El atraque en el puerto de Valencia del barco de la organización pro-abortista holandesa «Women on Waves» («Mujeres sobre las olas»), que pretende embarcar mujeres que deseen abortar sin cumplir los requisitos que exige la ley en España, y realizar la intervención posteriormente en aguas internacionales, se ha desarrollado con total impunidad y sin que las autoridades le hayan dado importancia alguna. Por el contrario, la llegada del buque siniestro ha sido jaelada por movimientos pro-abortistas, feministas y partidos como ERC e IU. Este episodio se produce en medio de una campaña favorable a la ampliación del aborto, como pretende el Gobierno socialista.
En su contra se han movilizado algunas organizaciones cívicas y el episcopado. La realidad es que hay motivos para denunciar el claro fraude de ley que supone un barco en el que se ampara y se realiza el aborto libre, burlando la legislación del país que le acoge. Tampoco es de recibo el circo montado por la izquierda española a costa del drama personal y el fracaso colectivo que suponen las prácticas abortivas. No se entiende que se extremen los controles en el tráfico naval para que se cumplan disposiciones administrativas y se haga la vista gorda con un barco que viola una ley española que regula el derecho a la vida.
En su contra se han movilizado algunas organizaciones cívicas y el episcopado. La realidad es que hay motivos para denunciar el claro fraude de ley que supone un barco en el que se ampara y se realiza el aborto libre, burlando la legislación del país que le acoge. Tampoco es de recibo el circo montado por la izquierda española a costa del drama personal y el fracaso colectivo que suponen las prácticas abortivas. No se entiende que se extremen los controles en el tráfico naval para que se cumplan disposiciones administrativas y se haga la vista gorda con un barco que viola una ley española que regula el derecho a la vida.
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