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quinta-feira, 31 de dezembro de 2009
Dejar 2009 con una sonrisa
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"Una de las tragedias de nuestro tiempo....."
"Una de las tragedias de nuestro tiempo es que todas las opiniones valen lo mismo, y se puede opinar de todo"
Juan Manuel de Prada y Libros Libres han conseguido, en una magnífica edición, poner de actualidad a un autor perfectamente desconocido en España, de una fastuosa inteligencia y un don poco común para escribir bellamente sin perder espíritu crítico ni habilidad para ir a la raíz de las cosas importantes. Hablamos del argentino Leonardo Castellani, de cuyos artículos, recogidos en este “Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI”, hablamos hoy con Juan Manuel de Prada.
Castellani resulta, para cualquiera que no lo conociera con anterioridad, un escritor muy culto, brillante en la expresión y políticamente incorrecto. ¿Hacen falta Castellanis en el mundo actual?
¡Y tanto que hacen falta! Yo creo que si algo llama la atención cuando leemos a Castellani es, además de eso que comentas, la capacidad para ir a la raíz de los problemas, de no perderse en juegos un poco vanos y estériles, y una gran capacidad para entender el meollo de los grandes asuntos de nuestro tiempo. Eso es lo que a mí me dejó estupefacto en él. Para esto hace falta ser un escritor que vaya a la verdad profunda de las cosas, y esto desgraciadamente en el mundo en que vivimos es muy difícil. Yo creo que ni los propios medios de comunicación ni la dinámica de la vida nos permiten taladrar esta especie de costra o de capa de confusión y de barullo en la que estamos metidos, y esto hace que un escritor como Castellani, tan lúcido, tan clarividente, sea cada vez más insólito. A ello naturalmente se suma la naturaleza especial de su vocación literaria que está muy íntimamente ligada con su vocación religiosa, con su fe. Esto ya lo convierte en un escritor insólito. Y sí, yo creo que en el ámbito católico necesitaríamos un escritor como Castellani, con la gracia de Castellani, con la cultura de Castellani (cultura revitalizada, no erudita, no muerta), y con la capacidad para diseccionar los grandes asuntos. Pero bueno, ante esto no hay más que esperar a que llegue.
El libro, que es una delicia para el lector, deja bien claro que el autor se atreve con todos, incluso con “popes” de la literatura y el pensamiento como Joyce u Ortega…, para atreverse a escribir así hay que tener las cosas muy claras, ¿no?
Sí, sin duda. Primero, hay que tener una concepción, no sólo de la literatura o de la estética, sino en general de la vida. Yo creo que Castellani tenía una visión de la realidad, y por tanto de sus múltiples facetas, absolutamente unificada por su fe en Cristo, y esto es algo que inmediatamente se percibe, escriba sobre lo que escriba, sobre política, sobre literatura, sobre educación, sobre cualquier asunto del que trate. Y es un escritor que no tiene miedo a nada, no acepta ninguna tiranía impuesta del pensamiento, no contemporiza, no se arredra ante nada…, esto a veces le hace ser arbitrario, con esa santa arbitrariedad que sólo tienen los grandes. E incluso podemos considerar que a veces se equivoca en su manera de repartir mandobles, o que se excede. Porque en él también hay ese rasgo casi rozando la locura, quijotesco, de arremeter contra molinos de viento, sin protección, a pecho descubierto. Pero todo esto es porque tiene el ardor de la verdad, y esto hace que la lectura sea muy atractiva, suculenta, es una lectura que constantemente te sorprende, te desmonta mitos que tienes encumbrados, te desenmascara mentiras que habían sido elevadas al rango de verdades, y eso hace que su lectura sea un festín para la inteligencia, porque constantemente está poniendo a prueba tu capacidad para rebelarte contra los tópicos heredados.
Castellani demuestra tener mucha y buena información sobre
Hombre, puede formar parte de las razones, pero yo creo que la razón es más profunda, yo creo que la razón es porque es un escritor antimoderno, él detesta lo que la modernidad ha traído, desde el liberalismo hasta todo lo que ha venido después, y por tanto es un escritor muy adverso a lo que es el pensamiento hegemónico hoy en día, a lo que yo llamo el “matrix progre”. Esto lo convierte en una especie de ácido sulfúrico para el pensamiento del matrix progre. Yo le he seleccionado dos artículos sobre
Da la impresión de que hoy los católicos estamos atemorizados por la corriente relativista que ha impuesto la izquierda, ¿nos falta valentía, audacia, o talento?
