quarta-feira, 27 de janeiro de 2010

La parroquia de St. Peter

Los españoles fueron grandes descubridores y conquistadores, e irradiaron la fe católica por sus nuevos territorios. Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, en 1492, protagonizaron numerosas expediciones; varias de ellas tuvieron por escenario América del Norte, como la que emprendió Ponce de León en 1513 en busca de la fuente de la eterna juventud, en la actual Florida.

En estas expediciones solían ir misioneros franciscanos, jesuitas o dominicos, que llevaban a cabo con sentido práctico una catequesis elemental e introducían con éxito en los nuevos fieles el sentido de las Bienaventuranzas.

Después de la expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III en 1768, los franciscanos se hicieron cargo de la administración de las misiones de la Baja California. Partiendo desde México en 1769, Fray Junípero Serra recorrió la costa de la Alta California con el objeto de crear nuevas misiones y convirtiendo nativos a la religión católica.

Así empezó España a dejar su impronta en América del Norte; legó su lengua, su cultura, el humanismo cristiano y la religión católica.

Las Trece Colonias de la Costa Este no empezaron su andadura histórica hasta 1607. Casi todos los colonos eran protestantes en busca de una vida nueva y deseosos de poder practicar su religión sin cortapisas.

Para el inmigrante católico, Maryland va ser muy importante, porque en 1629 el católico inglés Jorge Calvert logró del rey Carlos I de Inglaterra una carta de propiedad para establecer la primera colonia con libertad religiosa. Calvert falleció antes de emprender el viaje: fue su hijo Cecil quien encabezó la expedición –formada por unos trescientos colonos, católicos y protestantes– que arribó al puerto de Baltimore en 1634. En un primer momento los católicos pudieron vivir en armonía con los protestantes en la nueva colonia. No fue sino a partir de 1683 cuando Maryland pasó a ser colonia real y se introdujeron en el territorio leyes anticatólicas. Pero, de todas formas, esto no impidió a los católicos profesar su religión.

Estados Unidos nació a la historia luego de la Revolución Americana (1776). En 1791 se ratificó la primera enmienda a la Constitución, que prohibía al Congreso establecer religión oficial alguna o restringir la libertad religiosa. Es muy importante notar que en la Declaración de Independencia, entre una mayoría de protestantes y masones, se cuenta la firma de un católico creyente y practicante: la de Charles Carroll, oriundo de Maryland.

En 1784 llegó a Nueva York don Diego de Gardoqui, primer embajador español en EEUU. Procedía de Bilbao, desde donde la empresa familiar, José de Gardoqui e Hijos, envió a los colonos parte de la ayuda española a los colones rebeldes: cañones, rifles, munición, uniformes, tiendas de campaña, etc. Sin esta ayuda española (215 cañones, 30.000 rifles, 51.314 balas, 300.000 libras de pólvora, 12.868 granadas, 30.000 uniformes y tiendas de campaña), la Guerra de la Independencia hubiera tenido otro desenlace, seguro.

St. Peter's Church.
En los primeros años, el Congreso de Estados Unidos estableció su sede en Nueva York. Los católicos –empezando por Gardoqui– tenían un problema: no había iglesia alguna de su confesión; de hecho, los servicios religiosos católicos se celebraban en casas particulares o talleres. No había dinero después de la guerra, pero los 200-300 católicos del lugar no podían seguir así por demasiado tiempo. Así las cosas, el Sr. Gardoqui solicitó ayuda económica a Carlos III para la construcción de la que es la iglesia católica más antigua de Nueva York, la de St. Peter. El monarca se la hizo llegar a través de don Bernardo de Gálvez, virrey de Nueva España.

El proyecto echó a andar en junio de 1785. Cuatro meses después se compró el terreno donde se erigiría el templo –en la calle Braclay, en pleno centro de la ciudad– a la Iglesia Anglicana. El 5 de octubre se puso la primera piedra, bajo la cual se colocaron monedas de Carlos III acuñadas ese mismo año. Saint Peter's Church está a sólo una manzana de donde se alzaban las Torres Gemelas.

La parroquia del St. Peter abrió la primera escuela católica del estado de Nueva York en 1800. La primera americana nativa canonizada –el 14 de septiembre 1975–, Elizabeth Ann Seton, perteneció a esta parroquia desde 1805, y fundó la congregación de las Hermanas de la Caridad.

Hoy, de la iglesia original sólo se conserva la campana, el altar y un cuadro de la Crucifixión obra del pintor mexicano José Vallejo. El templo actual data de 1836, y fue diseñado por Isaiah Rogers.

En el año 1956 Francisco Franco, conocedor de que ésta fue la primera iglesia católica de Nueva York, donó un cáliz en nombre del pueblo español con la siguiente inscripción:
Ad Sancti Patri in New York Aedem-Hispaniae Dux Franciscus Franco-Vult Offere–Cal. Apr. Anno MCMLVI.
Siempre hay un banco reservado para los reyes o el embajador de España.



MARY ANN LONG, presidenta del Capitulo España de las Hijas de la Revolución Americana.

http://historia.libertaddigital.com

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