quarta-feira, 16 de dezembro de 2009

El primer ministro sueco y el deshielo de Groenlandia

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, ocupa la Presidencia del Consejo Europeo durante el actual semestre. En el Parlamento Europeo, ha dado a entender que en los próximos años o décadas el nivel de los océanos podría elevarse hasta dos metros por el deshielo parcial de Groenlandia, lo que provocaría el desplazamiento de cientos de millones de personas que habitan cerca de las costas. Pero esto únicamente podría, quizás, ocurrir dentro de 5.000 años.

Ante el pleno del Parlamento Europeo, Fredrik Reinfeldt hizo las siguientes afirmaciones, el pasado 15 de julio: "Nuestro mundo tiene fiebre. Y la fiebre va en aumento". "Las capas de hielo de Groenlandia se están reduciendo en más de 100 kilómetros cuadrados cada año". "Sabemos que el retroceso de la capa de hielo en Groenlandia por sí solo puede provocar una elevación del nivel de los mares de hasta dos metros". "Los efectos serán dramáticos. Incluso si la elevación del nivel de los océanos de todo el mundo fuese de un solo metro, sólo en Asia cien millones de personas se verían obligadas a abandonar [sus lugares de residencia]". Y para resaltar la rapidez con que podrían producirse estos catastróficos sucesos concluía proclamando que "queda poco tiempo" y debemos actuar "ahora".

El Sr. Reinfeldt debería haberse informado de que en torno al 80% de la superficie de Groenlandia, lo que resulta ser 1,7 millones de kilómetros cuadrados, se encuentra cubierta por una muy gruesa capa de hielo. Al ritmo de reducción de la superficie helada al que él hizo referencia (100 km2 por año), el completo deshielo de Groenlandia se produciría dentro de 17.000 años.

Los activistas climáticos podrían argumentar que en el futuro el ritmo del deshielo podría aumentar, pero lo que muy pocos científicos discuten hoy son dos cosas:
1) El deshielo está produciéndose exclusivamente en los bordes del enorme casquete de hielo, cerca de las costas de Groenlandia, donde el grosor es menor: de varias decenas a unos pocos cientos de metros;

2) En casi toda la zona central –que ocupa 1,1 millones de km2 cuadrados–, el hielo no retrocede sino que, por el contrario, su grosor está aumentando de año en año. Por otro lado, como el espesor en toda esta zona es de entre 2.000 y 3.000 metros, llevaría muchos más años su eventual deshielo en comparación con el fenómeno que está produciéndose en las áreas costeras.
En conclusión, los 17.000 años es una estimación aceptable –mil años más, mil años menos– del momento en el que podría llegar a desaparecer el casquete helado de Groenlandia, incluso si se aceleraran y ampliaran sustancialmente las actuales tendencias al deshielo en las zonas costeras.

Está calculado que el deshielo total de Groenlandia ocasionaría una elevación de los océanos de unos seis metros y medio. Por tanto, el aumento de dos metros a que ha aludido el primer ministro de Suecia requeriría la reducción del hielo existente en Groenlandia en una tercera parte, lo que traducido en tiempo equivaldría a unos 5.000 años.

¿Cómo puede el Sr. Reinfeldt proponer seriamente que actuemos sin demora, antes de que sea demasiado tarde para evitar la inundación de las poblaciones donde viven cientos de millones de personas, lo que únicamente podría producirse dentro de 5.000 años?

Al Gore.
Para preservar la credibilidad de su país y de la Unión Europea, que actualmente preside, el primer ministro sueco no debería rebajarse a emplear los mismos trucos de manipulación de datos que utilizan habitualmente personajes como Al Gore. En su engañosa película Una verdad incómoda, el ex vicepresidente representaba las playas South Beach de Miami inundándose hasta cubrir seis metros de sus famosos hoteles art decó, dando a entender que esto se producirá en un futuro próximo si no se adoptan sus medidas contra el cambio climático. Ni que decir tiene que su catástrofe anunciada, si es que llega a materializarse algún día, sería dentro de varios milenios; por eso Al Gore se cuida mucho en no mencionar un plazo preciso; le es suficiente con insinuar su inminencia y las consecuencias terroríficas que produciría.

Los estudios científicos sobre el ritmo de deshielo del casquete de Groenlandia confirman sistemáticamente lo reducidísimo de su actual influencia sobre el nivel de los océanos. El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático) de la ONU es el principal exponente de la teoría del cambio climático. A pesar de ello, en su Informe de 2007 (cuadro 5.3, pág. 419, del Grupo de Trabajo I) afirma que el deshielo de este casquete está elevando el mar 0,21 milímetros al año. En otras palabras, al ritmo presente, en cien años Groenlandia contribuiría a aumentar el nivel del mar en 2,1 centímetros.

Un grupo de investigadores del Laboratorio de Procesos de la Hidrosfera, del Centro Goddard de la NASA, ha publicado en la revista Science (vol. 289, nº 5.478, año 2000) un estudio sobre la variación de la capa de hielo de Groenlandia basado en miles de kilómetros de vuelos con altímetros laser para medir la profundidad del casquete en dos años diferentes ("Greenland Ice Sheet: High-Elevation Balance and Peripheral Thinning"). Su cálculo dio una incidencia sobre la subida del mar de 0,13 milímetros por año, o 1,3 centímetros por siglo, al ritmo actual.

Tomando en cuenta todos los factores conocidos que incidirían sobre el nivel de los océanos, además del casquete de Groenlandia, el problema se podría hacer mucho más serio (entre 18 y 59 centímetros de elevación en 2100, si los cálculos del IPCC fuesen correctos); pero seguiría siendo un problema perfectamente manejable con la tecnología existente. Ya entre 1860 y 2000 han subido los océanos 29 centímetros, y prácticamente nadie le tuvo que prestar mayor atención. Ni siquiera enterarse.


GUSTAVO JASO, economista.

http://revista.libertaddigital.com

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