Quizá las dos cosas. Hay una herencia nefasta de contemporización con la época, es un mal que
El consuelo que nos queda es que
Hablando de la política de hoy, es curioso cómo la izquierda ha conseguido imponer sus mentiras de consenso a la sociedad, y cómo la derecha, ante eso, mantiene un silencio cómplice realmente desolador. ¿Hasta cuándo, en su opinión, durará ese complejo de la derecha española?
Durará mientras no postule otra visión alternativa de la realidad. El gran problema de la derecha, que se inicia tras
Usted participa en algunas tertulias, y es fácil observar cómo algunos gritones logran imponer sus alaridos al intento que Vd. hace por razonar; hay alguna referencia también a esta cuestión en su introducción al libro…
Esa es una de las tragedias de nuestro tiempo. Durante
Por último, ¿qué debe aprender un periodista o un escritor católico de Castellani, qué ejemplo debe tomar en su trabajo diario?
Castellani nos ofrece muchos ejemplos, algunos desgraciadamente no están a nuestro alcance, porque su gracia escribiendo, su talento, su genialidad, es una cosa que uno no puede aprender. Se puede admirar pero no aprender. Fuera de eso, Castellani es un escritor que ante todo nos puede servir como ejemplo de lo que es la lealtad y la altura de miras, la adhesión profunda a unos valores que para él estaban representados en la fe que profesaba. Castellani lo pasó muy mal en vida, él fue expulsado de
Rafael Nieto
www.diarioya.es (23-12-2009)
"El País" ya no está en vilo
Pocas veces ha quedado mejor retratada la indigencia moral e intelectual de esos bípedos que llamamos progres como en aquella portada de El País tras la masacre de las Torres Gemelas. Con miles de cuerpos carbonizados entre los escombros aún humeantes del World Trade Center, el diario de Prisa abría así su edición del 12 de septiembre de 2001: El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush. Ni el mismísimo obispo Setién obró el milagro de convertir víctimas en verdugos en tan poco tiempo.
La bomba del terrorista nigeriano que volaba de Ámsterdam a Detroit no estalló. Por suerte y por la valiente respuesta de la tripulación, no por esos controles de seguridad tan molestos y, como se ha demostrado, absolutamente ineficientes. Nada más peligroso que un político con coartada para recortar nuestras libertades, es que les encanta, oiga. Los ciudadanos terminaremos subiendo a los aviones en pelotas sin que, no lo duden, logren impedir que algún terrorista más embarque armado hasta los dientes.
Pese al final feliz, la reacción del presidente de los Estados Unidos no ha podido ser más contundente: "No descansaré hasta apresar a los responsables", "utilizaremos toda nuestra fuerza como nación para vencer a los terroristas", "este intento sirve para recordarnos la grave amenaza contra nuestro país". Ojeo El País en busca de un titular acorde con las palabras del comandante en jefe del ejército del Imperio: "Terror en el globo ante la venganza de Obama", imagino. Nada, no lo encuentro. Escudriño las páginas, pero no hay suerte. A lo mejor están en cuadro por las vacaciones de Navidad, pienso, pero en esa casa no celebran fiestas tan retrógadas. Mi desconcierto aumenta.
¿Qué habrá cambiado? No es la primera vez que me hago la pregunta. Estos tipos, los progres, reparten alegremente certificados de buena conducta moral pero no son muy amigos de los espejos. Eso les permite defender una cosa y la contraria sin despeinarse. Determinan que una guerra es justa (Afganistán) o injusta (Irak) por un papelito de la ONU, que depende del chalaneo pecuniario entre Estados, como todas las decisiones de esa gran casa de la corrupción universal. Siguen siendo marxistas, pero se han pasado de Karl a Groucho, por aquello de los principios. Finalmente veo la luz, claro que ha cambiado algo: Obama es negro. Sí, también son racistas.
Raúl Vilas
Nota: El autor autoriza a todo aquel que quiera hacerlo, incluidas las empresas de press-clipping, a reproducir este artículo, con la condición de que se cite a Libertad Digital como sitio original de publicación. Además, niega a la FAPE o cualquier otra entidad la autoridad para cobrar a las citadas compañías o cualquier otra persona o entidad por dichas reproducciones.
