terça-feira, 16 de junho de 2009

Uranio; nada menos que uranio

Un informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) acaba de revelar que en Oruro existen minas de uranio, lo cual contradice la opinión del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien negó que en Bolivia se explotara uranio, tal como informó la inteligencia israelí en un documento con el que piensa acusar ante la ONU a Bolivia y a Venezuela de enviar uranio al gobierno de Irán.

El diplomático egipcio Mohamed el Baradei confirmó que su visita a Bolivia obedeció a que su país acordó con el gobernado por Evo Morales la realización de "varios proyectos de desarrollo nuclear", entre los que se cuenta el "explorar minas de uranio", aunque por supuesto trató de erradicar los temores declarando que en el país andino no se dan las condiciones tecnológicas necesarias para la producción de armas nucleares.

Por supuesto, sabemos que eso no representa garantía alguna de nada, pues Bolivia podría ser, simple y llanamente, un proveedor de material nuclear para países como Irán, que están empeñados en construir armas atómicas en un momento en que parece renacer la bipolaridad en el mundo, lo que podría llevar a una contienda nuclear de consecuencias impredecibles y nefastas.

Mahmud Ahmadineyad.
Lo cierto es que la amistad de los gobiernos boliviano y venezolano con Teherán es innegable, y no se puede ocultar ya que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, visitó Bolivia en septiembre de 2007, y que luego hicieron otro tanto varias comisiones iraníes. Todo ello da cuenta de que existe una franca alineación de estos dos países americanos, comprometidos con el socialismo del siglo XXI, con los gobiernos del Medio Oriente que muestran una marcada animadversión y una posición abiertamente opuesta y crítica al gobierno norteamericano y a sus aliados.

Sabemos a ciencia cierta que el mundo no es una taza de leche, sino más bien un caldo de cultivo de todo tipo de amenazas y conflictos que pueden fácilmente desembocar en una guerra nuclear de características absolutamente destructivas.

Se puede palpar que existe mucho odio, mucho malestar, mucha animadversión, y una carrera armamentista en marcha, lo que puede incitar una confrontación no sólo política, también armada.

Si Israel confirma su denuncia contra Bolivia, éste podría sufrir sanciones de la ONU, puesto que Irán es un país interdicto por el Consejo de Seguridad, que aprobó una resolución para evitar la proliferación de armamento nuclear en el planeta. Además, Israel asegura que Irán está invadiendo Bolivia y América Latina. Se trata de una denuncia muy grave, que puede acarrear graves consecuencias al gobierno de Evo Morales.


© AIPE

CENTA RECK, escritora y psicóloga boliviana. 

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