terça-feira, 15 de dezembro de 2009

El demoledor informe de un camarada sobre otra purga de Santiago Carrillo

El lider comunista propició la detención y muerte de varios militantes en la España franquista para controlar la organización desde el exterior. Este es el informe elaborado por otro camarada español que sale a la luz 53 años después, fue publicado por Antonio Rubio en El Mundo justo hace un año, y no conviene olvidarlo.

Antonio Rubio. En el año 1983 Enrique Líster, que fue coronel del Ejército republicano y miembro del Comité Central y del Ejecutivo del Partido Comunista de España hasta 1970, denunció en su libro Así destruyó Carrillo el PCE, que existía un documento de más de 100 folios elaborado en 1955 por el dirigente comunista Francisco Abad. En él se revelaba y documentaba la purga que había llevado a cabo Santiago Carrillo dentro del PCE, señalando a algunos de sus camaradas a la Policía franquista y eliminando físicamente a otros. Cincuenta y tres años después, Crónica ha localizado ese informe-documento y a la persona que celosamente lo guardaba. Se llama Catalina Abad Tendero y es la hija de Francisco Abad, el hombre que, con su denuncia, hasta ahora oculta, pone a Santiago Carrillo frente a la Historia.

Catalina Abad Tendero tiene 68 años y entre sus amigos es conocida como Katya. Nació en Moscú y allí se crío, se formó y se educó como una auténtica militante comunista en los principios del marxismo y el estalinismo. Su padre, Francisco Abad, antiguo dirigente del Partido Comunista de España, denunció ante sus homólogos del PCUS soviético y del PCE que Santiago Carrillo había propiciado la detención y muerte de varios militantes del partido en España. Que había informado a la Policía franquista sobre cuándo y cómo pasaban la frontera con Francia los comandos que iban a atentar contra la dictadura y, además, cómo «montó un equipo de castigo [ ] para depurar [ ] ajusticiar, asesinar [ ] a los componentes del movimiento guerrillero».

Han sido más de dos largos años de trabajo los empleados por este periodista para convencer a Katya Abad de que ese informe de su padre contra Carrillo tenía que ver la luz, hacerse público, y de que ella tenía que contar su verdad. Finalmente, la ex militante comunista ha accedido, entre otras cosas, porque «ahora todo el mundo quiere recuperar la memoria histórica. Pues ahí está la memoria de mi padre. Ahí está su informe. Así se sabrá, de una vez por todas, quién es y qué hizo Santiago Carrillo».

Katya Abad, que vive en España desde 1974 y fue secretaria de la Asociación de Amistad España-URSS, comienza a recordar los momentos vividos por su padre cuando se atrevió a levantar la voz contra el que ya se perfilaba como el máximo dirigente del PCE. «Mi padre preparó un extenso informe sobre las actuaciones y comportamiento de Carrillo en el exilio. Después de aquello, fue el propio Santiago, con la ayuda de Dolores Ibárruri, La Pasionaria, quien se encargó de que lo ingresaran, durante un año y medio, en un psiquiátrico de la antigua URSS -el Korsakova, de Moscú- para acallar sus denuncias. Al final el PCUS comprobó que todo lo que decía mi padre era verdad y lo liberaron. Pero ya nunca más volvió a ser la misma persona, mientras que Carrillo se había convertido en el número uno del PCE».

El informe completo de Abad tiene 100 folios, escritos a máquina, y en él se van detallando, pormenorizando y documentando cada una de las denuncias que se establecen contra Santiago Carrillo.Poco antes de morir en 1979, Francisco Abad entregó un resumen de ese informe a su hija. El original está en los archivos del PCUS en Moscú. Ese documento-resumen es el que hoy revela Crónica.Consta de 21 folios y está encabezado por el siguiente titular: Antecedentes personales y políticos de la carrera de Carrillo hacia la dirección del Partido Comunista de España. A continuación, el propio Francisco Abad lo explica en tres líneas de texto, a modo de introducción: «Estos datos fueron expuestos y desarrollados en el informe presentado a comienzos del año 1955 [el último cinco aparece corregido a mano] en Moscú, informe que fue objeto de discusión en la máxima dirección del PCE, donde se acordaron tomar medidas de aislamiento contra su autor [se refiere a su posterior ingreso en un psiquiátrico]».