Libertad Digital
www.libertaddigital.com
La ignorancia respecto a nuestra cultura
Juan Fabra me oyó en una tertulia la historia de la franja morada con la que se recompuso la bandera española durante la última República. Me pide don Juan que le ilustre esa historia. No tiene mayor secreto. Es un producto más de la ignorancia. Algunos creyeron que la auténtica bandera de la vieja Castilla fue de color morado. Pero la realidad es que era de color rojo, pero, con el tiempo, ese color se destiñó y pasó a ser morado. Así pues, el color morado nada tiene que ver con la enseña castellana. Por tanto, la reinvención de la bandera española durante la II República fue una ridiculez. La combinación del rojo con el amarillo obedeció en su día al diseño de una bandera que se destacara sobre el azul del mar. Esa fue la bandera de la Armada.
Don José María se apunta a la campaña en pro de los Reyes Magos porque:
- Los Reyes Magos son un símbolo de la multirracialidad y nunca han tenido problemas de inmigración.
- Los Reyes Magos son fashion total, su elegancia en el vestir no ha pasado de moda en dos milenios.
- Si no existiesen los Reyes Magos, las vacaciones se acabarían el 2 de Enero.
- Los Reyes Magos son ecológicos, utilizan vehículos de tracción animal que con su estiércol contribuyen a fertilizar el suelo patrio (nada de trineos volando ni gilipolleces que no existen...).
- Los Reyes Magos generan un montón de puestos de trabajo entre pajecillos, carteros reales y multitud de gente que va en la cabalgata.
- De Papá Noel puede hacer cualquier pelagatos, pero para hacer de Reyes Magos se necesitan al menos tres.
- Los Reyes Magos fomentan la industria del calzado y enseñan a los niños que las botas se deben limpiar al menos una vez al año. Por contra, el gordinflas exige que se deje un calcetín, prenda proclive a servir de acomodo de la mugre, cuando no de indecorosos 'tomates'.
- Los Reyes Magos planifican concienzudamente su trabajo y se retiran discretamente cuando acaban la función.
- Santa Claus vive en el Polo Norte y por eso es un amargado, los Magos son de Oriente, cuna de la civilización y por ello de una elegancia no decadente.
- Los Reyes Magos tuvieron un papel destacado en la Navidad, Santa Claus es un trepa que trata de aprovecharse del negocio y que no participó en nada en los acontecimientos de la Navidad.
- Los Reyes Magos son de los poquísimos usuarios que mantienen en pie la minería del carbón en Asturias. No lo han cambiado por gas natural ni por bombillitas horteras.
- Los Reyes Magos lo saben todo. Santa Claus no sabe otra cosa que agitar estúpidamente una campanita.
- Santa Claus es un zoquete que no respeta los sentimientos de los renos de nariz colorada. No hay documentado ningún caso de maltrato psicológico por parte de los Reyes Magos hacia sus camellos.
- Los Reyes Magos son agradecidos, siempre se zampan las golosinas que les dejamos en el plato.
- Sin los Reyes Magos no se habría inventado el Roscón de Reyes.
- Finalmente, Santa Claus se pasa la vida diciendo "¡Jo, jo, jo!". Risa forzada y sin sentido. Señal de estupidez.
Respecto a los símbolos navideños, Agustín Fuentes protesta de la última moda, la de hacer que el Rey Baltasar sea de raza negra. Si se sigue ese principio (razona don Agustín) se puede llegar al ridículo de hacer queMadame Butterfly tenga que ser japonesa. Por otra parte, si el Rey Baltasar provenía de Irán o de Afganistán, no se colige que tenga que ser de raza negra. Lo del color negro fue una licencia de la iconografía para indicar su origen exótico.
2009, año demoledor para España
2010 - ¿El principio del fin del progresismo?
La arrogancia letal –Hayek dixit–, símbolo del progresismo posmoderno, toca a su fin. Pasen y vean.
Economía: Bajo el lema de lo demasiado grande para quebrar, y del riesgo –odiosa palabra– sistémico, hemos transferido los peligros privados al sector público en la confianza, errónea, de que los Estados no quiebran. La resaca por el exceso de líquidez artificial, generado por la conjunción de políticos irresponsables y bancos centrales actuando al dictado del poder, puede ser gloriosa.
