segunda-feira, 31 de agosto de 2009
«Ternera» brava
ETA busca refugio
sábado, 29 de agosto de 2009
Chávez fracasa en Bariloche
La reunión de mandatarios sudamericanos en la ciudad andina de Bariloche con motivo de la cumbre de Unasur no ha terminado como el autócrata venezolano Hugo Chávez tenía previsto. Llevaba en el maletín la condena del acuerdo que su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, ha firmado con los Estados Unidos. Aspiraba a laminarle públicamente con el apoyo incondicional de sus parroquianos habituales, del boliviano Morales y, especialmente, del ecuatoriano Correa -enfrentado recientemente con Colombia-, pero, contra todo pronóstico, ha salido de Bariloche con el rabo entre las piernas esperando mejor ocasión de ajustar cuentas con su archienemigo y vecino.
Pero Uribe no se ha conformado con asistir cabizbajo al festival de demagogia y antiamericanismo desatado por Chávez y sus trasuntos boliviano y ecuatoriano. Muy al contrario, ha puesto al mal tiempo buena cara consiguiendo dar la vuelta a una cumbre cuyo primer y único punto del orden del día era someterle a un infame linchamiento verbal con el beneplácito de la anfitriona, Cristina Fernández de Kirchner, y el aplauso del resto de líderes políticos de la región; todos, salvo excepciones contadas, atemorizados por el ímpetu bravucón de Hugo Chávez.
Esto, sumado al indigno papelón que Chávez jugó en el golpe hondureño de este verano, viene a confirmar que Chávez ya no es novedad sino rutina y que su expansionismo y ansías incontenibles de meterse en todo forman parte de la receta bolivariana. Hace unos años se pensaba que sólo los Estados Unidos podrían evitar que Hispanoamérica fuese de nuevo pasto del populismo dictatorial. Washington, tal y como ha hecho en Honduras, se inhibe y están siendo los propios hispanoamericanos los protagonistas de un rechazo que aumenta de un modo sostenido en todos los países, incluyendo, naturalmente, en los que el chavismo en sus distintas variantes se ha hecho con el poder. Y esto, se mire desde donde se mire, es una buena noticia.
Editorial LD
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Al son de Hugo Chávez
quarta-feira, 26 de agosto de 2009
Chomsky y Chávez - Otro mundo posible
Todos los dictadores que han sentado sus reales en alguna parte de este mundo han albergado la pretensión de cambiarlo. Han imaginado una sociedad a su medida; han soñado con ser una especie de Dr. Frankenstein social capaz de crear el mundo, asimilando su fatuo poder al ejercido por Yahvé en el Génesis. No se libra de esta tentación Hugo Chávez, como tampoco se libraron Hitler, Stalin, Sabino Arana y tantos otros cuya pretensión fue la construcción de un mundo diferente. Ahora bien, todos ellos tienen en común un odio cerval a la libertad, una falta absoluta de fe en los individuos, y la certeza de la tendencia al adormecimiento en las sociedades a medida que se incrementa el carácter tuitivo del Estado.
Hasta aquí lo escrito es público y notorio; en cambio, se da por supuesto, y aquí radica la gravedad, es que la progresía, bajo un hálito de defensa de la libertad y pavoneándose de una supuesta sensibilidad hacia los problemas de los más pobres, ha emprendido una cruzada contra la libertad individual en todo el planeta. Los progres representan la verdadera internacional. Jamás soñó Marx con una estructura tan homogénea, coordinada, obediente a la consigna y bajo la influencia de los pseudointelectuales que funcionase como un reloj de Breguet.
Uno de los cabecillas de semejante ola de homogeneización de pensamiento, uno de los tiranos de la intolerancia progre, es Noam Chomsky. Este sujeto octogenario, ilustre lingüista, encarna perfectamente lo que Hayek ya denominaba los propagandistas del falso individualismo. Son aquellos que parten del racionalismo cartesiano y acaban mostrando una falta de confianza absoluta en las personas. Pretenden liquidar todas las instituciones intermedias de la sociedad civil que nacen de forma natural y sin un propósito previo para situar al individuo aislado frente al Estado. Según estos dictadores del pensamiento, como decía mi amigo Denis Jeambar, una institución sólo es buena si es un producto pensado y cuyo objetivo se encamina hacia una intervención del Estado en detrimento de la libertad.
