segunda-feira, 28 de dezembro de 2009

Multitudinaria misa en defensa de los valores de la familia en Madrid


Durante la celebración de la misa multitudinaria, celebrada en la Plaza de Lima de Madrid, Benedicto XVI se manifestó así en un mensaje enviado a los participantes en la Eucaristía. El mensaje fue leído en videoconferencia durante el rezo del ángelus, ante varios miles de fieles en la plaza de San Pedro del Vaticano. Hablando en español, el Pontífice dijo que Dios habiendo venido al mundo en el seno de una familia, manifiesta que esta institución es el "camino seguro para encontrarlo y conocerlo".

Benedicto XVI dijo que uno de los mayores servicios que los cristianos pueden prestar a los hombres es ofrecer el "testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola, pues ella es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad".

"En efecto, la familia es la mejor escuela donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos. También en ella se comparten las penas y las alegrías, sintiéndose todos arropados por el cariño que reina en casa por el mero hecho de ser miembros de la misma familia", afirmó el Papa.

El mensaje de Rouco

Mientras, en su homilía, el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Antonio María Rouco Varela, consideró que el actual panorama de la familia en Europa no es "halagüeño" y "se agrava" con las medidas legales que facilitan el aborto, el divorcio, la aceptación legal del matrimonio gay, la extensión de la crisis y del paro.

"El panorama que presenta la realidad de la familia en la Europa contemporánea no es precisamente halagüeño", aseveró el prelado. Para el cardenal la situación se "agrava" por "la facilitación jurídica del divorcio hasta extremos impensables" y "asimilables al repudio"; la "aceptación" o la "eliminación" primero cultural y luego legal de la consideración del matrimonio como la unión entre varón y una mujer, "abierta a la procreación"; el crecimiento "imparable" de las rupturas matrimoniales y familiares y sus "dramáticas consecuencias" para los niños y de los jóvenes. Y a ello se añade, según Rouco, la crisis económica, con la inevitable secuela del paro y la crisis del matrimonio y de la familia.

Con todo, advirtió que sin la familia cristiana Europa "se quedaría prácticamente sin hijos o, lo que es lo mismo, sin el futuro de la vida". "Sin vosotras, Europa se quedaría sin el futuro del amor, conocido y ejercitado gratuitamente; se quedaría sin la riqueza de la experiencia del ser amado por lo que se es y no por lo que se tiene. El futuro de Europa, su futuro moral, espiritual e, incluso, biológico, pasa por la familia realizada en su primordial y plena verdad. ¡El futuro de Europa pasa por vosotras, queridas familias cristianas!", recalcó.

Además, en el transcurso de su Homilía criticó que el derecho del 'nasciturus' está suplantado en la conciencia moral de la sociedad y de la ley. "El derecho a la vida del niño, todavía en el vientre de su madre -del 'nasciturus'-, se ve lamentablemente suplantado en la conciencia moral de un sector cada vez más importante de la sociedad, y en la legislación que la acompaña y la estimula, por un supuesto derecho al aborto en los primeros meses del embarazo", dijo. A lo que añadió: "Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente".

A renglón seguido aseveró: "La vida de las personas con discapacidades varias, de los enfermos terminales y de los ancianos, sin un entorno familiar que las cobije, se ve cada vez más en peligro. Un panorama a primera vista oscuro y desolador". Pero el cardenal explicó que esta situación se da "sólo a primera vista" porque "en el trasfondo alumbran los signos luminosos de la esperanza cristiana" y alentó a las familias presentes en la celebración en la madrileña Plaza de Lima a "dar testimonio de esa esperanza y corroborarla".

Las cifras del encuentro

Bajo el lema, 'El futuro de Europa pasa por la Familia', 1.200 ministros de la Iglesia se concentraron a los pies de un escenario de más de 52 metros de altura instalado en el eje Castellana-Concha Espina, escenario de la Eucaristía, para la que se preveía una participación de un millón de personas con familias llegadas de toda Europa.

Asimismo, se dispusieron 100 metros cuadrados de pantallas 'Led' que permiten seguir la celebración desde distintos puntos del paseo de la Castellana y se habilitaron dos casetas de lactancia para las madres con bebés.

Además, más de 1.200 ministros de la Comunión repartieron la Sagrada Forma a los presentes utilizando más de mil copones fabricados en Teruel en la misma empresa que produjo los que se emplearon durante la última visita del Papa.

Entre los asistentes, 18 prelados de todo el mundo y medio centenar de obispos y cardenales españoles, entre los que se enconbraban, además de Rouco Varela, el arzobispo emérito de Sevilla, cardenal Carlos Amigo; el cardenal arzobispo de Barcelona, monseñor Lluis Martínez Sistach y el arzobispo de Huesca, Agustín García Gasco.

Organizados con sus banderas nacionales, familias de distintas procedencias como Francia, Polonia, Italia, Alemania o Hungría, plantaban cara al frío desde primera hora de la mañana congregados en el entorno del escenario. La organización estimaba que al cabo de la mañana más de un millón de personas se encontraran concentradas en la zona, a la que se han desplazado 800 autobuses desde distintos países europeos.

www.libertaddigital.com

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