terça-feira, 1 de dezembro de 2009

El dogma del ateísmo

Nos quieren confundir. Es mentira que esta liquidación espiritual sea para nuestro bien y por nuestro bien, como nos dicen. Dios no puede quedar relegado a la esfera de lo privado. Al contrario: debe ser reconocido públicamente como valor supremo. Lo contrario es caer en un abismo moral. Hacia ahí vamos. El dogma del ateísmo, que algunos gobiernos como el nuestro imponen a capa y espada, conduce sólo a la deshumanización. Y como no hay democracia sin conciencia, a la glorificación del tirano.

Seguramente uno de los aspectos más difíciles de comprender para quienes en su día vuelvan sobre este tiempo de dogma ateo, será el de nuestra pasividad ante semejante manipulación de la verdad, hasta el punto de hacer que las cosas no sean lo que son, sino lo que interesa que sean. Ayudados de su poderoso aparato de agitación y propaganda y de cierta vanguardia intelectual, quienes nos gobiernan buscan silenciar a Dios para poder entregarse cómodamente a la barbarie, a la mentira y a la manipulación del otro. Por eso es tan necesario recordar constantemente y exigir la vigencia de la dignidad humana previa a toda acción y decisión política.

Es imposible levantar la vida sobre concepciones en las que el espíritu es considerado producto de la materia. En resumidas cuentas: este adoctrinamiento tiene otra finalidad mucho más inquientante: acabar con todo anhelo de pensar por propia cuenta. Obligarnos a berrear como borregos lo que a ellos les conviene, simplemente.

Jesús Fonseca
www.larazon.es

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