Este Chomsky, por supuesto, nacido y criado en la costa Este de los Estados Unidos, es uno de los adalides mundiales del la "Internacional progre", junto a Petit, Annan, Stiglitz y casi el cien por cien de los cineastas europeos y la mitad de los americanos. Este antisemita venerado por el boletín de la progresía americana, el New York Times, acaba de descubrir las bondades del tiránico régimen de Chávez en Venezuela. Le hemos podido contemplar sonriente con el dictador caribeño anunciando el advenimiento de un nuevo mundo gracias al esfuerzo de Chávez. Esta loa de la tiranía es propia de la izquierda posterior a la guerra fría, que no pudo enterrar la libertad a base de bota y Kalashnikov y ahora intenta subyugarla a base de populismo de inspiración peronista a ambos lados del Atlántico; esto sí que representa una amenaza digna de ser tomada en cuenta.
terça-feira, 25 de agosto de 2009
Adeus ao Estado laico
"Dai pois a César o que é de César, e a Deus o que é de Deus" Marcos:12:17
Os gregos inventaram a política e foram os pais da democracia. O sucesso da política estava no comprometimento do grego com os direitos e deveres do Estado. Os cidadãos participavam ativamente das decisões e tinham, claramente, a consciência da separação entre as coisas do Estado e a vida privada.
O discurso religioso, que legitimou a fase mitológica grega, cedeu lugar ao discurso racional, voltado, exclusivamente, às necessidades materiais da sociedade. As leis eram aplicadas por magistrados que fundamentavam suas decisões no direito e não nos oráculos divinos. Destarte, da nítida separação entre religião, vida privada e política, adveio a ideia de Estado laico. Porém, quando a decadência da democracia grega se fez sentir, mormente no fim do século IV a.C., os novos líderes associaram os cargos públicos aos cultos religiosos e as funções clássicas do Estado passaram a ser confundidas com a amizade pessoal e com interesses de grupos ou facções.
Em síntese, como afirma M.I. Finley: "A política desaparecera; não havia legado da cidade-estado como organismo político, no mundo grego pós-Alexandre."
A herança grega muito nos ensina. Em primeiro lugar, religião e política não se confundem. Não se quer advogar uma ideologia que defenda a dicotomia política/religião.
O fiel é aquele que acredita no seu destino como escolhido por Deus, mas, também, luta pela transformação da sociedade, participando de associações de moradores, de partidos políticos, ou simplesmente exercendo o direito de voto. Contudo, o crente deve separar a sua religiosidade dos destinos terrenos do Estado. Em segundo lugar, a participação na vida política é impessoal.
Os líderes políticos não podem utilizar-se da fé para alcançar seus desígnios, fazendo da religião um discurso mediador da política. Aquele que invoca a Deus como senhor de seu projeto político e manipula os crentes, infundindo-lhes o proselitismo eleitoral, assume, unicamente, uma estratégia personalista. Afirmar que a vontade de Deus é que guiará o seu destino como político é forjar a despolitização, transformando a religião em instrumento a serviço de uma missão puramente pessoal.
Em terceiro lugar, a politização da religião destrói o ideal de um Estado laico, concebido para respeitar o pluralismo em sociedade, sem qualquer vinculação a grupos religiosos. O político messiânico, ao incorporar a religião como ideologia partidária, cultiva a formação de guetos, inspira o fanatismo e aniquila a possibilidade da construção de uma consciência cívica. Em consequência, a política deixa de ser a expressão da cidadania participativa e passa a figurar como vocação pessoal, que nasce do carisma do líder. Assim, a associação da política com a religião se transforma numa âncora de uma ideologia narcisista e populista, infundindo falsamente no crente a ideia de que a sua fé está irremediavelmente condicionada aos apelos do pseudoprofeta, investido de político.
A Igreja Universal é um típico exemplo desse modelo de banalização da espiritualidade, pois não é somente uma seita religiosa. É uma agremiação partidário-religiosa que utiliza a religião como meio para consolidar o seu poder político (fim), além daqueles espaços de poder que já conquistou nas áreas empresariais de comunicação, como rádio e TV. Os seguidores da Igreja Universal obedecem sem questionar às ordens políticas dos "líderes religiosos" e são incapazes de votar em outro candidato que não seja aquele escolhido e ungido pela cúpula da Igreja. O método usado pela Igreja Universal despreza qualquer ideologia partidária: o importante é transformar fé em votos e ganhar as eleições. Nesse sentido, estamos vivendo um momento em que religião e política se fundem num propósito exclusivamente eleitoral.
Adeus Estado laico... Finalmente, quem acredita em Deus com decência e honestidade sabe que a pior alienação é a banalização da espiritualidade, com a utilização da religião como meio para se alcançar um determinado fim político-partidário.
Manoel Messias Peixinho, teólogo, doutor em direito constitucional e professor de Direito da PUC-RIO.
