terça-feira, 9 de novembro de 2010

Dictadura castrista - Fin de etapa

La dictadura castrista se desmorona tras años de arbitrariedad e incompetencia. Mientras el resto de América Latina ha disfrutado de un largo período de prosperidad y modernización, el «paraíso» comunista impuesto en la bella isla de Cuba se ha hundido en la miseria. El problema es que ya ni socializando la pobreza llegan a fin de mes. Es el resultado de organizar una sociedad a partir de prejuicios ideológicos e intereses personales en vez de guiarse por criterios profesionales y en defensa del bien común.

El gobierno de La Habana necesita de la inversión extranjera, pero tanto EE.UU. como la UE exigen gestos reales de que está en marcha un proceso de transición hacia la democracia. Los Castro saben que una muestra de flaqueza llevará a más y más exigencias hasta acabar con su finca y que la mayoría de los gobiernos occidentales no están dispuestos a amparar una dictadura criminal en quiebra. Ese cometido lo ha asumido libremente el Gobierno español para vergüenza nacional y desprecio de nuestros vecinos.

Las Damas de Blanco denuncian el incumplimiento de un acuerdo logrado por la mediación de la Iglesia Católica. ¿Alguien esperaba que lo cumplieran? Se nos ha querido vender que la expulsión de territorio nacional de un grupo de disidentes era un gesto de buena voluntad, un paso decidido hacia el respeto de los derechos humanos. Librarse de la oposición supone un alivio para el castrismo. Los retenidos son aquellos que no están dispuestos a abandonar su patria, los que todavía se sienten con fuerzas para seguir denunciando que Cuba sufre una dictadura criminal, disguste o no a la siempre complaciente diplomacia española. Los Castro se resisten, para tratar de doblegar su voluntad y con la intención de enviar un mensaje de firmeza al resto del mundo, pero el tiempo y su desastrosa gestión económica corren en su contra.

Florentino Portero

www.abc.es

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