Debo retirar mi aserto de que la izquierda carece de pensamiento. Ya hace algún tiempo me hacía dudar aquella frase profunda de la pensadora Calvo, creo "El dinero público no es de nadie"; pero debe admitirse que Zapo la ha superado. Ha aseverado que en el mundo hay demasiados pobres y demasiados ricos, y que la tierra (fíjense ustedes, no ya el dinero público, sino la misma tierra), tampoco es de nadie, sino del viento. Por mi parte, me quito el sombrero y rectifico. Hay un pensamiento real en la izquierda, real y profundo.
Cierto que no es del todo original, pues lo de los pobres y los ricos ya lo decía Evita Perón con su consigna "¡Menos pobres y menos ricos!". Claro que consiguió hacer muchos más pobres en Argentina y enriquecer a algunos otros, entre ellos a sí misma, pero la intención era buena, y eso es lo que cuenta. Y lo del viento ya lo había dicho algún otro pensador no sé si jipi o indio, o algo así. Pero un pensador puede ser profundo sin ser original. Se trata, podríamos decir, de un pensamiento ventoso que, desarrollado, puede dar lugar a una auténtica corriente filosófica, la ventosería o ventosismo. Se trata de pensar a base de ventosidades, un fenómeno fisiológico injustamente menospreciado por la ideología burguesa, machista, patriarcal e imperialista, y que debe dignificarse elevándolo a nivel por así decir cerebral.
Pío Moa
http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado (19 de Diciembre de 2009)
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