E-mail: mm.peixinho@uol.com.br
O Globo (26-8-2009)
Granada, un paraíso en España
El verano no es vulgar en sí mismo. Es cierto que el calor disipa la disciplina, favorece la molicie y dispara la horterada. Hay unas cuantas soluciones para huir de las masas descamisadas que se extienden como una pandemia por las plazas playeras. Podemos viajar al hemisferio sur y disfrutar del verano plagado de nubes y precipitaciones de Buenos Aires. |
El caso Stork
Nunca he confiado en las Organizaciones No Gubernamentales. En primera acepción, son entelequias que se ocupan de cosas de las que se supone que deberían ocuparse los gobiernos pero que, por una u otra razón, éstos dejan a un lado. Defienden causas que, al parecer, están por encima—o por debajo— de los Estados y de los partidos políticos. Nadie sabe si habría médicos europeos en África si su reclutamiento dependiera de los gobiernos o, como fue tradición durante cerca de dos siglos, de las iglesias cristianas, aunque la Fundación Vicente Ferrer parece demostrar que sí. |
Y arquitectos, e ingenieros, y geólogos sin fronteras. Hay de todo sin fronteras, incluso Payasos Sin Fronteras, que van a actuar a Palestina, por ejemplo.
Hace poco, en La Vanguardia de Barcelona (16/6/2009), Wallace S. Broecker, padre de la expresión "cambio climático", declaraba que "la física básica dice que el planeta se calentará [...] 3,5 grados. La incertidumbre está en saber si esta predicción es correcta, excesiva o se queda corta. No nos podemos permitir el lujo de esperar a que haya pruebas. Tenemos la obligación de prepararnos para hacer frente al problema y si luego no lo hay, guardar lo aprendido (sic)". Personalidades de esa calidad intelectual han regido y rigen ideológicamente en ONGs tan importantes como Greenpeace, "una organización ecologista y pacifista internacional, económica y políticamente independiente, que no acepta donaciones ni presiones de gobiernos, partidos políticos o empresas", pero que cuenta con presupuesto suficiente para permitirse sustituir de forma casi inmediata un barco (el Rainbow Warrior) hundido por la marina francesa en el atolón de Mururoa, escenario de pruebas nucleares de nuestro país vecino.
La lista de ONGs de dudosa financiación es inacabable. Y no hay una sola web que responda con transparencia a la pregunta sobre el origen de sus fondos ni sobre el alcance de sus fondos.
Como Naciones Unidas es en realidad un paraíso para las dictaduras —baste con recordar que China y Rusia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y que la Comisión de Derechos Humanos fue presidida por Libia—, hubo quien consideró necesario crear una ONG de control "sin influencias externas" que hiciese las veces de guardián del guardián. Es el caso de Human Rights Watch (HRW).
El pasado 13 de agosto, HRW publicó un informe, firmado por Joe Stork, en el que se aseveraba que el pasado enero, en Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían asesinado a tiros a doce civiles palestinos, incluyendo niños, que agitaban banderas blancas. No voy a discutir aquí el detalle de esas acciones, perfectamente documentadas y en este momento bajo investigación de las FDI. Tendría que escribir varios artículos cada día para aclarar puntualmente cada una de las afirmaciones que en internet, en la radio, en la televisión y en la prensa de papel se hacen contra Israel de manera permanente. Los israelíes no puede darse el lujo de ignorarlas, de modo que el Ministerio de Exteriores produjo una refutación de las acusaciones de 163 páginas, que no voy a resumir por parecerme ocioso.
Lo que sí me interesa exponer es el carácter de la fuente del informe acusatorio, tanto en lo que se refiere al autor como a la organización que lo respalda.
La directora del Departamento de Medio Oriente de HRW, Sara Leah Whitson, pertenció con anterioridad a organizaciones proárabes, y recientemente ha viajado a Arabia Saudí en busca de fondos para su ONG, que le fueron concedidos. Según Ben-Dror Yemini, en Maariv del 21 de agosto, cuando Stork empezó en HRW "no tenía especial experiencia en este campo" y "su único talento fue una serie de artículos especialmente hostiles hacia Israel". Yemini, editor de opinión de Maariv, había publicado el 16 de agosto, tres días después de la aparición del Informe HRW, otro artículo con el elocuente título Autor de Informe contra Israel apoyó la masacre de Munich. Pues sí, de ahí viene Stork: del MERIP (Middle East Report and Information Project).
Ante la acusación de Yemini, Stork envió una carta a Meeriv en la que afirma que aquellas eran sus opiniones hace muchos años. Pero en 1993, en un artículo sobre las relaciones entre Israel y los Estados Unidos, Stork no sólo insistió en sus ideas de la época del MERIP, sino que se citó a sí mismo en notas al pie, con textos procedentes de su antiguo medio.
Stork alega también que, en relación con Munich, él sólo fue "uno de los siete" que elaboraron el apoyo de MERIP a la masacre de los atletas israelíes en la ciudad alemana en 1972, perpetrada por un comando de Setiembre Negro, rama de la OLP de Arafat. Pero su currículum en la página de HRW recuerda que él había sido uno de los creadores del medio y era su editor en jefe.
