Ya no está de moda hacer gestitos «circunflejos». Ni alistarse al club de fans de Zapatero para gritar «No a la guerra». La salida de Irak con inmediata entrada en tropel en Afganistán que es tan guerra como la otra, pero sobre todo la triste imagen ofrecida por el Ejecutivo de Zapatero en el reciente y mal resuelto «caso Haidar», ha acelerado la nómina de desertores.
Bastantes insignes de la farándula «zejil» se están borrando del club. Muchos de los que apoyaron incondicionalmente a Zapatero en las pasadas elecciones han decidido dejar de arquear sus cejas. La causa saharaui siempre ha sido una de las banderas predilectas de la izquierda. En cuanto Aminatou Haidar se puso en huelga de hambre, los artistas de la «zeja» se lanzaron a apoyar a la activista. Pensaron que el Gobierno les seguiría en la lucha final, pero cuando miraron para atrás ellos y Haidar se habían quedado solos. Zapatero, escondido, delegó en Moratinos y éste no estaba dispuesto a disgustar a Marruecos. Conclusión: 30 días de huelga de hambre, Haidar en peligro de muerte, ridículo internacional y los cómicos airados.
Se montó así el movimiento «antizeja» al que no paran de sumarse nuevos socios. Algunos intelectuales como Saramago y muchos cineastas del corte de Juan Diego Botto, Alberto San Juan, Willy Toledo, Pedro Almodóvar, Penelopé Cruz o Javier Bardem. Tan desesperados por el desplante del Presidente del Gobierno estaban que, todos ellos republicanos militantes, clamaron por la intervención del Rey.
La matriarca se pronuncia
Y es que los de la «zeja» andan muy enfadados con su otrora líder carismático. Tanto que están dispuesto a todo con tal de que no los identifiquen con él. Como ejemplo la perla dialéctica de la matriarca de los Bardem, Pilar, expresada ayer.
La presidenta de la Asociación de Artistas e Intérpretes, siempre cercana a Izquierda Unida y en los últimos tiempos siempre dispuesta a ser reconocida como una «zejera» incondicional más, se mostró contundente y hasta violenta: «Yo no soy de los de la «zeja» y a quien lo diga lo mato».
J. A. - Madrid
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