domingo, 17 de maio de 2009

Amor y humor en España y Venezuela

Laureano Márquez y Claudio Nazoa son dos ciudadanos venezolanos. Dos peregrinos en su patria. Han venido a España a peregrinar. Hicieron el Camino de Santiago; durante su peregrinación, quizá se convirtieron, confesaron sus pecados y acabaron resolviendo el enigma de los enigmas. ¿Acaso ya aprendieron que Jesucristo es Dios? ¡Quién sabe! Lo cierto es que hablan con la paz del limpio de corazón y la inteligencia del sabio. Al final de su peregrinaje, hablan en Madrid con este cronista que les pregunta, naturalmente, por la situación política de Venezuela... Ellos representan a millones de vencidos de la democracia en su país, pero su respuesta no contiene rabia sino consuelo y belleza. Han hecho del recurso del vencido un arte: la imaginación es su venganza.

Laureano Márquez y Claudio Nazoa son dos tipos famosos, muy famosos, demasiado famosos para pasar desapercibidos en Venezuela. Y en España. Son la voz del pueblo. Son dos extraordinarios humoristas venezolanos. Su humor es amor. La rabia no existe en su vocabulario. Tampoco en sus corazones. Su sátira no hiere al prójimo, sino que enlaza, vincula, y crea responsabilidades sobre los ciudadanos de esa comunidad que se ríe, se ríe y se ríe con el trabajo de estos dos actores, autores y directores de su propia vida intelectual. Son conscientes de su vocación. Saben bien su misión en la Venezuela enrejada por Chávez y el petróleo.

Y, sin embargo, ellos quisieron pasar desapercibidos por España. Imposible. A petición de unos amigos accedieron a charlar un rato, en un salón de la Fundación Illary, con algunos de sus compatriotas en Madrid. Fijaron un encuentro para recibir a un grupito de veinte o treinta personas, pero la sala se llenó. Trescientas personas se agolpaban para verlos. En la calle esperaban más de dos mil ciudadanos. No pudieron entrar. Esperaron con estoicismo ciudadano. Y terminaron por retirarse pacíficamente, después de que los persuadiera el mismo Laureano Márquez trocado de cómico en hábil negociador político, con la promesa de que "repetirían" la función durante los dos días siguientes que aún estarían en España.

Por desgracia, diez horas después de la promesa, los organizadores sacaron el siguiente comunicado por un correo electrónico que decía: "El espectáculo de Claudio Nazoa y Laureano Márquez del jueves 14 de mayo fue un rotundo éxito, pero debido a problemas de orden público suscitados ese mismo día, y para evitar subsiguientes sanciones, la Fundación Illary se ha visto obligada a suspender las funciones anunciadas para los días viernes 15 y domingo 17 de mayo, en sus instalaciones". Se suspendió, sí, el espectáculo por el éxito, ¿para que luego digan que el éxito no está asociado al fracaso? Esperemos que regresen pronto esto dos humoristas. Esperemos que los medios de comunicación de España se enteren de quiénes son esto dos grandes personajes (sólo el programa Más se perdió de Cuba, del Grupo Intereconomía y esta casa se han enterado de que han pasado por la Madre Patria). Esperemos que los venezolanos, en España, que no pudieron oír a Laureano y Claudio puedan hacerlo pronto.

Ojalá los venezolanos de España vuelvan pronto a ver, palpar y sentir a su país a través del humor de Laureano y Claudio. Quizá ellos no sean conscientes de lo que representan, pero, en mi opinión, vertebran la opinión pública contra Hugo Chávez. No lo tienen fácil. El régimen los tiene enfilados. Es cuestión de tiempo. Pero ellos resisten. En verdad, de su capacidad de resistencia depende la vida de millones de venezolanos fuera y dentro del país. Son los grandes representantes de un pueblo vencido por la dictadura de Chávez. Son la única bandera de la democracia que aún queda en Venezuela. La estética del derrotado, la venganza de la imaginación, es lo único que pudiera terminar con Hugo Chávez Frías uno de los tiranos más peligrosos de nuestra época.