Europa: La UE se ha empeñado en todas las acciones políticamente correctas imaginables. Especialmente deplorable la entrada en vigor como sea de su constitución light o tratado de Lisboa. Lo que nos lleva a España, o más bien a Z, que se dispone a asumir la presidencia. ¿Por qué hay dos presidencias, la del inane Van Rompuy y la del nocivo Z? ¿No hay que ahorrar? ¿Qué agenda prevalece? ¿A qué viene gastarse millones en mobiliario para el evento, de exclusivo interés publicitario para Z? Y, por fin, ¿a qué políticas se va a dedicar? ¿A relanzar la economía? ¿Es broma? Cómo multiplicar por dos el número de parados en apenas un año, título del primer seminario. ¿A desvincular las relaciones con la dictadura castrista de la evolución de los derechos humanos en Cuba? ¿A fomentar medidas –léase subvenciones– para evitar el llamado cambio climático?
Políticamente, Europa ha muerto. Es hora de constatarlo, para intentar salvar lo bueno que aún mantiene.
Islamismo: Volviendo al mundo real, cualquiera –menos un progre convenientemente aleccionado– diría que estamos en plena guerra mundial. Hay dos enfrentamientos en Irak y Afganistán, donde radicales islámicos luchan mediante constantes atentados contra civiles, y combates convencionales. Hay ataques suicidas en Pakistán, Yemen –donde hay además una guerra civil, como en Sudán– o Arabia Saudí. Irán sigue intentando hacerse con un arma nuclear mientras abastece a sus huestes en el sur del Líbano –¿no estaba allí la ONU?– y en Gaza. No le impide llevar una represión atroz contra su propio pueblo, mientras las declaraciones y el respaldo a la población que quiere liberarse de la tiranía teocrática brillan por su ausencia, o peor, por sus melindres, en cancillerías y medios de comunicación. Se reservan para inventadas teocracias en Occidente insultando a la Iglesia católica, la última vez por hacer una misa al aire libre en Madrid.
Hispanoamérica: Entre los afortunados está Honduras. Heroico y pequeño país que defendió pacíficamente su Constitución contra los embates de la pomposamente llamada comunidad internacional, dando un mensaje al mundo: cuando se quiere, se puede. Panamá, otro país chico, en plena ampliación de su gran canal, también celebró elecciones con naturalidad –votando a la derecha– demostrando que la expulsión de Noriega por Bush padre –que fue mucho menos bueno que su hijo, pero esto lo hizo bien– marcó la última época de inestabilidad en el istmo. Méjico y Colombia, frente a problemas gravísimos, el primero por la violencia de los traficantes de droga, y el segundo por el terrorismo vinculado a esta, los abordan con seriedad y firmeza. Merecen todos los elogios que no les prodigan los medios, que andan preocupados por cosas serias: Calderón no gusta de los matrimonios homosexuales. Mientras, mueren 15.000 personas por la guerra de los cárteles en 2009. Chile, por fin, uno de los lugares más tranquilos del continente, decidió que la experiencia socialista moderada debía llegar a su fin, y espera el desenlace de sus elecciones en una segunda vuelta en enero. La derecha es favorita. En otro orden de cosas, varios siguen esperando los tratados de libre comercio con Estados Unidos, porque ya se sabe: hay demasiados ricos, demasiados pobres, pero la tierra...es de Obama, mientras le financien su deuda.
Israel: Una advertencia: no se es favorable a Israel, ni a los judíos en general, por enseñar el ticket del Corte Inglés de la última versión Blu-ray de La lista de Schindler. La ministra de Exteriores europea, Ashton, atacó hace nada los asentamientos, a los pocos días de que el Parlamento Europeo dijera que Jerusalén sería una buena capital para el Estado palestino. Suponemos que todos tenían su resguardo de compra, pero, ¿a qué viene esto? No hay mucho que hacer, y no les hacen mucho caso de todos modos, así que darles un trompazo a los judíos viene bien porque es gratis y, además resulta vistoso en las noticias. Esta tendencia debe acabar, por no hablar de los rebrotes antisemitas en importantes naciones como Inglaterra, en donde los medios, incluidísima la BBC, son casi tan intransitables en este asunto como los españoles.