Dejemos a Stork y a HRW, ya suficientemente retratados —no se necesita gran cosa—, para hacernos unas cuantas preguntas sobre el nivel de poder que poseen, altísimo. Creo que lo descubrieron los negros americanos post-Luher King, los de Farrakhan, los negros racistas de los lobbies de Washington: cuanto más notoria sea tu organización y más reducidos sean los miembros calificados del colectivo minoritario que representas, más fácil es conseguir dinero público para financiarlo, aumentando el número de tus funcionarios y los salarios de los mismos, empezando por el tuyo, que, además, puedes ser representante o diputado en corto tiempo. Eso sí: tienes que estar dispuesto a todo, a más que los políticos, que tienen cierto control, y a más que los cuadros de las Organizaciones Gubernamentales o Paragubernamentales o, aún más, Supragubernamentales. Greenpeace puede ir mucho más lejos que el euroempleado dedicado a la salud de los bosques del continente, pueden presionarlo, justificar sus decisiones políticas, jalearlo por ello y hasta hacerlo reelegir. Tiene más poder que el poder. Son, en lo esencial, organizaciones de propaganda, de "concienciación", dicen ellos, en perfecta enemistad con la lengua española. Determinan, fabrican, al menos la mitad de las ideas que llenan las perezosas cabezas de la mayoría, incapaces de generar algunas propias.
Las de Stork son especialmente peligrosas, pero las más inocuas, la de que hay que salvar a las ballenas o a los elefantes, cambiantes según convenga a la WWF, manejada por casa real británica de acuerdo con sus intereses africanos, mueven millones en safaris y limosnas de progres.
Por favor, querido lector, dele al mendigo de toda la vida, el que está como los profetas sentado a la puerta de un templo; no suelte un céntimo para derechos humanos, que puede acabar formando parte de un billete para pariente de etarra preso lejos del País Vasco (o sea, tal vez, en Burgos o en Madrid).
Horacio Vázquez-Rial
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Laicismo - Contra la objeción, contra la libertad, contra Dios
Asistimos en este verano a una muy sugestiva serie de declaraciones de importantes dirigentes políticos socialistas sobre la impertinencia de la objeción de conciencia de sanitarios respecto del crimen del aborto. |
Creo que para poder salir de esta situación, o al menos luchar contra ella proponiendo a nuestros conciudadanos respuestas válidas, es necesario hacer un esfuerzo previo de comprensión. No es fácil dar con claves que expliquen el porqué de esta situación. No basta con constatar los hechos que observamos, ni mencionar las finalidades políticas o ideológicas de este o aquel partido. No es suficiente aludir a "un proyecto de ingeniería social" que, por motivos oscuros, se quiere implantar en España.
A mi juicio el nexo que vincula todos los asuntos referidos anteriormente es la religión. Pensemos en la objeción de conciencia. Cuando los que defendemos la objeción a EpC afirmábamos que un no creyente podía ser un objetor (como en efecto ha sucedido), el Gobierno y sus corifeos se obstinaban en interpretar la objeción como un instrumento de oposición política de la Iglesia (entiéndase: la Jerarquía). Cuando, con argumentos científicos, se defiende la existencia de la vida humana desde el mismo momento de la concepción, se apunta con desdén a que no se puede legislar desde el fanatismo religioso. Cuando se quiere elaborar una Ley de Libertad Religiosa, que no es necesaria y nadie demanda, lo que se quiere es avanzar en la laicidad del Estado y para ello se pretende erradicar cualquier vestigio público de Cristo en nuestras vidas (crucifijos, sacerdotes en hospitales, símbolos religiosos...).
Es una verdad histórica demostrada que en Occidente la religión es el primer enemigo a batir de todo tipo de totalitarismo. O bien éste intenta falsificarla, domesticándola a su antojo –y por lo tanto prostituyéndola–, o bien pretende destruirla. Ahora bien, ¿por qué esta obsesión totalitaria contra el cristianismo, la religión de Europa? Porque el cristianismo es libertad, que es lo que no puede tolerar ni el comunismo, ni el nazismo, ni ahora el totalitarismo laicista.
Una religión que afirme que "la verdad os hará libres" (Jn 8, 32) tiene que ser, obligatoriamente, un enemigo de toda dictadura y de esta cultura de la muerte en la que vivimos. (No es baladí la rectificación atea de Zapatero de esta frase evangélica. Recuérdese: "la libertad os hará verdaderos"). Una religión que busca la plena realización de los hombres –esto es, su libertad– vinculada no a ningún factor político, ni siquiera temporal o mundano, sino a Dios mismo es un peligro para quien desee sojuzgar al ser humano. Por eso la Iglesia es la patria de la libertad.
