El Rey ha concedido a Javier Solana y Víctor García de la Concha el Toisón de Oro. Javier Solana lleva décadas de servicio público y ha alcanzado en la política internacional, siempre en nombre de España, las más altas cumbres. Y Víctor García de la Concha ha sido el gran impulsor del idioma español, renovador de la Real Academia Española, de la que es su extraordinario Director. Víctor García de la Concha, que sabe más de San Juan de la Cruz que el mismo Juan de Yepes, ha situado a la Real Academia Española con la mirada hacia América, depositaria del tesoro de nuestro idioma.
El Toisón de Oro no es una valiosísima joya de oro y piedras preciosas, como apunta Jaime Peñafiel. No es de oro, sino de plata dorada. Sólo son de oro unos pocos toisones falsos. Cuando muere el poseedor de un Toisón de Oro, su familia está obligada a devolverlo. Algunas familias, antes de hacerlo, encargaban en una prestigiosa joyería una réplica en oro, devolvían la réplica y se quedaban con el original. Cuando el Rey concedió el Toisón al actual Rey de Suecia, Don Juan se lo recordó: «No se lo mandes. Que se ponga el que le dimos a su abuelo, que no nos lo devolvió nunca».
Siendo mi padre el Intendente General de la Casa de Don Juan, descubrió la existencia, en un sótano de un banco suizo, de un mueble depositado a nombre de Don Juan de Borbón. En uno de los cajones de aquel mueble, envueltos con precipitación, estaban los toisones de oro de gala de Carlos I y Felipe II, extraviados durante las urgencias del destierro. Esas piezas sí son joyas valiosísimas, y en la actualidad las llevan, en los actos de gala, el Rey y el Príncipe de Asturias, como hiciera Don Juan con el de Carlos I. Después de la renuncia de Don Juan de los derechos históricos y dinásticos en favor del Rey, la administración de los toisones quedó en manos de Don Juan Carlos. Don Juan sólo pidio a su hijo la concesión de dos toisones de oro. A José María Pemán, el gran y leal escritor gaditano que fuera Presidente de su Consejo Privado en el exilio durante décadas, y al duque de Alburquerque, el Jefe de su Casa.
Creo que el Rey hace bien en conceder la más alta condecoración española a personalidades instaladas fuera de cualquier duda o discusión de nuestra sociedad. Además, cuando el Rey es el único responsable de la concesión, la decide y punto. No estoy de acuerdo con los que relacionan nombres de indisputado prestigio y reconocidos merecimientos que podrían haber sido los agraciados en lugar de Solana y De la Concha. El Rey no concede los toisones de oro a voleo. Su número es limitadísimo, y de su decisión no tiene que dar cuentas a nadie, excepto a su sentido de la justicia.
El Toisón de Oro español y la Jarretera inglesa son las condecoraciones más altas del mundo. La Jarretera se lleva en la pantorrilla, porque los ingleses son así de raros y extravagantes. Javier Solana y Víctor García de la Concha son dignísimos depositarios del Toisón. Como lo serían también Antonio Mingote, Plácido Domingo, Santiago Grisolía o Valentín Fuster. Y no pretendo apuntar nombres, porque el Rey no me hace ni puñetero caso, y acierta plenamente.
Alfonso Ussía
www.larazon.es
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