¿Envidia? Porque Israel culmina un buen año que empezó con la guerra de Gaza, pero que ha logrado terminar en vida –y van 61, enhorabuena– y con crecimiento económico, mientras se prepara para reaccionar contra Ahmadineyad, si nadie mueve un dedo antes.
Obama: Comenzó el año con casi un setenta de aceptación y termina por debajo del cincuenta por ciento. Las razones: indecisión sobre Afganistán, nulidad en mostrar una sola cifra de recuperación económica, y empeño en financiar públicamente la sanidad sobre una marea de deuda, con modos y maneras impopulares. En cuanto a Irán, fracaso absoluto. Un auténtico momento histórico en el que, como en sus buenos tiempos en el Senado, ha decidido ser neutral. A lo que hay que añadir: el atentado de Fort Hood –primer ataque terrorista en suelo americano desde el 11S– y la absurda, banal, plana y burocrática reacción –¿"extremista aislado"?– al intento de volar un avión el día de Navidad. Guantánamo sigue abierto, y Bagram, también.
Ah, y de la cumbre del clima en Copenhague, ¿quién se acuerda?
La fuerza del progresismo –idolatría de nuestro tiempo, fascinado como narciso consigo mismo– está empezando a cansar. Pura publicidad sin poder real, salvo contra los débiles; el castillo de naipes empieza a desmoronarse. ¡Feliz 2010!, porque promete.
La imaginación y el humor de ZP
quarta-feira, 30 de dezembro de 2009
Un mito de la fotografía
La codicia como mal menor
París (I)
Brasil te amo
Otro año
Iglesia en España, 2010
Lo que Al Qaida nos enseña
Lenguas - Ya está bien de tonterías
La legitimidad de la teocracia
El annus horribilis de ZP
terça-feira, 29 de dezembro de 2009
Mitos e atritos
Definitivamente, não. Embora muita gente ainda questione a relevância das religiões em sua vida, um novo debate se impôs globalmente: Deus é benéfico para o mundo? Para os novos ateus, como Dawkins, Hitchens, Harris e Dennett, ele não passa de um delírio – e, caso de fato existisse, deveria ser executado em praça pública. Para esse grupo, feroz e irredutível em seus argumentos, a religião é um fenômeno retrógrado e perverso, que conduz à ignorância, a disputas amargas e a guerras. Karen Armstrong se opõe a essa visão. Num extrato de seu livro, publicado na revista Foreign Policy, ela parte para o ataque. “Os novos ateus não estão errados apenas quanto à religião e à política. Eles se enganam quanto à própria natureza humana”, diz. “Enquanto os cães, até onde se sabe, não especulam sobre sua condição canina nem se preocupam com a própria efemeridade, nós, seres humanos, mergulhamos facilmente no desespero caso não encontremos um sentido para nossa vida.” Resumindo: Deus vive. O que não quer dizer que, figuradamente, seu óbito não possa ser atestado. “Mesmo para os que creem, Deus morre”, diz o rabino Nilton Bonder, da Congregação Judaica do Brasil (CJB). “Mas não sua essência. O que falece é nossa percepção sempre inacabada de sua natureza.” Para o xeque Jihad Hassan Hammadeh, um dos líderes da comunidade islâmica brasileira, o que morre são as ideias teológicas formuladas pelos homens. “Mas não ‘Ele’. A crença em Deus é um acessório original de fábrica do ser humano, e não um item opcional. Todos nascem crendo”, diz Jihad. Para as grandes tradições religiosas e a enorme maioria da humanidade, Deus não parece estar indo a parte alguma – uma razão a mais para que encontremos um modo equilibrado e profundo de conviver com sua presença.
