sábado, 4 de outubro de 2008

La conjura


Antonio del Real ha producido y dirigido una gran película española que parece americana. Antonio del Real, autor, entre otras obras cinematográficas, de «El Río que nos lleva», basada en una novela de José Luis Sampedro, lleva realizadas quince películas, pero no aparece en el Diccionario de la Academia del Cine, por los motivos que ustedes se figuran. No come en el pesebre de nuestros impuestos. Antonio del Real, sin apenas ayudas, ha producido y dirigido «La Conjura del Escorial», que es un prodigio de síntesis histórica durante el reinado de Felipe II.

Una interpretación formidable de Juanjo Puigcorbé metido en el alma de Felipe II y de Julia Ormond en la princesa de Éboli, la bellísima tuerta, amante del maquiavélico Antonio Pérez y amiga del Rey. Por ahí vuelan Don Juan de Austria, Escobedo, el duque de Alba y la ambición en torno al Rey más poderoso sobre la tierra. Una fotografía asombrosa, un vestuario rico y perfecto, y una realización -lo repito-, americana. Todos sus ahorros, porque Antonio del Real es un cineasta decente, invertidos en la película, que ha costado 2.500 millones de las amadas pesetas. Y detrás de «La Conjura del Escorial», la conjura de los perversos, de los injustos, de los apesebrados, de los golfos y de los malolientes ricachones de las subvenciones. De los que no saben hacer otro cine que el plúmbeo que nadie demanda y de los que critican desde los medios oficialmente «progres» todo lo que ellos no saben hacer.

Vuelvo a decir que después de ver «La Conjura del Escorial» se tiene la sensación de que, al fin, alguien ha hecho una película americana de las buenas dedicada a la Historia de España. Antonio del Real está en la gloria del trabajo bien hecho y en la ruina económica. Al estreno de su película iba a asistir el presidente del Gobierno, pero se excusó. Cosas extrañas que suceden. Se celebraba, pocos días antes del estreno, un homenaje en memoria de Fernando Fernán-Gómez en la Filmoteca Nacional. Acudió Zapatero con su mujer, Sonsoles Espinosa, y ahí estaba Antonio del Real. Fueron presentados, el Presidente del Gobierno se interesó por su película y le prometió su asistencia al estreno. Pero también deambulaba por ahí una mujer parecidísima físicamente a Pilar Bardem. Tan parecida, que muchos de los presentes, gentes del cine, confundieron con Pilar Bardem. Y la mujer parecida a Pilar Bardem, que se movía por ahí como si lo fuera, se acercó al Presidente de Gobierno, que estaba con su mujer, y sin dominar el tono de su voz -de ahí que se oyera lo que dijo-, le recomendó al Presidente que no acudiera al estreno de la película de «ése», que era de los que no le habían apoyado en el «No a la guerra» de Irak.

La mujer que intervino e influyó en el ánimo y la decisión de Zapatero, no sólo se parecía escandalosamente a Pilar Bardem, sino que también se llamaba Pilar, porque así la llamó el Presidente mientras le infundía tranquilidad: «No te preocupes, Pilar». De «La Conjura del Escorial» a «La Conjura de los perversos», y también de los necios, si bien no con el talento del desdichado Kennedy Toole. El cine español tiene una nueva y grande película. Su productor y director ha entregado al arte toda su fortuna. No figura en el Diccionario de la Academia. Una mujer parecida a la Bardem mandó sobre el Presidente. Cuando esa mujer no sea nada, la «Conjura» permanecerá. Lo bueno, siempre vence.

Alfonso Ussía
http://www.larazon.es/


http://www.laconjuradeelescorial.es/

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