segunda-feira, 16 de novembro de 2009

Democracia, franquismo e izquierda

Un individuo socialista o comunista me acusó en un periódico de Extremadura de "denigrar la democracia" y explotar indebidamente la oportunidad que la democracia "que hemos conseguido a pulso", me da de exponer libremente mis "falsedades". Seguramente el hombre cree que la democracia la ha "ganado a pulso" la izquierda, cuando la verdad evidente es que la trajo la clase política franquista por reforma, y en contra, precisamente, de la oposición antifranquista, que deseaba una "ruptura" que retrotrajese al país al caos antidemocrático del Frente Popular. La reforma "de la ley a la ley" significaba justamente esto: reconocer la legitimidad del franquismo, legitimidad que se traspasaba al nuevo régimen. Por tanto, la izquierda solo habría podido "ganar a pulso" lo que de hecho viene ganando, a base de explotar indebidamente una situación que se debe a esfuerzos ajenos: corrupción, compinchamiento con el terrorismo y con dictaduras como la de Castro, falsificación totalitaria de la historia, enterramiento de Montesquieu, etc.

Muchos, sin ser de izquierdas, se ponen estupendos y "condenan" al franquismo y al socialismo real "por ser dictaduras". Pero en las cárceles del franquismo no había demócratas, y esos estupendos demócratas que se benefician de lo creado por otros sin dar un palo al agua, jamás habrían sido capaces de afrontar una crisis como la de los años 30 en España, o la de la guerra mundial, la del maquis o el desarrollo del país. Corresponden a los españoles "gárrulos y excitables", que decía Walters.

Pregunta alguien en el blog, con típica concepción no democrática, qué le habría pasado en el franquismo a un periodista que llamara "chorizos" y "puteros" a los procuradores en Cortes. Pues seguramente nada bueno. Pero aunque el franquismo no era un democracia, si la hay ahora es por lo que aquel régimen construyó, algo que los gárrulos jamás entenderán. Sin embargo no puede considerarse democrático el hecho de llamar a muchos políticos "chorizos", "puteros" o "colaboradores con el terrorismo", a no ser que estos asertos se demuestren. De otro modo serían injurias y calumnias, penadas por la ley. Pero, ¿hay que esforzarse mucho para ver qué está pasando en el mundo de la política y la chusma que mangonea el país? ¿O sería más democrático callarse "respetuosamente" y dejar que siga su rumbo la corrupción intelectual, económica y sexual, y anegue a toda la sociedad?

Pío Moa
http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado

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