Ao que tudo indica, sim. “Vivemos um período de grandes inquietudes e de uma tremenda ebulição existencial e espiritual nas mais diversas tradições religiosas”, diz o rabino Bonder. “A questão é se essas religiões terão grandeza e flexibilidade para não aplicar velhas respostas a essas novas demandas.” Para o bispo dom Dimas Barbosa, secretário-geral da Conferência Nacional dos Bispos do Brasil (CNBB), esse fenômeno é particularmente intenso nos países do Leste Europeu. “Após décadas de um ateísmo totalitário, seus habitantes estão com a fé à flor da pele.” O lama Padma Samten, diretor do Instituto Caminho do Meio – Centro de Estudos Budistas Bodisatva, de orientação tibetana e sediado em Viamão, no Rio Grande do Sul, endossa essa tese. “As religiões estão renascendo, pois os conhecimentos que brotam da ciência, da economia e da política tornaram-se filosoficamente muito limitados.” Segundo Samten, as religiões, em especial o budismo, hoje oferecem uma compreensão bem mais profunda e refinada da realidade. “Ouso dizer que, hoje, os cientistas tornaram-se religiosos, e os budistas céticos”, diz ele. Em The case for God, Karen Armstrong salienta outro fenômeno interessante. Cada vez mais pessoas acreditam nos ensinamentos e práticas de mais de uma religião. “É inevitável que, hoje, se busque inspiração em mais de uma tradição religiosa”, afirma. “É parte da globalização.”
Eis uma questão delicada. De acordo com as principais tradições monoteístas, todas as pessoas nascem crendo. “Até o ateu, mesmo que inconscientemente, busca o criador”, diz o xeque Jihad. “De um modo ou outro, todos correm atrás do prejuízo causado pela ausência de Deus.” O rabino Bonder concorda com a tese com um quase aforismo. “Há os que creem e há os que creem que não creem”, diz. Para o teólogo e pastor Ed René Kivitz, da paulistana Igreja Batista de Água Branca, “o paradoxo da fé é exatamente ela ter como objeto algo que transcende a racionalidade”. A crença, para o lama Samten, é um traço imanente aos seres humanos. “Mesmo que as pessoas não se deem conta, os elementos espirituais estão presentes e atuantes nelas.” Por essa razão, ele argumenta, a prática é tão essencial. Karen segue a mesma trilha. “A religião é uma alquimia ética”, diz ela. “É um exercício de comportamento sistemático que muda as pessoas e seus valores, pois lhes abre as portas para a intimidade com o sagrado.” De acordo com dom Dimas, “as pessoas encontram os sinais da fé em si próprias e tomam suas decisões nesse campo com o coração”.
Depende. Segundo Karen Armstrong, no Ocidente o secularismo foi bem-sucedido e essencial para a consolidação da política e da economia modernas. Mas foi alcançado gradativamente, ao longo de três séculos. Isso permitiu que a nova ideia de governo se cristalizasse em praticamente todos os níveis da sociedade. Em outras partes do mundo, no entanto, a secularização ocorreu com tamanha rapidez – e, muitas vezes, de modo tão agressivo – que gerou ressentimentos em populações ainda fortemente ligadas à religião. Como reação, esses povos passaram a considerar as instituições ocidentais, entre elas a democracia, modelos impróprios para sua vida e seu país. Por ter liderado essa universalização do secularismo com a fúria de um rolo compressor, o Ocidente acabou enfrentando sérios reveses. Quando, apoiado pelos Estados Unidos, os xás do Irã torturaram e exilaram os religiosos que se opunham ao regime, alguns clérigos, como o aiatolá Khomeini, concluíram que a participação dos líderes islâmicos no governo deveria ser rapidamente fortalecida. Os resultados dessa mudança de postura dos muçulmanos xiitas, que por séculos consideraram a distância do poder um princípio sagrado, são bem conhecidos.
Ele não. Os homens, sim. “Deus é justo e prega a paz. As pessoas é que interpretam a religião segundo seus interesses e a desvirtuam”, diz o xeque Jihad. “Isso acontece porque Deus deu ao ser humano o livre-arbítrio, que tanto pode servir ao bem quanto ao mal.” O católico dom Dimas concorda: “O livre-arbítrio é a glória e, ao mesmo tempo, a miséria dos seres humanos”, diz. “Essa liberdade é minha dignidade; mas, ao mesmo tempo, se mal usada, pode ser meu flagelo.” Karen aborda o tema por uma ótica ligeiramente distinta. Não é Deus ou as religiões que semeiam as atrocidades, mas sim a violência inerente à natureza humana. “Como espécie, sobrevivemos matando outros animais e também nossos semelhantes”, diz. Essa violência está tão impregnada em nossa vida que é relatada, em termos assustadores, em praticamente todos os livros sagrados. Felizmente, segundo Karen, ela é contrabalançada por outros textos que promovem a compaixão e sua regra de ouro: “Trate os outros como você gostaria que tratassem a você mesmo”. Apesar de inúmeras falhas ao longo dos séculos, essa regra se manteve no centro de todas as principais tradições religiosas – e é um sólido ponto de partida para o ecumenismo.