Laureano Márquez, recientemente, tuvo que hacer frente a una sanción de 60.000 dólares por una carta que dirigió a Rosinés, hija menor de Hugo Chávez, publicada en el periódico Tal Cual. Por fortuna, la multa fue pagada con donativos populares. Millones de venezolanos contribuyeron a que uno de sus artistas preferidos, uno de los pocos referentes morales de la nación, no fuera a la cárcel. Aquí les dejo la epístola para que se hagan cargo de quién es Laureano Márquez y, sobre todo, comprenda la naturaleza inmoral y política de su represor Hugo Chávez.

Agapito Maestre, Catedrático de Filosofía Política en la Universidad Complutense de Madrid


Carta a Rosinés

Por Laureano Márquez

QUERIDA ROSINÉS:

¿Cómo estás? Espero que bien y con la posibilidad de disfrutar de televisión con cable para poder ver algunas comiquitas. Te sugiero las de Boomerang, que si no nos hicieron daño a nosotros (¡creo yo!), tampoco les harán a ustedes. El oso Yogui, la pantera rosa, la hormiga atómica, Simbad, Shazzan, etc. No te recomiendo Los Picapiedras, porque a lo mejor a tu papá no le gustan, porque presentan el modelo capitalista como algo natural y propio del hombre que existía incluso desde las cavernas.

Supe de tus preocupaciones por el caballo del Escudo Nacional mirando hacia atrás. Coincido plenamente contigo. Todos los escudos tienen leones rampantes (Cuando se paran en las dos paticas de atrás), águilas, caballos, pero ninguno tiene un Golden Retriever, por ejemplo. Con lo nobles que son esos animales. Yo le pondría al escudo un Golden con un palito en la boca a los pies del amo. O una morrocoya, como la que tú tienes; un buen emblema de nuestra lentitud para todo. En todo caso, si le vamos a dejar un caballo, que sea uno de la Rinconada, con su numerito, jinete y todo. Porque si algo nos identifica, es el azar y las apuestas.

De todas maneras, el propósito de esta carta es pedirte ayuda. Ustedes los niños tienen mucho poder y yo sé que tu papá te hace caso. Probablemente, eres la única persona a la que escucha con atención. Además, tú y tus sobrinitos son los únicos capaces de hablar francamente con papá, sin el miedo que nos da a nosotros. El otro día, tu papi nos contó que su nieto le había dicho: "¡pirata tú!" ¡Qué envidia! Bueno, pero para no desviarme del tema, como yo sé que él te presta atención, hazle estas peticiones:

  • Pídele que saque también del escudo a un señor de uniforme verde oliva y barba blanca como San Nicolás (con el debido respeto al nuevo manual de la navidad). Un señor que se mete mucho en nuestros asuntos. Es como si la niñita de al lado de tu casa, aprovechándose de que tú la quieres mucho, se llevara tus Barbies, tus peluches o tus libros de cuentos y trajese a sus hermanitos a jugar a tu cuarto.
  • Dile también que no hable de cosas que va a hacer más allá del 2021. En estos días, nos contó de un pocotón de bicentenarios que va a celebrar: del 1810, 12, 14 y siempre habla del 2021. Aunque vaya a quedarse hasta esa fecha, no debería decirlo tanto, porque a los que no estamos de acuerdo con él (no te asustes, cada vez somos menos según las estadísticas oficiales ) nos entra como una desesperanza que tampoco es buena.
  • Una última cosa para que le pidas: que no se ponga tan bravo con los que no pensamos como él y que no nos regañe tanto. A veces nos llama golpistas y fascistas y le provoca a uno responderle como tu sobrinito: "¡pirata tú!".

Rosinés: Con estas cosas que te pido la larga convivencia que nos espera con tu papi será más llevadera. A cambio, nosotros le ofrecemos nuestro conformismo. Por cierto, pídele también que no haga tantas cadenas. Eso sí, todo esto como cosa tuya.

Bueno, chamita, Dios te bendiga y te dé todo el amor y la felicidad que le deseo a mi propia hija.


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