segunda-feira, 20 de outubro de 2008

Aguantar a Garzón


Antes del 18 de julio del 36 no fueron quemados conventos y asesinados religiosos. Antes del 18 de julio no hubo una intentona revolucionaria en Asturias. Antes del 18 de julio este periódico no fue perseguido. Antes del 18 de julio no fue asesinado Calvo Sotelo. Según Garzón no pasó nada.

Según Garzón fue el 18 de julio cuando surgió un grupo de españoles que se entregó a un plan infernal de crímenes contra la Humanidad.Porque los «otros» estaban justificados por las elecciones de febrero del 36. Paracuellos fue legítima defensa. El auténtico plan de aniquilación fue el de los vencedores. Nunca hubo un intento de sovietización y, de haberlo habido, habría tenido que ser considerado una Revolución, esto es, la épica que convierte los crímenes en exigencias de la Historia. Como en Rusia, China o Cuba. Según Garzón «lo» de España no fue una guerra civil sino un gratuito movimiento de exterminio total. Así que en las familias españolas, el asesino ha sido Pedro Laín y el angel, su hermano José.

Tiene que estar muy mal una sociedad para dejarse humillar intelectual y moralmente por el juego irresponsable y miserable de este juez. Pero ¿qué quiero decir cuando hablo de «sociedad»? Me refiero a personas concretas. Por ejemplo a los «vencedores» y a los que han compartido las ideas de estos y que ahora son tratados por Garzón como genocidas. Y a los hijos de estos que pudieron olvidar los sentimientos de culpa que podría proporcionarles el historial de sus padres gracias al carnet del partido de izquierdas.

Así pues, al decir sociedad propongo el divertido juego de recordar a todos los cobardes que han hecho carrera de este modo. Un verdadero batallón: ministros, altos funcionarios, escritores , cantantes, periodistas... Han abandonado a sus padres y abuelos en la fosa común de los criminales contra la Humanidad que ahora ha abierto Garzón. Conozco a muchos que les atribuyen pasados antifranquistas.

¿Sociedad española? Pongamos nombres a los que ayer vivieron de la infamia de la dictadura y hoy de la infamia de la democracia. ¿Juristas, historiadores, intelectuales? En primer lugar, al Presidente de Gobierno que ha hecho del odio entre españoles un caladero de votos.

César Alonso de los Ríos
www.abc.es

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