Infelizmente, sim. “É verdade que nenhuma das principais religiões do mundo tem sido boa para elas”, afirma Karen. “Mesmo que, em seus primórdios, algumas tenham se mostrado generosas com as mulheres, como o cristianismo ou o islamismo, em poucas gerações os homens as transformaram num patriarcado.” De acordo com o rabino Bonder, “todo Deus manipulado pelas ideias humanas é nocivo para as minorias, em especial as mulheres; os homens ostentam uma espécie de inveja uterina”. Uma das maiores conquistas da modernidade ocidental foi a emancipação feminina. Mas os fundamentalistas, em sua luta contra o espírito contemporâneo, tendem a enfatizar a igualdade de gêneros como uma ameaça a repelir. Parece ter surtido efeito. Onde quer que governantes modernizadores tenham tentado banir o uso do véu em países islâmicos, as próprias mulheres passaram a adotá-lo em maior número, com um fervor redobrado. Em 1935, os soldados do xá Mohammad Reza Pahlavi dispararam contra centenas de manifestantes desarmados que protestavam contra o uso obrigatório de trajes ocidentais. Desatinos desse tipo acabaram transformando o véu, cujo uso até então não era disseminado, num símbolo da integridade islâmica. Muitos muçulmanos hoje clamam que, enquanto a moda ocidental é sinônimo de riqueza e privilégio, as vestimentas islâmicas enfatizam o igualitarismo contido nos capítulos do Alcorão, conhecidos como suratas.
Não. Elas apenas operam em dois planos distintos, que, até o século XIX, eram vistos como complementares. “Fé e razão são duas asas pelas quais o entendimento alça voos em busca da verdade”, diz dom Dimas, citando uma passagem da encíclica Fides et ratio (Fé e razão) , de João Paulo II. “A fé sem a ciência é ingênua”, diz. “E a ciência sem a fé, muito fria e desumana.” Enquanto a ciência avança pelas planícies da razão, a fé busca iluminar os desfiladeiros do mito. Karen deixa essa fronteira clara numa das mais belas passagens de seu livro, quando diz que a ciência pode diagnosticar o câncer – e até mesmo curá-lo –, mas não pode ajudar na consternação causada pelo diagnóstico nem ensinar a morrer bem. Para Karen, desvendar a origem do Universo não é papel da religião, e sim da ciência. A missão da religião seria nos ajudar a lidar com os aspectos da vida para os quais raramente estamos preparados, como a morte. “Como espécie, caímos facilmente em desespero se não conseguimos enxergar algum tipo de significado em nossa existência. A religião enfrenta questões que não podem ser resolvidas de uma vez por todas”, escreve Karen. É a essa magnífica e penosa tarefa que chamamos fé. O resto é razão.
CINCO ESTRADAS NA BUSCA DO SAGRADO
Xeque Jihad Hassan, líder da comunidade islâmica “Toda pessoa nasce com fé. A crença em Deus é um acessório original de fábrica do ser humano, e não um item opcional. Todos nascem crendo” | |
Dom Dimas Barbosa, secretário-geral da CNBB “Vivemos um período de grandes inquietudes e de uma tremenda ebulição existencial e espiritual nas mais diversas tradições religiosas” | |
Rabino Nilton Bonder, da Congregação Judaica do Brasil “Há os que creem e há os que creem que não creem. Viver é sempre tomar partido, e crer ou não é um ato além da racionalidade” | |
Lama Padma Samten, do Centro de Estudos Budistas Bodisatva “Os conhecimentos da ciência tornaram-se limitados. Ouso dizer que, hoje, os cientistas tornaram-se religiosos, e os budistas céticos” | |
Ed René Kivitz, pastor da Igreja Batista de Água Branca “O que gera a violência é o fator Deus, e não ele próprio. Diante do dilema de matar ou morrer, Jesus escolheu deixar-se matar por seus oponentes” |