La discusión sobre la objeción de conciencia es un ejemplo de lo anterior. Los totalitarismos no sólo se han caracterizado por sus aparatos represivos, sino por la necesidad de configurar una ideología que diera sentido al modelo de sociedad impuesto. El control de la educación, de la ciencia, de la filosofía, de los mass media, la invención del pasado y la reinterpretación de la historia son aspectos consustanciales a toda dictadura. Y transformar el Derecho en un instrumento de persecución y amedrantamiento contra cualquier atisbo de oposición. Pero la culminación del éxito de la sumisión no está en todo ello; está en la construcción de una nueva conciencia moral acorde con la nueva tiranía laicista en ciernes. No otra cosa pretende, como es sabido, la nefanda Educación para la Ciudadanía. Almas muertas parásitas de cuerpos que sólo reaccionan ante los estímulos hedonistas de una sociedad de consumo. Por suerte una cosa es el ideal totalitario y otra lo que finalmente la nueva tiranía puede conseguir.
Sabemos que la conciencia moral "es el núcleo más secreto y sagrario del hombre, en el que está [el hombre] sólo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella" (Gaudium et spes 16). Así pues, parece lógico que cualquier ideología que quiera dominar al hombre vea en el cristianismo –en particular el catolicismo– a un enemigo: primero es menester erradicar o hacer irrelevante la presencia de Dios en la sociedad reduciéndola a mera creencia subjetiva y, después, sustituir al verdadero Dios por un nuevo dios, el flamante Estado que vela por nosotros y atiende solícito nuestras necesidades "más íntimas" (por ejemplo, la de matarnos).
La objeción de conciencia así es inaceptable para el poder político, pues troncha de raíz el intento de manipular y dominar el núcleo más íntimo al que desea acceder con voracidad: la intimidad de la conciencia, en la que resuena la voz de Dios.
En 2004 el aún cardenal Ratzinger escribía lo siguiente cuando aludía a cuestiones bioéticas:
El legislador, partiendo del principio comúnmente reconocido de la libertad de conciencia, debería, en este ámbito, conceder carta de naturaleza a la objeción de conciencia: la Iglesia no quiere imponer a los demás lo que no comprenden, pero espera de ellos al menos respeto a la conciencia de aquellos cuya razón se guía por la fe cristiana. (Sin raíces, p. 128).
Palabras sabias, pero inaudibles en una sociedad sorda y embotada.
La educación, el aborto, la ley de libertad religiosa, la eutanasia no son asuntos que sirvan para "distraer" la atención de la crisis económica, como afirman los políticos lerdos. Son expresión del "hombre nuevo", arrullado por la aparente comodidad de una sociedad hedonista, presta a ofrecer satisfacción a cualquier capricho subjetivo por extravagante que sea.
Carlos Jariod Borrego, presidente de Educación y Persona
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Argentina - Terminada la ficción, resurge la pobreza
La miseria que hoy volvemos a ver en la Argentina es consecuencia directa de la soberbia, la incapacidad y el espíritu de venganza de los Kirchner. El problema de la pobreza está nuevamente sobre la mesa y algunos se preguntan cómo es posible que, luego de haber crecido durante cinco años a tasas chinas, volvamos a tener niveles de pobreza similares a los de la crisis del 2002. |
Hubo varios elementos que generaron la ilusión del crecimiento y el descenso de la pobreza. En primer lugar, con la devaluación del 2002 lo que se hizo fue licuar el gasto público en salarios y jubilaciones y se les dio a los productores locales un tipo de cambio alto que los protegía de la competencia externa. Se le entregaba un mercado chico para ellos solos. A esto hay que agregarle que, durante algunos años, disfrutaron de energía barata. Con costos de mano de obra bajos y energía artificialmente económica, la rentabilidad aumentó y se puso en funcionamiento el stock de capital que estaba paralizado por la recesión. No hacía falta hacer grandes inversiones para producir, sólo era necesario pasarle el plumero a las máquinas que estaban paradas.
El segundo elemento que influyó en la reactivación fue la desconfianza en el sistema financiero, luego del corralito y el corralón, que hizo que mucha gente invirtiera en ladrillos reactivando la industria de la construcción aprovechando que el precio del metro cubierto de construcción era muy bajo medido en dólares.
Un tercer elemento vino del exterior con precios de materias primas que se mantuvieron al alza, así como un sector agropecuario que se encontró con un mejor tipo de cambio (a pesar de las retenciones que se establecieron en el 2002) y con precios que superaban ampliamente los niveles de los 90.
