segunda-feira, 23 de novembro de 2009

El muro de Chávez

Veinte años después de la caída del infame Muro de Berlín, el mundo, en especial Latinoamérica, observa cómo cada día está más cerca la erección de otra de esas vergonzantes murallas que dividen pueblos hermanos. Me refiero al muro virtual creado por Chávez para cerrar la frontera con Colombia.

El Muro de Chávez cada día es más real y peligroso. Asombrados, vemos cómo se cierra una frontera antes abierta, amigable y fructífera. Allí donde por tradición ha existido comercio e intercambio entre familias y pueblos, sin problemas ni conflictos, hoy se vive en total zozobra.

Paso a paso, Chávez ha ido creando un murallón entre nuestros países hermanos: si aún no es de concreto, ladrillo o piedra, sí es de odios, insultos y amenazas. Bien sabemos que a veces son más graves y dolorosos los muros de palabras que los de cemento.

Es rara la vez que Chávez no utiliza los micrófonos de su inflamatorio Aló Presidente para arremeter contra Colombia con toda clase de acusaciones fantasiosas y ficticias. De los ocasionales cierres de la frontera, que se han ido sucediendo desde el comienzo de su gobierno, se ha pasado a la práctica parálisis del movimiento entre las dos naciones.

La frontera colombo-venezolana, donde la actividad era constante y provechosa para ambos lados, se ha convertido en un polvorín que con cualquier mecha se puede prender.

A diario hay noticias y fotos de familias que atraviesan la frontera por entre matorrales, saltando tapias o cruzando el río a pie. Los guardias armados aún no se atreven a disparar, pero, de seguir las cosas así, no demoraran en hacerlo. ¿Y entonces qué? ¡Sangre y balas entre hermanos! ¿Es esto lo que quiere Chávez? Es un falso nacionalismo lo que está promoviendo este avezado alumno de Fidel Castro.

Chávez quiere, con esta camorra constante contra Colombia y los colombianos, tender una venda sobre los ojos de los venezolanos, para que no vean lo que está sucediendo en su propio país. Para que no vean cómo cada día pierden más derechos y su presidente estrecha sobre ellos un cerco a lo soviético, cómo erige un muro como el que dividió Berlín y mantuvo sometidas a naciones enteras, con sus gentes y familias.

Ojo, venezolanos: no sean ustedes los próximos en perder sus libertades y quedar encerrados tras un muro infame. Ojo, países del mundo libre: tomen conciencia del riesgo para la paz que representa la escalada infundada de tensión en la frontera colombo-venezolana.


© AIPE

MARÍA CLARA OSPINA, analista colombiana.

http://exteriores.libertaddigital.com

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