundando la historia a medida que avanza. Esa escritura tiene brillo y profundidad, es vigorosa y sensual, y se mueve con valentía y juicio. Es una literatura sentipensante. Te agita. Te hace sentir libre, en un hogar nómada, donde puedes vivir a contracorriente. Manuel Rivas

Le conocí antes de dirigir su obra Pantaleón y las visitadoras, pero durante los ensayos tuvismo ocasión de profundizar en nuestra amistad. Aparte de ser una persona encantadora y generosa, me parece un novelista impresionante, si no el más grande del momento. Un hombre de una gran cultura que se desparrama en todo lo que escribe y que tiene talento para cualquier género literario. Domina el idioma de un modo magistral y esta muy integrado en las costumbres hispanas y la prueba es su enorme afición al mundo de los toros. Gustavo Pérez Puig

La más importante se llama placer de leer, y cada vez que abro uno de sus libros siempre jóvenes regreso a ese placer desbordante de mi adolescencia, cuando La Ciudad y los perros era el libro que descubríamos llenos de asombro, porque hablaba de nosotros. Vargas Llosa fue un cómplice, un amigo escritor cuyas obras iban de mano en mano, de café en café, y al que mi generación debe las conversaciones literarias más animadas. Tenemos una gran deuda con él, y al placer de leer y volver a leer sus novelas, se agrega el de desearle un Feliz Cumpleaños y larga vida, porque aún nos debe muchísimas novelas. Luis Sepúlveda

Además de una vieja amistad, Mario Vargas Llosa y yo compartimos el calendario: ¡los dos acabamos de cumplir setenta! él mismo ha escrito que las buenas historias “aumentan nuestra vida” y nos “descubren los alcances de la libertad”. Y así son sus libros. Su lectura nos dan ánimo para esas empresas en las que el ser humano tiene que dar lo mejor de sí mismo. Paloma O ' Shea

Leer buenas novelas nos brinda una posibilidad inestimable: la de multiplicar nuestra alma y experimentar sentimientos e ideas que sin ellas nos estarían vedadas. Pocos autores actuales nos garantizan este privilegio de modo tan seguro e inteligente como Mario Vargas Llosa. Su obra es ya una nueva Comedia Humana de nuestra modernidad. Si hubiera que resumir su arte en una palabra, yo elegiría: cautivador. Aunque en este caso lo que nos cautiva es lo mismo que nos hace más libres. Fernando Savater

La lectura de los libros de Vargas Llosa es, como dijo el escritor acerca de la literatura citando a Flaubert, una orgía perpetua, una orgía del lenguaje, una orgía de historias y sensac iones, una orgía para todos los sentidos. Guillermo Solana

Vargas Llosa es un maravilloso novelista. De él se puede decir que es capaz de conmovernos con las historias que inventa, de hacernos con ellas más conscientes, de una forma primitiva, inmediata, de nuestra compleja y a menudo dolorosa condición humana. Pero también se debe decir de él que es un intelectual, en el más noble sentido de la palabra, entre los narradores; que leyendo no sólo sus ensayos sino también sus novelas aprendemos a conocer mejor el mundo y su historia, algo que constituye la mejor formación para soportar el presente y afrontar el futuro. Pocos son los narradores que poseen semejante don, el de cabalgar con igual gracia entre lo imaginado y lo real. José Manuel Sánchez-Ron

Admiro en Vargas Llosa la coherente continuidad en su trayectoria, tanto como poeta, dramaturgo, novelista o ensayista. Su espíritu de hombre joven y preocupado por los temas sociales le confiere una personalidad extraordinariamente interesante. Por otro lado, su acercamiento a manifestaciones escultóricas ha dado frutos tan personales e interesantes como su conversación poética, esculpida por la mano sensible y maestra de Manolo Valdés, en la obra monumental de las Tres Damas. Antón García Abril

Afirmaba Henry James que la única obligación que se puede exigir cabalmente a una novela es que cuente cosas interesantes, y Vargas Llosa nunca ha defraudado en este terreno. El regreso a la más pura narratividad es una de las claves de su éxito, pero esto no significa facilidad acomodaticia en lo tocante a la estructuración del discurso novelístico, sino una propuesta que reclama del lector una actitud cooperante. Su técnica narrativa es rica en insólitos recursos para activar la respuesta cómplice de los que lo leemos, y nuestra recompensa nace de su capacidad para fundir realidad y fantasía. Darío Villanueva.

http://www.elcultural.es

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