Un cuarto elemento consistió en que el tipo de cambio alto hizo que Argentina fuera barata en dólares y el turismo receptivo se transformara en otro factor de dinamización de la economía. El campo, la construcción, el turismo y el mercado interno para el sector industrial podían contratar más mano de obra porque era barata y esto hizo disminuir la tasa de desocupación.
Otro de los elementos que influyó para generar una sensación de bienestar económico fue el congelamiento de las tarifas de servicios públicos durante varios años. La gente podía acceder a energía, gas, transporte público, comunicaciones a precios artificialmente bajos.
A medida que las empresas iban recuperando rentabilidad gracias a los factores antes mencionados, el Estado empezó a otorgar incrementos de salarios. La famosa redistribución del ingreso. El salario empezó a ser menos barato a costa de una rentabilidad que todavía seguía siendo alta.
Pero el modelo tenía la semilla de su autodestrucción. Por un lado, el famoso tipo de cambio competitivo se financiaba con el impuesto inflacionario y, por otro, el fenomenal aumento del gasto público fue exigiendo una mayor presión impositiva hasta llevarla a niveles que ahogaron la actividad económica.
Parte del bienestar transitorio de la población se financió con consumo de capital. Al congelarse las tarifas de los servicios públicos, se dejó de invertir. Es como si en vez de arreglar la casa cuando se rompe algo, el dinero para mantenimiento se destinara a salir al cine, a cenar o a irse de vacaciones. Llega un punto en que la casa se cae a pedazos y ya no queda margen para seguir la fiesta del consumo.
Por el lado del impuesto inflacionario para financiar el tipo de cambio competitivo, tuvimos la aparición de una inflación cada vez más aguda que las autoridades se encargaron de negar. Esa inflación fue comiendo tanto el tipo de cambio real como el salario real. Empezaron entonces los controles de precios, las prohibiciones de exportación, los aumentos de los derechos de exportación, etc. La idea era quitarle rentabilidad a las empresas para compensar la caída del salario real por efecto de la inflación.
El sector privado ya no tenía capacidad de financiar este nivel de gasto ni salarios cada vez más altos porque la rentabilidad extraordinaria del mercado cautivo se esfumaba por el deterioro del tipo de cambio real, el incremento de los costes internos y los aumentos de la mano de obra.
El Gobierno se fue enredando cada vez más. A medida que el Banco Central inflaba los precios emitiendo, las autoridades intentaban compensar la caída del salario real con controles de precios para luego pasar a medidas más agresivas como las prohibiciones de exportación de carne, granos, lácteos, etc. Estas medidas fueron creando un clima de desconfianza que espantó cualquier intento de inversión, al tiempo que destruyó sectores económicos enteros.
Desesperadas por más recursos intentaron aplicar la famosa 125 llevando al país a la parálisis por un capricho y revanchismo que está lejos del análisis económico, pero cerca de la psiquiatría o la psicología.
Rebotada la 125, la desesperación condujo a la confiscación de ahorros en las AFJP desatando el pánico de los agentes económicos dado que el Gobierno daba muestras de no reconocer límites para respetar la propiedad privada con tal de seguir drogando la economía. A más violaciones de la propiedad privada, más fuga de capitales, retracción del consumo y menores estímulos a las exportaciones.
A la inconsistencia del modelo se le sumaron dos cosas: a) un Kirchner gritando desde la tribuna como un loco y b) una Cristina haciendo el ridículo en cada discurso. Esta combinación de discursos desaforados con la soberbia de la ignorancia generó pánico en los actores económicos. Digamos que el matrimonio se encargó de hacer aún más corta la ya de por sí corta mecha de la bomba de la inconsistencia económica.
Por más que los pocos oficialistas que quedan insistan en echarle la culpa a la crisis internacional, la realidad es que el 98% de la crisis es pura incapacidad del matrimonio.
Si el Gobierno, desesperado por más recursos y negándose a la austeridad fiscal, atacó la propiedad privada; si las autoridades del frente económico hicieron lo imposible para que las empresas no produjeran ni vendieran; si Kirchner destruyó lo poco que quedaba del mercado de capitales confiscando los ahorros en las AFJP; si, el sector agropecuario, que era el que podía mantenerle a flote la economía porque los precios de las materias primas no habían bajado tanto, fue ninguneado por el Gobierno, era obvio que la economía iba a paralizarse.
Así, la pobreza resurgió con una fuerza inusitada por dos razones: a) los salarios reales fueron licuados por la inflación que generó el Gobierno y b) el paro mostró su desagradable cara ante la parálisis económica que indujo el comportamiento del Gobierno. Si el modelo era intrínsecamente inconsistente, el matrimonio se encargó de hacerlo explosivamente inconsistente.
