segunda-feira, 26 de maio de 2008

El invitado de Dickens

La hija de Charles Dickens le puso el mote de «el pelma huesudo». Hans Christian Andersen fue invitado a pasar dos semanas en casa de los Dickens en el verano de 1857 y se tomó la libertad de estarse cinco, sin parecer captar las insinuaciones de su anfitrión de que estaba molestando. Cuando finalmente el danés se hubo marchado, el escritor inglés escribió en el espejo de la habitación de invitados: «Hans Andersen durmió en este cuarto durante cinco semanas, que a la familia le parecieron siglos».

Todo esto ha sido ahora recordado porque ha aparecido un nuevo testimonio de la amistad entre el novelista y el autor de fábulas infantiles, y de la presencia de éste en Londres. Andersen llegó por primera vez a Inglaterra en junio de 1847, invitado por la condesa de Blessington, cuyo salón literario atraía firmas de otros países. En una de esas veladas, Andersen fue presentado a Dickens, a quien él consideraba «el más grande escritor de nuestro tiempo».

Dickens, que también admiraba a su colega danés, le tributó una visita al mes siguiente en su alojamiento de Londres. Como estaba ausente, el autor de novelas como Oliver Twist, Cuento de Navidad y David Copperfield le dejó doce ejemplares de sus libros. En uno de ellos, una copia de Imágenes de Italia, de 1846, escribió una dedicatoria: «Hans Christian Andersen, de su amigo y admirador Charles Dickens, Londres Julio de 1847». Ese tomo ha salido ahora a la luz para ser vendido, con un precio estimado de 190.000 euros en la Feria del Libro Antiguo de Londres.
En correspondencia posterior, Dickens invitó al creador de El patito feo a pasar unos dias en Gad´s Hill, su casa en el condado de Kent, ofrecimiento que fue aceptado de inmediato. «No causaré demasiada inconveniencia», prometió Andersen a su llegada. Los Dickens no tardarían en lamentar su generosidad.

No es que los anfitriones no lanzaran insinuaciones sobre las molestias que estaba causando el invitado, pero probablemente fueron demasiado sutiles para un autor de cuentos infantiles. Kate Dickens escribiría después que Andersen era un «estúpido social; era un pelma huesudo, y estuvo en casa sin fin».

Según ha declarado a The Times David Brass, el anticuario californiano que ha hallado el ejemplar que viene a corroborar la relación en Inglaterra entre Dickens y Andersen, se trata del «mayor descubrimiento» que ha realizado como anticuario en cuarenta años.

Emili J. Blasco, corresponsal de ABC en Londres

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