Abad hace un exhaustivo análisis de la vida y milagros de Carrillo desde 1932-1933 -cuando todavía era secretario general de las Juventudes Socialistas- hasta 1954, fecha en la que ya se había convertido en el número uno del PCE. Al final del documento el padre de Katya sentencia, localiza y firma: «Todo lo que aquí se expone se hizo en el año 1954 en un amplio informe, de cerca de 100 páginas, dirigido al Comité Central del PCE. Esto me costó muy caro. Era la primera vez que Carrillo se veía acusado. El esto no me lo perdonará jamás. Gijón, Asturias, 25 de enero de 1979. Francisco Abad Soriano». Poco después, tras volver del exilio moscovita a España, Francisco Abad murió en Gijón.

EL IDEOLOGO DE LA PURGA

Las acusaciones más fuertes y directas de Abad contra Carrillo aparecen en el folio número 11 del documento. Ahí se recuerdan los pasos dados por Carrillo en el V Congreso del PCE (Praga, 1954). Asegura que «la dirección del PCE en el interior debe correr a cargo de los camaradas que salen de las cárceles». Y continúa el análisis: «El sabía perfectamente que en las cárceles se había creado ya el núcleo de sus incondicionales».

Abad comienza a documentar y señalar a Carrillo como el auténtico ideólogo de la purga de importantes miembros del PCE: «Para depurar a los componentes del movimiento guerrillero que más tarde o más temprano tendrían que abandonar el monte para incorporarse a la lucha en las fábricas o regresar a Francia, Santiago [se refiere a Carrillo] montó un equipo de castigo compuesto por Antonio (José Gros), Sebastián (Félix Pérez) y Partebocas (Ricardo Navacerrada), ambos llegados de la Unión Soviética».

Verdugos, asesinatos, eliminación... Son algunas de las palabras o aseveraciones que utiliza Francisco Abad en su informe cuando comienza a describir los pasos dados por el equipo de castigo montado por el dirigente comunista. «Entre las hazañas de este grupo de verdugos enviados por Carrillo cabe destacar lo que hicieron con el que fue durante muchos años jefe del Estado Mayor de las guerrillas de Levante, conocido como Pepito o El Gafas [ ]. Llegaron en uno de sus viajes a las guerrillas de Levante los nombres que acabamos de citar, es decir, Antonio, Sebastián y Partebocas, y le dijeron: "Eres el hombre de la suerte. Venimos a por ti. La dirección del Partido te ha designado para que asistas a la reunión del Consejo Mundial de la Paz que se celebrará en Varsovia. Prepara tus cosas, lo indispensable. Cuando lleguemos a París, se te facilitará todo lo necesario "».

Después, Abad narra como Pepito era un experto tirador y que en una ocasión «sacó su pistola dejando tendidos a dos guardias civiles». Dice, además, que ese hecho era perfectamente conocido por «los verdugos enviados por Carrillo», por lo que tuvieron precauciones. «Por eso», continúa Francisco Abad, «cuando llegaron al lugar previsto para su ejecución, se tomaron un largo descanso.Las cosas se hicieron con tal naturalidad y cinismo que Pepito o El Gafas nunca sospechó de lo que se trataba. Dejaron sus armas.Como además los tres que formaban la expedición de castigo (sic) les acompañaba otro guerrillero más, procuraron que dos fueran en busca de agua ».

Y llegado a este momento Abad describe cómo y de qué forma fueron eliminados sus camaradas: «Cuando regresaron con el agua, Pepito ya había llegado a Varsovia, es decir, había sido ajusticiado, asesinado. Sin más explicaciones, sin ninguna acusación. Pero lo más grave consistió en que este asesinato fue ocultado al resto de los guerrilleros, que cuando preguntaban por el jefe se les contestaba siempre que se había quedado en Varsovia».

LO SABIA TAMBIEN LISTER

Esa parte del informe de Abad termina con una serie de aclaraciones o puntualizaciones sobre quiénes eran los presuntos asesinos de Pepito: Antonio y Sebastián, es decir, José Gros y Félix Pérez son miembros del CC [se refiere al Comité Central] del PCE. Gros es el guardaespalda de Santiago. Ha sido el escolta de Dolores [está hablando de La Pasionaria, Dolores Ibárruri]. Siempre está en el CC. Félix Pérez es uno de los defensores de la política de Carrillo en Andalucía».

En 1983, Enrique Líster, que fue miembro del Comité Central y del Comité Ejecutivo del PCE hasta 1970, escribió un libro con el título Así destruyó Carrillo el PCE, donde en su capítulo IV (Persecuciones, represión, terror, crímenes en el partido), y en sus páginas 58 y 59 ya hace referencia a la figura de Francisco Abad y recoge la existencia de un informe elaborado «por ese importante miembro del partido y responsable de comunicaciones por radio desde Francia con el país».