¿Cuándo es pobre la gente? Cuando el ingreso que genera le alcanza para adquirir muy pocos bienes y servicios. ¿Y por qué sucede esto? Porque la economía produce pocos bienes, porque el salario se deteriora ante la inflación que produce el Estado y por el aumento de la desocupación.
La inflación era inherente al modelo económico y, por lo tanto, la carrera precios y salarios tenía que terminar en lo que terminó: caída del salario real. Los controles de precios, regulaciones y ataques a la propiedad privada produjeron una contracción de la producción de bienes y servicios, la otra pata del problema. Al producirse menos, aumentó la desocupación disparando la pobreza.
Si el modelo estaba basado en financiarse con el impuesto inflacionario y en atacar la propiedad privada por necesidad de recursos para el Estado y comportamientos primitivos en el manejo de la economía, era inevitable el problema de pobreza del que todos hoy se espantan.
Agotada la capacidad de financiación a través del sector privado de un gasto público cada vez más alto e ineficiente, se terminaron los recursos para subsidiar la energía barata, el gas barato y el transporte público barato, entre otros bienes abaratados artificialmente, y comenzaron a aparecer los tarifazos (los cuales, por cierto, todavía no terminaron).
La lógica económica más elemental indica que para que un país pueda eliminar la pobreza tiene que crear puestos de trabajo bien remunerados. Para crear esos puestos de trabajo se requieren inversiones competitivas. Es decir, inversiones que no surjan al amparo de privilegios, restricciones a la competencia, etc. Pero para que haya inversiones competitivas tiene que haber respeto por los derechos de propiedad, fuertes incentivos a la competencia y un Estado que no estorbe la producción. Como puede verse, no hace falta inventar la pólvora para acabar con la pobreza.
¿Qué hizo el gobierno de Kirchner? En vez de estimular la inversión con seguridad jurídica, previsibilidad en las reglas de juego e inserción de la Argentina en el mundo, tomó el camino inverso. Atacó la propiedad privada, aplicó un salvaje impuesto inflacionario a los sectores de ingresos fijos y se movió constantemente con medidas arbitrarias. El cocktail perfecto para hacer estallar la pobreza.
En el interregno, lo que hizo fue disimularla gracias a los precios internacionales de las materias primas, que le permitió apropiarse de una parte creciente de la renta del campo y consumiendo el stock de capital existente. Al comienzo del ciclo las empresas estaban felices porque tenían buena rentabilidad, pero esa rentabilidad se fue esfumando por mayor presión tributaria, precios políticos y medidas irracionales de todo tipo. Cuando se terminó de ahogar al sector productivo, estalló el problema de la pobreza. Kirchner lo único que hizo fue reactivar artificialmente la economía ayudado por un excepcional contexto internacional. Lo que Kirchner no hizo fue hacer crecer la economía. Reactivar es poner en funcionamiento, transitoriamente, el stock de capital existente. Crecer es generar condiciones para atraer inversiones que amplíen la capacidad de producción y que aumenten la oferta de bienes y servicios.
¿Puede el gobierno de Kirchner dar vuelta esta situación? Parece bastante difícil porque ha perdido toda credibilidad y ya ha hecho tanto daño a la confianza de la gente que nadie está dispuesto a invertir en un país manejado por un matrimonio que, por decirlo de alguna manera, tiene serios descontroles emocionales.
La pobreza que hoy volvemos a ver es directa consecuencia de la soberbia, la incapacidad y el espíritu de venganza que dominan al matrimonio. Las medidas arbitrarias y la parálisis económica son sólo la derivada de esa soberbia, incapacidad y espíritu de venganza dominante.
El diagnóstico anterior me lleva a otra conclusión. Argentina podría rápidamente salir de esta crisis económica. Ni siquiera hace falta un Adenauer para ponerla en funcionamiento. Con un mínimo de humildad, racionalidad y previsibilidad en las reglas de juego, no seríamos Irlanda, pero sí podríamos frenar esta lamentable decadencia.
Los fanáticos y los manipuladores
Imperialismo, fase superior del chavismo
Quienes hasta hace unos meses aún reían las gracias del petrotirano venezolano se están quedando de piedra ante la extensión salvaje y brutal que el chavismo experimenta por toda Hispanoamérica, ante el silencio repulsivo y colaborador de Zapatero y Moratinos y la aparente indiferencia obamita. Es tal la ofensiva chavista por el continente, tan violenta y poco disimulada, que hay que tener muy pocos escrúpulos y ningún apego por la libertad para no temer esta última fase del chavismo: imperialismo duro y puro, caracterizado al menos por cinco aspectos.
