sexta-feira, 29 de janeiro de 2010

La memoria de Sevilla

Han pasado doce años pero nunca la frase «parece que fue ayer» sonó tan auténtica como este 30 de enero del 2010 donde recordaremos el asesinato a manos de ETA de mi hermano Alberto Jiménez-Becerril y de su mujer, Ascensión García. Y mientras escribo cierro los ojos y veo a Alberto con sus ojos verdes, su casi metro noventa, su gracia natural, su generosidad, su bondad y sus ganas de vivir y veo a Ascen con su eterna sonrisa. ¿Cuántos años hace que pasó lo de tu hermano? Y yo contesto «Doce, pero no años sino días». Es tan clara su imagen, tan nítida su risa, está tan cerca que casi podría acariciarlo… Los años no han borrado ninguno de sus gestos, ninguna de sus palabras, nada, está ahí, siempre presente, la misma voz que me hacía reír y también llorar. Todo intacto, como si nuestra memoria se rebelara a la injusticia, a la crueldad, a la maldad que fue para nosotros ese inmerecido crimen. Es la memoria la que no acepta una derrota y menos a manos de un enemigo tan cobarde e indigno como es el terrorismo, conocedor de su debilidad pero que sigue matando para hacernos creer que es poderoso. Y su poder es ínfimo, al lado de la fuerza de millones de seres humanos que creen en la vida y no en la muerte. Y que siguen recordando sesenta y cinco años después en Auschwitz o doce años más tarde en Sevilla que la memoria es necesaria para que seis millones de judíos o dos sevillanos de bien, no mueran nuevamente, esta vez de olvido. Así que hoy, treinta de enero, Alberto, Ascen, Clara, iremos a la Catedral de Sevilla a pedirle a Dios que tenga a vuestros padres en su gloria y a recordarles a los hombres que para que el dolor, la injusticia, la sinrazón, el odio y el terror no nos ganen la batalla, nosotros, los justos de la tierra, los que creemos en el hombre y en su dignidad, tenemos que recordar. Es la memoria la mejor arma que hoy utilizaremos para vengar el asesinato de Alberto y Ascen. Es allí, en el mismo lugar donde los mataron, donde nosotros, su familia, sus amigos y todos los sevillanos que quieran acompañarnos veremos pasar a Alberto y a Ascen de la mano, caminando entre risas hacia su casa, donde besarán a sus hijos entre sueños. Porque Alberto y Ascen vivirán en nuestra memoria mientras nosotros tengamos el valor y la fuerza para seguir recordándolos. ¡Vivan Alberto y Ascen! En Sevilla, a treinta de enero del 2010.

Teresa Jiménez-Becerril, es hermana de Alberto y europarlamentaria del PP.

http://www.larazon.es

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