Líster cuenta qué ocurrió con Abad cuando éste planteó en una reunión de la dirección del PCE en Francia que era muy extraño lo de las detenciones que se estaban produciendo en España de camaradas llegados de territorio galo. Es más, «expresó sus temores de que la Policía franquista puede tener agentes suyos en el aparato mismo».

El que fuera coronel del Ejército republicano e instructor de los guerrilleros que atentaban en España durante los primeros años del franquismo, sentencia en su libro: «Con esas dudas Abad acababa de condenarse a muerte [ ] desengañado Carrillo de la importancia de liquidarlo, lo deja marcharse para la Unión Soviética».

Y Líster cuenta los siguientes pasos dados por Abad cuando sale huyendo de Francia: «Al llegar a Moscú, Abad hace un informe de 120 páginas para la dirección del PCE en el que hay un relato de la actividad del aparato de Carrillo hacia el país y acusaciones muy graves sobre el funcionamiento de ese aparato y la actividad y conducta del propio Carrillo y de sus más cercanos colaboradores».El ex general plantea o señala que «según toda una serie de datos y elementos expuestos por Abad y de las conclusiones a las que él llega, la Policía franquista está incrustada en el aparato de Carrillo».

Abad, en su informe, relata varios casos en los que de manera sospechosa fueron detenidos varios dirigentes comunistas en España por la Policía franquista. El más llamativo se refiere al que fuera secretario general del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña), Joan Comorera, que a principio de los años 50 estaba enfrentado con Carrillo e Ibárruri. «Comorera, arriesgando su seguridad personal y su propia vida se traslada a España con el propósito de salvar al PSUC de la escisión Entonces se pone en marcha la intriga más perfilada. Desde Radio España Independiente se denuncia la presencia de Comorera en España».

Abad reflexiona sobre aquel hecho y llega a la siguiente conclusión: «Es decir, se alerta a la Policía española de que el dirigente comunista de Cataluña ha pasado la frontera franco-española [...] para que lo capturasen, como así sucedió en realidad».

Líster recuerda en su libro que «Abad entrega ese informe en Moscú a Dolores Ibárruri y Fernando Claudín, y éstos, en vez de plantear la necesidad de una investigación, se dedican a aterrorizar a Abad para que retire su informe». Y Líster concluye y sentencia sobre este caso: «Debe ser uno de los documentos que deberá tener en cuenta la comisión que se encargue de investigar en su día ese periodo de la vida del Partido Comunista de España».

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«El KGB le aconsejó denunciarme, Abad era un trastornado»

Santiago Carrillo, ex secretario general de las Juventudes Socialistas, ex número uno del Partido Comunista de España y actualmente militante del PSOE, ha escrito muchos libros y memorias en los últimos años, pero en ninguno de ellos aparece el nombre de Francisco Abad y mucho menos se hace referencia al informe que elaboró este dirigente comunista en 1955. Sin embargo, Carrillo conoció perfectamente a Abad.

Cuando Crónica se puso en contacto con él para saber su opinión sobre el informe que elaboró Abad contra su persona rápidamente situó al personaje y comenzó a descalificarlo: «Francisco Abad era un hombre trastornado. Alguien del KGB (los antiguos servicios secretos soviéticos) le aconsejó hacer una denuncia contra mí por mis diferencias con el PCUS».

La conversación, telefónica, comienza a tensarse. Carrillo está nervioso, incómodo. Parece como si le hubieran nombrado al diablo: «Todo aquello eran acusaciones falsas para liquidarme políticamente». Carrillo insiste en el montaje de los servicios secretos: «Abad tenía relaciones con los servicios secretos». Después, con rabia, reconoce la existencia del informe de Abad: «Me lo enseñó Dolores Ibárruri en Moscú, me dijo cómo se había hecho y que querían mi eliminación política». Más nervios y tensión: «Sacar a estas alturas una historia de ese tipo no tiene ningún sentido. Es una campaña personal contra mí No tienen bastante con ese pueblo (no se acuerda del nombre del pueblo y una voz le apunta: «Paracuellos»), Paracuellos. Esta historia no tiene ni pies ni cabeza».

Carrillo, poco a poco, se va alterando y comienza a hacer algunas descalificaciones: «Es normal que EL MUNDO, ahora, ande detrás de esas historias». Y también asevera: «Seguro que habrán pagado a la hija de Abad por hacer declaraciones, como hacen en la televisión cuando sacan a esa gente». El ex dirigente comunista quiere terminar la conversación y se niega a tener un encuentro directo y a ver el documento de Abad.

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