En primer lugar, su base en Venezuela se afianza. Hugo Chávez continúa la persecución de la sociedad civil venezolana, cada vez más débil. Se cierran medios de comunicación, se arman milicias, se apalean opositores. Es un totalitarismo de libro, que se desarrolla ante nuestros ojos y que no parece que tenga solución a medio plazo. Venezuela está perdida para la causa de la libertad y los derechos humanos.
En segundo lugar, este imperialismo funciona mediante la desestabilización de las democracias parlamentarias. Sigue esta estrategia en Colombia, proporcionando financiación, retaguardia y armamento a las FARC, a la vez que colabora con ellas en el negocio del narcotráfico. Contra el gobierno de Bogotá, Chávez usa la violencia directa, apenas disimulada por los dirigentes de las FARC, que han acabado por doblar la cerviz ante el nuevo amo del socialismo hispanoamericano, de quien son cada vez más una sucursal.
Si contra Colombia la violencia es directa, en Honduras, la estrategia chavista-zelayista pasa por la progresiva desestabilización de las instituciones con actos periódicos de violencia callejera y terrorista. Aquí usa la clásica estrategia golpista o revolucionaria: crear desórdenes callejeros, desprestigiar las instituciones para dividirlas y agotarlas. Hasta ahora, Honduras ha resistido bien, pero los petrodólares empiezan a inundar sindicatos y partidos, y los millones pagados a campesinos y sindicalistas están bien documentados. También lo está la presencia de "asesores" chavista-zelayistas entre quienes planean, preparan y ejecutan los disturbios.
En tercer lugar, el imperialismo chavista se realiza mediante el advenimiento y sostenimiento de regímenes atraídos a su esfera, bien por la escasa capacidad intelectual y política de sus miembros, bien por su sectarismo, o bien por ambas cosas. Es el caso de Bolivia, de Ecuador y de Nicaragua, países convertidos ya en simples satélites de Venezuela, y su población dirigida por y para cumplir los designios del petrotirano. Ni queriendo, podrían Morales, Correa y Ortega, desligarse de Chávez. Sólo la resistencia a ellos en esos países podría cambiar el gobierno y rescatar la independencia nacional.
En cuarto lugar, el imperialismo chavista usa la corrupción, el chantaje y la compra de voluntades –caso de la maleta descubierta con destino a los Kirchner–, y la instrumentalización de las instituciones internacionales. Es el caso de la OEA. Últimamente, su comportamiento ha traspasado todo lo admisible. No sólo porque la OEA la presida Insulza, un chavista antidemócrata declarado; la Comisión Iberoaméricana de Derechos Humanos enviada a Honduras, formada en su mayor parte por chavistas de toda Hispanoamérica, cometió todas las arbitrariedades, manipulaciones y ocultaciones imaginables para afianzar la versión propagandística de Chavez en Honduras. Si la OEA tenía escasa legitimidad antes de este episodio, ahora ha perdido cualquier posibilidad de redención. Hoy es un instrumento en manos de la tiranía chavista.
En quinto lugar, Chávez ha arrebatado a Fidel Castro la legitimidad revolucionaria. Hasta da lástima observar al antaño orgulloso y poderoso Castro convertido en un vejestorio manipulado y usado como un monigote por el gorila rojo. Con una Cuba a la deriva y empobrecida y un castrismo sin futuro, Caracas es ahora el centro del socialismo hispanoamericano, y lo mismo utiliza a Castro que arma a las FARC o desestabiliza Centroamérica. El socialismo hispanoamericano se ha rendido a Chávez.
segunda-feira, 24 de agosto de 2009
Paulo Coelho disponibiliza livros inéditos para download gratuito
Paulo Coelho, escritor. Foto divulgação
O escritor Paulo Coelho completa 62 anos nesta segunda-feira e, para comemorar a data, decidiu presentear os fãs com livros inéditos de sua autoria. Pelo Twitter, o escritor de "O alquimista" anunciou que em seu blog , seriam disponibilizados para download gratuito versões em diferentes línguas de três livros que nunca foram publicados.
"Queridos leitores, abaixo vocês podem encontar alguns livros que estão disponíveis apenas na internet. Não pretendo vender os direitos para editoras nos próximos dois anos. (...) Com amor, Paulo", escreveu o autor.
"O caminho do arco", que conta a história de Tetsuya, o melhor arqueiro do país, que passa seus ensinamentos a um menino de seu vilarejo, que pode ser baixado em português, inglês, espanhol, italiano e alemão.
Dividido em dois volumes, com versões em inglês e português, "Histórias para os pais, filhos e netos" traz contos baseados em tradicionais fábulas e contos de fadas, além de historinhas baseadas em experiências pessoais do escritor.
Por fim, "Guerreiro da luz" é um apanhado em três volumes de textos de Coelho que foram publicados na internet, disponíveis em português, inglês e francês.
O Globo
http://paulocoelhoblog.com/internet-books